Tegucigalpa – A tres días de las elecciones primarias en la que participan los tres principales partidos políticos, Honduras vive una enrarecida atmósfera. Los sobresaltos causados por revelaciones de un capo de la droga, que involucra a un expresidente hondureño, a un alto cargo de Seguridad, así como su aceptación de haber participado en 78 crímenes, entre ellos el del zar antidroga Julián Arístides González, han agitado el clima preelectoral.
La agitación se ha incrementado cuando en las últimas horas la agencia noticiosa AFP dio a conocer que dos diputados, un alcalde y otros personajes también fueron mencionados en las declaraciones brindadas por el mafioso Devis Leonel Rivera Maradiaga.
El exjefe de Los Cachiros también involucró en acciones, junto al cartel, a los diputados Óscar Nájera y Fredy Nájera, igualmente al alcalde de Tocoa, Adán Fúnez y al exdiputado Juan Gómez, asesinado en 2015, y a quien la Fiscalía hondureña le aseguró una cuantiosa fortuna.
¿Cree que estamos a las puertas de nuevas extradiciones de hondureños hacia EEUU?
— Proceso Digital (@ProcesoDigital) 8 de marzo de 2017
Hasta hoy, desde que se aprobó la extradición de hondureños en enero de 2012, 18 connacionales vinculados con narcotráfico, corrupción, tráfico de armas, lavado de activos y crimen organizado guardan prisión y enfrentan cargos en los Estados Unidos. Algunos de ellos ligados a las élites políticas, otros desconocidos personajes que manejan grandes transnacionales de la droga, con nexos a organizaciones colombianas y mexicanas.
Pero los hechos actuales, han ocasionado una especie de revuelo entre políticos. En todas las fuerzas que están a las puertas del proceso electoral interno se percibe incertidumbre. Eso se colige de las declaraciones de sus dirigentes, quienes han tejido al respecto una especie de blindaje y un cerco de dudas, han dicho analistas que participan en espacios públicos de debate y opinión.
El día de ayer el #MP instruyó la apertura de diligencias para investigar lo afirmado en EEUU por extraditado Devis Rivera Maradiaga pic.twitter.com/ZIc3VcqKOp
— Ministerio Público (@MP_Honduras) 8 de marzo de 2017
Investigación de oficio
Frente a la ola de declaraciones y contradeclaraciones, el Ministerio Público ha determinado proceder de oficio y abrir la investigación respecto a los señalamientos formulados por el jefe Cachiro, Devis Leonel Rivera Maradiaga.
Sobre el tema, el MP no emitió ningún comunicado oficial ni profundizó sobre las acciones que seguirá. Una declaración de su portavoz oficial, Yuri Mora, sirvió para comunicar la determinación de abrir la causa y un escueto mensaje en su red social twitter, refrenda lo informado.
Previamente, personeros de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), se reunieron con el fiscal general Óscar Fernando Chinchilla y de acuerdo a lo declarado por el portavoz Juan Jiménez Mayor, ellos ofrecieron su colaboración para desentrañar el caso que es considerado de interés en su agenda contra la impunidad.
“Trabajaremos con Ministerio Público de Honduras en un equipo integrado de investigación criminal, con fiscales nacionales e investigadores de la MACCIH”, decía Jiménez Mayor en un tuit posteado este miércoles.
De acuerdo a informaciones brindadas por una agencia internacional de noticias, Rivera Maradiaga, declaró como testigo en el juicio contra Fabio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo, extraditado desde Haití y señalado de narcotráfico y, fue allí donde ante un tribunal dijo haber pagado coimas al exgobernante, cuando éste era candidato, además de haber pautado con sus cercanos, la asignación de contratos estatales, una vez hecho gobierno.
Reacciones de los señalados
Tras conocerse el tema, Lobo fue el primero en dar la cara y además de desmarcarse, dijo que quienes generaban la información estaban interesados en influir en el proceso electoral hondureño.
Pocas horas después, el ministro de Seguridad Julián Pacheco Tinoco, también hizo lo mismo y fue más allá para decir que esas acusaciones ponían en riesgo el proceso de depuración al que está abocada la Policía Nacional hondureña y que ha dejado fuera de ese cuerpo de seguridad estatal a cuatro mil elementos, entre ellos una importante cuota de oficiales y agentes vinculados a carteles de la droga y organizaciones criminales.
Tanto Lobo como Pacheco dijeron estar dispuestos a enfrentar las averiguaciones que se demanden.
Absortos en campaña
En el Congreso hondureño, ahora en receso, los diputados actuales, de los cuales más de dos tercios van por la reelección, la mayoría se encuentran en sus comunidades, lo que les ha permitido mantenerse absortos de pronunciarse sobre el tema. Apenas un par de congresistas de las fuerzas opositoras e igual número de nacionalistas han manifestado opiniones en su calidad personal, pero sus posturas no han reflejado profundidad.
Hasta hoy no se conoce la declaración oficial que el Cachiro, Devis Leonel Rivera, jefe de la banda, de gran poder en el tráfico de drogas en la región, hizo ante una corte de los Estados Unidos, en su calidad de testigo. Todo lo que ha trascendido corresponde a información periodística.
Tampoco el Ejecutivo o la Corte Suprema han externado sus criterios.
La embajada estadounidense en Honduras, que generalmente postea sus pensamientos en temas relacionados a narcotráfico y corrupción no ha expresado criterio alguno. La Unión Europea tampoco ha comentado los hechos, a excepción del embajador español, Miguel Albero, quien dijo que “la denuncia viene de una persona que está presa, solo es una declaración misma que debe de ser investigada”.
La falta de información oficial para sustentar los hechos sigue causando una especie de nebulosa, por eso la Fiscalía ha dicho que lo primero que harán es solicitar a los Estados Unidos la declaración textual emitida por el hampón ante el tribunal en Nueva York, donde se llevó a cabo el juicio contra Fabio Lobo, quien aceptó su culpabilidad y ahora está a la espera de que se le dicte sentencia.
Más vínculos con Los Cachiros
De acuerdo a informes de la AFP, Levis Leonel Rivera Maradiaga declaró en la Corte de EEUU que Los Cachiros fueron asistidos por los parlamentarios Óscar Nájera y el alcalde de Tocoa, Adán Fúnez. También mencionó al diputado Fredy Nájera.
De acuerdo al informe de la prensa internacional, Óscar Nájera participó en reuniones con Los Cachiros en las que se incluyó al presidente Porfirio Lobo.
Igualmente, dijo que se entrevistaron con el diputado Fredy Nájera y con presuntos narcos como Juan Ramón Matta, Luis Valle, Tito Montes Bobadilla y Juan Carlos Montes para conversar sobre el zar antidrogas de Honduras, Julián Arístides González.
Según el cable informativo, Rivera Maradiga dijo que en esa reunión “se tomó la decisión de asesinarlo”.
Julián Arístides González se desempeñaba como el jefe de la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico y era considerado uno de los baluartes hondureños en la lucha contra el crimen organizado. Este hombre fue asesinado en enero de 2009 y por su crimen se pagó a un grupo de policías entre 200 y 300 mil dólares, dijo el jefe Cachiro, de acuerdo al despacho de AFP.
Más sobresaltos
Pero al par del tema que el capo Cachiro trajo a envolver el ambiente preelectoral, otras informaciones, igualmente, vinculadas con el narcotráfico, han causado escozor en Honduras.
Las capturas en Guatemala de Víctor Hugo Díaz Morales, conocido como El Rojo, vinculado al extraditado Héctor Emilio Fernández, conocido como “Don H” y líder en el transporte de la droga en el occidente hondureño, fue el hecho que abrió la convulsa semana.
Mientras informes guatemaltecos indicaban que este hombre está pedido en extradición por Estados Unidos; en Tegucigalpa la Corte Suprema de Justicia, desmentía que exista solicitud de expatriación del presunto capo.
Los vínculos de El Rojo con políticos es otro hecho por desentrañar.
Pocas horas después, también en Guatemala, las autoridades daban con la captura de William Reynieri Medina Escobar, ligado a los narcotraficantes Valle Valle.
Tanto los Valle, como los Cachiros y otros carteles que operan en Honduras, tienen a sus principales cabezas en cárceles de Estados Unidos pero esos hechos no significan que en este país su presencia deje de mover los cimientos de las estructuras que permitieron a criminales colocarse en círculos de poder en todos los ámbitos.
Falta por desentrañar si los últimos hechos buscan cambiar el rumbo para devolverles o no el señorío.