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Enormes grietas laceran a Libre de cara a comicios generales

Tegucigalpa (Proceso Digital) – El partido Libertad y Refundación irá a los comicios generales de noviembre próximo en medio de denuncias de fraude, votos helio, compra de voluntades y estrategias para quitar del camino a los líderes incómodos, similar a lo sucedido en enero de 2022 cuando sufrió su primera fractura interna al incumplir la promesa de otorgar la presidencia del congreso al diputado Jorge Cálix. La virtual candidata presidencial, la ministra de defensa, Rixi Moncada, ha anunciado que iniciará una cruzada por la unidad interna y luego la unidad nacional.

Ese anuncio lo hizo la noche del 9 de marzo donde se declaró ganadora de las internas en su partido y citó a Fidel Castro como el faro que advirtió que una revolución se estaba gestando en Honduras. Moncada dijo que iniciaría el camino de la unidad a lo interno de su partido y luego en el país para continuar construyendo esa revolución que advertía el extinto líder de la revolución cubana y presidente de Estado por décadas en la isla caribeña, Fidel Castro.

Pero la unidad a lo interno de Libre no será fácil. Nuevamente el partido en el poder sale altamente fracturado de las elecciones primarias con denuncias de fraude, inflado de votos (votos helio), compra de conciencias y “línea” de uno de los movimientos más fuertes para sacar del juego de las primarias a dirigentes históricos fundadores de Libertad y Refundación a través del que fuera el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), el semillero que dio vida a Libre.

Rafael Sarmiento fue señalado por Carlos Zelaya como el organizador de la narcoreunión de 2013.

La corriente que está siendo denunciada es el movimiento M-28 que dirige la familia presidencial y que tiene en Carlos Zelaya, el mayor referente y principal estrategia y artífice que ejecuta las directrices en ese movimiento. Carlos Zelaya es cuñado de la presidenta Castro y hermano del asesor presidencial y coordinador general de Libre, Manuel Zelaya.

Un narco video en el cual se le ve negociando con narcotraficantes hondureños fondos para la campaña presidencial de Libre en el 2013, le forzó a salir de la escena pública, renunciar a su cargo de diputado y secretario del Congreso Nacional, pero no al partido Libre donde sigue militando activamente y así se le vio en los cierres de campaña en su departamento, Olancho, y el día de las votaciones desplazándose en helicópteros y sorteando los reclamos de la gente de base de Libre.

Si bien la coordinación del M-28 la tiene ahora su sobrina, la diputada Hortensia Zelaya, las bases y coordinadores de Libre señalan que Carlos Zelaya sigue siendo el hombre fuerte en ese movimiento y dentro del partido, que parece avanzar hacia un partido de “hacienda familiar” que a un instituto político que se formó para propiciar la inclusión y generar pensamiento crítico. Por ahora el M-28 estaría sacando 92 de las 128 diputaciones.

De los líderes fundadores de Libre que está quedando fuera del proceso es el dirigente del movimiento popular hondureño, Bartolo Fuentes, hoy está quedando fuera de las internas para reelegirse como diputado y denunció que Libre se parece más “a los cachurecos” que al ideal partidario con que fundó esa joven institución política.

Carlos Zelaya sigue siendo la cabeza del M-28, de acuerdo a señalamientos de los propios dirigentes del Partido Libre.

El M-28 impone aplanadora           

Bartolo Fuentes es militante del movimiento interno Fuerza de Refundación Popular (FRP) y fue tajante al indicar que el responsable de su salida y de todo lo que estaba pasando a nivel nacional donde arrasa el M-28 es Carlos Zelaya, a quien acusó de soltar dinero para comprar votos y sacar del camino a corrientes y líderes del FRP, al igual que de otras corrientes.

Silvia Ayala, actual legisladora por Libre y miembro del FRP también está quedando fuera de la integración de planillas del partido por el departamento de Cortés; todos se asustan de su exclusión por considerar que ha hecho un buen trabajo partidario, pero ella no responde al M-28. Ayala compareció y habló de las duras realidades sobre los resultados de las primarias en su partido, junto a otros líderes de la institución como Juan Barahona. Otro es el actual vicealcalde de San Pedro Sula, Omar Menjívar, que buscaba una diputación en Libre por el movimiento POR.

Y es que en la franja de riesgo para integrar las planillas de Libre en el nivel electivo de diputados están los actuales parlamentarios Juan Barahona, veterano líder popular y Jari Dixon Herrera, exfiscal del Ministerio Público, con trayectoria dentro del movimiento popular. Ambos también son integrantes del FRP.

El FRP denunció compra de conciencias desde Sedesol para favorecer el M-28.

Otro líder fundador de Libre y dirigente del FRP, es el diputado Rafael Sarmiento, actual jefe de bancada del partido en el congreso, y hoy está entrando de forma apretada en las planillas de diputado de su partido en Olancho en una posición que no le garantiza salir en las generales. Sarmiento es un líder político natural en Olancho y ha denunciado que lo quieren dejar fuera de las estructuras de su partido y que ha habido una conspiración en su contra. Expresó que existe un sentimiento de “traición e indignación” por lo sucedido a lo interno en Libre.

Convocó a una reunión de bases el domingo 16 en Juticalpa, y ahí obtuvo el respaldo de estas para iniciar un movimiento de rescate de la unidad del partido Libre en Olancho y el resto del país. Dijo que recibió una llamada de la virtual candidata Rixi Moncada para sostener una reunión y escuchar sus reclamos.

Otros movimientos fundadores de Libre están quedando fuera en las primarias como el Pueblo Organizado en Resistencia (POR), Somos+, Movimiento MEL, Nueva Corriente, Morena Libre, Justicia Social. Todos estos movimientos en su gran mayoría están siendo borrados de las primarias ante el arrastre del M-28, un movimiento controlado por la familia presidencial que en estas primarias apostó por poner al partido al servicio familiar.

Rixi Moncada enfrenta varios desafíos a lo interno del partido en el poder, Libre.

Los desafíos de Rixi Moncada

Este nuevo cisma en Libre se asemeja—con más profundidad—al suscitado a inicios de su gobierno cuando le quitaron la presidencia del Congreso al entonces diputado por Libre, Jorge Cálix. Esa primera fractura que vivió el partido en el poder no se pudo zanjar; Cálix y sus diputados leales abandonaron a Libertad y Refundación y se fueron a juramentar al Partido Liberal, donde participaron en las primarias, logrando reelegirse unos para aspirar a una nueva diputación, y quedando en el camino otros, tras el fenómeno de arrase que representó el movimiento de Salvador Nasralla, el virtual candidato oficial del Partido Liberal.

En Libertad y Refundación se jactaban de haber “desinflado” el voto helio del bipartidismo político que representan los partidos Nacional y Liberal, pero la algarabía le duró poco: los resultados internos evidencian no solo una repetición de prácticas viejas achacadas al bipartidismo, sino una operación de exterminio de corrientes que podría hacer que ese instituto político pierda su identidad partidaria de inclusión y respeto al pensamiento crítico.

Olivia Zúniga hizo fuertes señalamientos contra Sedesol.

La embajadora de Honduras en Cuba, Olivia Zúniga, hija de la extinta líder ambientalista Berta Cáceres y del líder popular, Salvador Zúniga, cuestionó fuertemente en declaraciones públicas, el uso de los recursos públicos por medio de la secretaría de Sedesol para favorecer candidaturas del M-28. Reprochó que toda la maquinaria del Estado a través de Sedesol estuviera a favor de un movimiento interno de Libre como el M-28.

La virtual candidata del partido en el poder, Rixi Moncada, tiene ante sí al menos tres desafíos, dos internos y uno externo. Los internos se relacionan con tejer fino para cerrar heridas y fracturas ya instaladas en Libre y tratar de zanjarlas para ofrecer un partido unido de cara a las elecciones generales que le permitan atraer a los electores independientes y lograr junto a sus bases militantes retener el poder. En esos acomodos internos deberá negociar con la facción que controla Libre con la familia presidencial a la cabeza, deberá ver cómo encuentra equilibrios que no la lleven a la derrota electoral. El otro desafío es responder a los cuestionamientos públicos en su doble rol de ministra de defensa y candidata presidencial, ante los vergonzosos hechos acaecidos el 9 de marzo, en donde tanto ella, como las Fuerzas Armadas y Libertad y Refundación han salido fuertemente dañados y cuestionados. (PD)

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