Tegucigalpa (Proceso Digital / Por Alejandro García) – El avance de la pandemia del COVID-19 en Honduras llegó a una situación alarmante. Los centros de triaje reflejan circunstancias dramáticas, que solo entre julio y agosto han registrado 20 víctimas mortales en sus instalaciones, este mes, casi a diario por lo menos una persona muere en esos centros ante la impotencia de médicos y enfermeras. La mayoría de los casos son pacientes que llegan tarde o que, además, esperan un cupo en los hospitales que están abarrotados.
Hasta antes de la pandemia, en Honduras la palabra triaje era prácticamente desconocida, este neologismo que proviene del francés trier, se precisa como escoger, separar o clasificar y aunque el término inicialmente se usó durante las batallas napoleónicas, actualmente se aplica como un vocablo que define la clasificación o priorización de la atención urgente de pacientes.
Ahora no hay quien en Honduras no sepa lo que es un triaje y a ellos acuden miles de ciudadanos cada día en busca de atenciones primarias para atajar sus cuadros de coronavirus, muchos de los usuarios son pacientes que llegan tarde.
También hay regiones donde los triajes han sido cerrados por falta de recursos. Casi todos estos centros funcionan con fondos estatales, contraparte municipal, recursos de la empresa privada y muchos otros son contribuciones ciudadanas.
Los cupos en los llamados triajes también se han vuelto insuficientes.
El personal que trabaja en estos centros es mayoritariamente joven, son médicos egresados de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNAH y de la Escuela de Enfermería, que han estado en primera fila durante la pandemia. Ellos viven entre realidades dolorosas, dramáticas y enfrentan la muerte a cada instante. Muchos se han contagiado o han contagiado a sus familias. Las autoridades sanitarias les prometieron plazas permanentes como premio por su sacrificio, pero este tema es materia pendiente: Al momento de hacerles el ofrecimiento, fue el Congreso Nacional el que aprobó mediante decreto la creación de sus plazas.
Ya para este 10 de agosto y sumando a la situación de la saturación de los hospitales, los triajes se han convertido, en gran parte de los casos, en la primera y única línea de respuesta ante la pandemia.
En un 200 % se incrementan atenciones en triaje de Infop en SPS
La circulación hasta el momento de las variantes: Alfa (británica), Gamma (brasileña) y Beta (sudafricana) en Honduras, a la espera de confirmación de Delta (India), ha provocado un aumento de casos con síntomas graves en los pacientes, que saturan las atenciones de hospitales y triajes.
Los triajes en la capital hondureña son los que atraviesan situaciones críticas, debido que el Distrito Central es el epicentro de la pandemia en Honduras, que causó que los hospitales no acepten más pacientes y que las atenciones se enfocarán en los centros de estabilización.
Las respuestas de las autoridades han sido ampliación de camas en los triajes de la capital hondureña.
Pese a que en Honduras arriban de manera constante vacunas contra el COVID-19, y se realizan jornadas extensivas de vacunación, la pandemia no se ha detenido en su propagación.
Cada día se hace más cotidiano que coordinadores de los triajes reportan muertes de pacientes en estos puntos.
Muertes por COVID en triajes, cada vez más cotidianas en DC y SPS
Nueve muertes en julio
Un hombre de 64 años fue una de las tantas víctimas de esta enfermedad en el centro de triaje de la colonia Mayangle en la ciudad de Comayagüela, el último día del mes de julio.
El 30 de julio, dos pacientes fallecieron en los centros de triajes del San Pedro Sula y Distrito Central, respectivamente, la primera una mujer en el Instituto de Formación de Profesional (Infop) en SPS, y la segunda, unapaciente de 54 años en la Universidad Católica.
El 27 de julio, en el centro cívico del Centro Cristiano Internacional (CCI), una mujer de 80 años no aguantó y murió por esta enfermedad.
El 26 de Julio, otra octogenaria falleció, en esta ocasión una mujer de 82 años en el triaje del Instituto de Formación Profesional (Infop), en la ciudad de San Pedro Sula.
El 24 de julio, hombre de 85 años perdió la vida en el centro de triaje del Instituto Jesús Milla Selva de la ciudad de Tegucigalpa.
El 23 de julio, hombre de 68 años falleció en el centro de triaje de San Pedro Sula.
El 22 de julio, un paciente de 80 años pereció en el triaje del CCI en la capital hondureña.
El 11 de julio, una dama de 68 años expiró en el centro de estabilización del Centro Cívico Gubernamental de Tegucigalpa.
El coordinador de los centros de triajes del Distrito Central, Rony Antúnez, señaló que más de 20 personas han perdido la vida a causa del COVID-19 en los lugares de estabilización de la capital hondureña.
“Suficiente muertes hemos tenido como para que sigamos teniendo más”, lamentó.
11 muertes en los primeros días de agosto
Proceso Digital contabilizó hasta el 8 de agosto, 10 decesos en el octavo mes del año en los centros de triajes de los municipios del Distrito Central, Choloma y San Pedro Sula.
La mitad de las muertes ocurrieron en los triajes de la capital hondureña, cuatro en la ciudad de San Pedro Sula y uno en Choloma.
El lunes 2 de agosto, una mujer de 79 años falleció, procedente del sector de Amarateca, murió por COVID-19 en el centro de triaje del Centro Cívico Gubernamental, capital hondureña.
Más tarde, un hombre de 59 años pereció en el triaje localizado en el centro cívico Emna Romero en el municipio de Choloma.
El martes 3 de agosto, una mujer septuagenaria falleció por COVID-19 en el centro de triaje del Centro Cristiano Internacional (CCI), en la ciudad de Tegucigalpa.
Paciente masculino de 65 años murió en el centro de triaje de la colonia Mayangle en la ciudad de Comayagüela el martes 3 de agosto.
Mujer de 86 años falleció en el centro de triaje del Instituto Jesús Milla Selva el miércoles 4 de agosto.
Cuatro personas fallecieron en 48 horas en el triaje del bulevar del Norte en la ciudad de San Pedro Sula, reportaron autoridades el jueves 5 de agosto.
Autoridades reportaron el fallecimiento por COVID-19 de una paciente del sexo femenino de 96 años en el centro de triaje del Instituto Jesús Milla Selva, el viernes 6 de agosto.
Paciente masculino de 71 años en el centro de triaje de la Universidad Católica el domingo 8 de agosto.
Centro de estabilización con alto flujo
El doctor Omar Videa reconoció que la situación que atraviesan los triajes es compleja, por lo tanto, aconsejó la creación de un centro de estabilización con alto flujo.
“Los pacientes necesitan una cantidad mayor de oxígeno que no se le puede proporcionar por qué la capacidad de los trajes es de 15 Litros”, dijo a Proceso Digital.
Explicó que los pacientes en condiciones moderadas a graves podrían ser tratados en el centro de estabilización con una cantidad de oxígeno mayor y no recurran de cupo en los hospitales.
El médico internista añadió que con la creación del centro de estabilización con alto flujo de oxígeno ayudaría a descongestionar los hospitales para el manejo de pacientes críticos.
“Sería como un nivel intermedio de la atención, se instalan 50 camas con alto flujo y significa evitar 50 traslados a un hospital, porque con alto flujos tiene capacidad de brindar entre 15 y 60 litros por minuto de oxígeno”, puntualizó.
