Tegucigalpa (Por Alejandro García) – El desastre en el sector de la colonia Guillén reaviva la situación de vulnerabilidad del Distrito Central, capital hondureña, ante las fallas geológicas, deslizamientos e inundaciones producto de los fenómenos naturales, mientras muchos residentes de dichas zonas rechazan abandonar el sitio y acudir a los albergues, por considerar que las autoridades les mienten en buscar una solución.
– Fallas y deslizamientos generan alarma y reflejan vulnerabilidad en la capital
– La falla geológica en la zona de la Guillén fue pronosticada hace una década por la cooperación japonesa a través de un estudio que se entregó a las autoridades edilicias.
– 116 barrios y colonias incrementan la vulnerabilidad en el Distrito Central. Alrededor de medio millón de habitantes viven en zonas de riesgo, según datos de los entes de socorro.
El hundimiento de uno de los sectores de la colonia Guillén ha evidenciado la vulnerabilidad que contrasta con la poca planificación y el ordenamiento territorial que debió seguir la ciudad.
Se ha hablado por años de la vulnerabilidad de la capital hondureña, de su crecimiento desordenado y asentamientos en zonas vulnerables, sin embargo no han existido decisiones y respuestas de las autoridades encargadas de administrar el Distrito Central.
Es de conocimiento público de cada habitante que la capital es vulnerable a fenómenos naturales y que cada evento deja graves daños en la infraestructura sea viviendas, calles, puentes y otras construcciones.
La situación que atraviesa la colonia Guillén refleja la desolación, la desesperación, la tristeza, la desesperanza de sus pobladores tras verse obligados a abandonar años de esfuerzo, trabajo y sacrificio al desalojar sus viviendas por factores geológicos.
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En la colonia Guillén se observa inquietud e incertidumbre en los habitantes que todavía tienen su casa en pie, pero que no descartan desalojar ante la posibilidad que se vaya hacia abajo, junto con las que ya están destruidas.
La imagen de las casas que de la colonia Guillén pareciera que fueran objetos de bombardeos que se ven en las guerras, quedando en su mayoría destruidas, postes del tendido eléctrico caídos e inservibles y una panorámica devastadora.
En las calles se observa a los habitantes que no han desalojado debatiendo entre si se van o esperan a familiares o conocidos que ayudan en las evacuaciones, en tanto elementos de la Policía Nacional, de las Fuerzas Armadas y de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) suman esfuerzos para los afectados.
El director de la Policía Nacional, Gustavo Sánchez, detalló a Proceso Digital que unos 500 agentes policiales están colaborando en diferentes actividades como evacuaciones en la colonia Guillén.
Señaló que los funcionarios policiales apoyan en las evacuaciones, asistencia en el traslado de pertenencias de habitantes a los destinos finales, consultas médicas en las casas y albergues habilitados.
De igual manera, se observa a personas que recolectan láminas de las casas destruidas u otro tipo de objetos que pueden servir para el uso o para venderlos.
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Ciudad del Ángel a flor de piel
Lo ocurrido en el sector de la Guillén trae a flor de piel el fallido proyecto “Ciudad del Ángel” en la capital hondureña, donde varias residencias colapsaron ante deslizamientos que ocurrieron a partir de 2013.
El proyecto residencial fue construido en una zona inestable, sin elaborarse estudios geológicos y ocasionó que la zona fuera declarada inhabitable.
En esta ocasión, las casas de la colonia Guillén, habitable por varias décadas, fueron cediendo en los últimos días ante la saturación del suelo, producto de las lluvias registradas en la capital hondureña durante este mes, que reactivó la falla geológica en las colonias Guillén, Nueva Santa Rosa, Suazo Córdova y Reparto.
Desde hace una semana, la alcaldía del Distrito Central empezó a evacuar a las familias de la colonia Guillén por los movimientos en el suelo que dañaron la infraestructura de decenas de casas.
No obstante, en un lapso de una semana, gran parte de las casas junto a la calle principal del sector dos empezaron a ceder y se hundieron, dejando un gran socavón, que prácticamente la convierte inhabitable en la zona.
Veintena de fallas en la capital
El Cuerpo de Bomberos reporta unas 21 fallas geológicas activas en la capital hondureña señalando que en el Distrito Central hay muchas zonas de riesgo.
El teniente del Cuerpo de Bomberos, Cristian Sevilla, dijo que las autoridades de la alcaldía del Distrito Central ya tenían conocimiento de las fallas ante las advertencias de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA).
Por su parte, el portavoz del Cuerpo de Bomberos, Óscar Triminio, detalló que algunas de las fallas conocidas son en Loma Verde, Campo Cielo, Villanueva, Los Pinos, Las Cabañas, el municipio de Tatumbla (periferia de la capital hondureña), entre otros.
Señaló que el paso de este invierno ha azotado fuertemente la capital hondureña y con ello ha ocasionado graves repercusiones, sin que se haya reportado el paso de un huracán o una tormenta tropical como en antaño.
Triminio comentó que las autoridades han sostenido una reunión con los países cooperantes para ver la manera de cómo darles a las personas albergadas un lugar digno o una solución permanente en sus casas de habitación.
Asimismo, pidió a los habitantes que residen en zonas de riesgo que estén preparados, alertas y tomen las medidas de recomendación.
“Sabemos que es doloroso dejar una vivienda de 40 años, pero la vida no se puede reponer”, sentenció.
Crecimiento desordenado
El geólogo Carlos Sabillón, señaló que lo ocurrido en la colonia Guillén es la evidencia del crecimiento desordenado y la autorización de permisos de operación en zonas que han sido recomendadas que no sean habitables por estudios internacionales.
“Zonas que no deben estar habitadas, se sigue permitiendo que se habiten e incluso crece más la población”, criticó el geólogo.
Asimismo, rechazó la idea que los habitantes de la colonia Guillén sean trasladada a Ciudad Mateo argumentando que está por encima da la represa Los Laureles, y ocasionaría que las aguas negras caigan a la fuente de agua.
Recomendó que una salida inmediata sería el proyecto de las casas contenedoras del sector de Lomas de Diamante, mientras la AMDC busca terrenos para una ubicación final y permanente.
Sabillón exhortó a las autoridades que ejecuten el plan de ordenamiento territorial.
Concluyó que hay zonas que no deberían poblarse como la colonia El Pedregal y zonas aledañas, también la Ulloa, San Francisco, Ciudad del Ángel, y poblaciones a orillas de ríos y quebradas.
Voces de los afectados
Uno de los habitantes perjudicados es Óscar Armando Cruz que al momento de ser consultado por Proceso Digital se encontraba evacuando sus pertenencias.
Relató que él vivía junto a su madre, su hermana lo hacía en la casa de al lado, pero que con los deslizamientos se trasladaron hacia el municipio de Valle de Ángeles, donde están alquilando una vivienda.
“Allí nos prestaron una casita, los del batallón nos ayudaron a llevar las cosas, pero solo estamos cuidando”, expresó.
El ciudadano contó que el día anterior (domingo) mientras estaba bajando las pertenencias empezó a temblar por el movimiento del suelo, le generó una gran preocupación. Tiene seis días de haber desalojado su vivienda, contó.
Recordó que la semana pasada le cortaron el servicio de agua potable y la energía ante el colapso de las viviendas.
Cruz advirtió que si se produce otro derrumbe su casa será afectada y colapsará junto a las otras que están al borde del precipicio que generó el hundimiento de tierra.
Segunda evacuación
Otra dramática situación es la que atraviesan Idones Arguijo y Verónica Tercero, una pareja que residían desde hace cuatro décadas en la colonia Guillén y han sufrido dos evacuaciones por los deslizamientos.
Ambos contaron que la primera evacuación fue años después del huracán Mitch -1998- en la que tuvieron que desalojar y 24 años después, vuelven a atravesar la misma situación.
“En los dos deslizamientos se nos ha venido la casa, no es la primera vez que perdemos las cosas”, recordó la pareja con nostalgia en su plática con Proceso Digital.
Ambos señalaron que los vecinos evacuados se han reunido con autoridades edilicias para monitorear terrenos en varias colonias, pero sin llegar a una determinación.
El sentimiento de ambos es de tristeza por haber realizado sacrificios y tener que abandonar sus casas. Actualmente, ambos alquilan una casa en la aledaña colonia Canaán.
La pareja ha concluido que su intención no es volver a la colonia Guillén y que no desean volver a repetir la situación actual.
Ciudadanos que se rehúsan a evacuar
Hay pobladores en las colonias Guillén, Suazo Córdova y Nueva Santa Rosa que se rehúsan a evacuar sus residencias, uno de ellos es el ciudadano Danilo Rodríguez.
“Yo no me muevo de aquí, yo le digo a mi familia que solo se abra este terreno, caiga adentro y me muera, es la única forma que me tienen sacar para llevarme al cementerio”, sentenció.
Argumentó que si lo trasladan a un albergue la situación es complicada porque tiene que pelear para conseguir un plato de frijoles y arroz.
Reprochó las declaraciones y posturas de algunas autoridades ante la tragedia de las pérdidas de casas de pobladores de la colonia Guillén.
Cuestionó que las personas que pierden sus casas, las autoridades lo obligan a trasladarlo a un albergue con la promesa de otorgarle alimento y la promesa de la búsqueda de un nuevo hogar.
“Es una cosa muy terrible, nosotros los pobres, aquí donde vivimos en este lugar tan difícil es sumamente complicado, las autoridades solo paja (mentira) nos dan, cumplir con lo que están prometiendo es imposible”, relató.
La Nueva Santa Rosa también urge prioridad
Los pobladores de la colonia Nueva Santa Rosa también demandan a las autoridades que sean tomados en cuenta en las medidas de prevención y evacuación ante el desastre ocurrido en la zona de la Guillén.
La ciudadana Sara Armijo, una habitante de la colonia Nueva Santa Rosa, exhortó a las autoridades que también le den prioridad a la zona señalando que es un sector de deslizamiento.
“Lamentablemente no nos han tomado consideración, gracias a Dios no se ha movido como ha sucedido las anteriores veces, pero sí estamos preocupados porque hay muchos niños y personas de la tercera edad”, externó.
Puntualizó que las autoridades se han enfocado en las colonias Guillén y Suazo Córdova.
Sara Armijo se solidarizó con los habitantes de la Guillén y Suazo Córdova, pero urgió que se concentren en la Nueva Santa Rosa al ser una zona histórica de deslizamiento.
Y así, mientras transcurren los días, también crece la angustia de los habitantes de esta zona declarada inhabitable por las autoridades edilicias. Sus pobladores lo único que demandan son soluciones que perduren en el tiempo y que sean un alivio a la desgracia de haber perdido sus casas y sus enseres domésticos. AG