Tegucigalpa – Honduras entra a la semana electoral entre tensiones logísticas, choques institucionales y desconfianza generalizada, advierte NODO-Honduras, en su último análisis semanal.
El escrito inicia destacando que el proceso electoral llega a sus últimos días con una cadena de custodia electoral marcada por improvisaciones, un llamado de la OEA a sesión extraordinaria, la presencia creciente de las Fuerzas Armadas en espacios donde deberían operar actores civiles y el cierre de campaña de Rixi Moncada reiterando que no reconocerá los resultados preliminares del TREP.
El análisis describe un escenario donde “todo puede explotar en cualquier dirección”, incluyendo para aquellos actores que creen tener control absoluto del terreno.
El sistema de GPS para rastrear las maletas electorales llegó al país el 23 de noviembre, forzando una disputa interna entre las consejeras Ana Paola Hall y Cossette López-Osorio: Hall defendió seguir el cronograma y despachar las primeras rutas sin GPS. López insistió en esperar para garantizar seguridad técnica.
El resultado ha sido mixto: según Hall, 10 departamentos saldrán con GPS instalado en las maletas. Pero el retraso reveló la incapacidad institucional de resolver conflictos de manera discreta y ordenada, señala NODO.
Vacíos de los partidos y mayor presencia militar
La fragilidad territorial de los partidos políticos abre espacios que están siendo ocupados por las Fuerzas Armadas, alerta el análisis.
Cossette López informó dos incidentes clave: En Colón, el Consejo Departamental Electoral votó 4 a 1 para entregar las llaves del centro de acopio a los militares, permitiendo presencia nocturna sin observadores.
En Lempira, las maletas llegaron a las 2:00 a.m., pero quedaron en los camiones porque representantes de Libre y del Partido Liberal no se presentaron a recibirlas.
En varios departamentos, el material electoral “duerme” en instalaciones donde solo los militares tienen llaves, generando preocupaciones sobre la cadena de custodia.

OEA convoca sesión extraordinaria
La Organización de Estados Americanos convocó una sesión extraordinaria del Consejo Permanente a pedido de cinco países encabezados por Estados Unidos.
El gobierno hondureño, controlado por Libre, designó a Marlon Ochoa y Mario Morazán como representantes, excluyendo a consejeros opositores del CNE y TJE, varios de ellos enfrentados con el Ministerio Público o incluso querellados por las Fuerzas Armadas.
La interrogante es si Marlon Ochoa repetirá el discurso de Rixi Moncada —desconociendo el TREP— o si intentará proyectar normalidad, como sostiene el embajador hondureño ante la OEA, Roberto Quesada.
Estados Unidos marca límites y advierte sobre judicialización
El subsecretario de Estado Brian Landau expresó preocupación por la judicialización del proceso, mientras el sector privado hondureño ha alertado sobre los riesgos de que el Congreso intervenga si el CNE no logra un acuerdo sobre resultados.

Mientras tanto, las Fuerzas Armadas interpusieron una querella contra Cossette López y rechazaron una solicitud de Ana Paola Hall para prestar instalaciones.
China también entra al tablero, la embajada de China recordó a todos los partidos que la relación bilateral depende del respeto al principio de “una sola China”.
Los candidatos Asfura y Nasralla ya han dicho que restablecerían relaciones con Taiwán, mientras que Libre ha colocado la soberanía nacional como eje central.
Elecciones convertidas en una operación de certificación
Según NODO, estas elecciones dejaron de ser un evento cívico para transformarse en una competencia por certificar la versión propia de fraude: Libre prepara a su base para defender la victoria en calles y pide fotografiar actas y vigilar convoyes militares.
La oposición señala la crisis logística como prueba de sabotaje institucional y apuesta a que la observación internacional valide sus denuncias.
El análisis recuerda que solo pocas organizaciones en el país realizan conteos rápidos con rigor estadístico.
Los demás son instrumentos políticos capaces de influir en la narrativa del fraude o la legitimidad.
Asimismo, se advierte que un choque entre conteos informales y conteos serios podría fracturar al bloque opositor, pues, aunque comparten el deseo de alternancia, no necesariamente coinciden en quién debería gobernar.

La guerra sucia
Según NODO, cada actor enfrenta la tentación de incendiar el proceso, manipular números o usar el control sobre llaves, bodegas o pasillos para influir en el desenlace. Pero advierte que “ninguno está absuelto de que sus últimas jugadas le puedan explotar en la cara”.
El llamado final: participación masiva y vigilancia ciudadana, ante el torbellino político, social y logístico, el análisis concluye con una recomendación clara: Llegar temprano a votar, revisar la papeleta con calma, votar sin presiones, observar el cierre, y fotografiar el acta cuando sea posible.
En el análisis se advierte que la presencia de observadores con credibilidad, así como misiones técnicas, ayudará; pero, como apunta NODO, “nada sustituye el peso de miles de personas haciendo su parte en silencio”.
Finalmente, el informe destaca que Honduras entra así en una semana decisiva, marcada por incertidumbre, tensiones institucionales y un proceso electoral cuya legitimidad dependerá en gran medida de la participación y vigilancia ciudadana. LB









