Tegucigalpa – El Salvador, Guatemala y Honduras, enfrentan desafíos contra la corrupción, muestra de ello es que los tres países, han tenido que acudir desde hace algunos años a mecanismos extranjeros para afrontar este flagelo, debido a que sus débiles institucionalidades que no alcanzan a los infalibles responsables de malversar los fondos públicos, pese al auspicio de la comunidad internacional, las redes corruptas hasta ahora han logrado anteponerse.
– Misión de alto nivel del gobierno hondureño encabezada por el canciller Enrique Reina se encuentra en Estados Unidos para afinar con la ONU la llegada de la CICIH
– El gobierno, a través de Rixi Moncada, ha dejado clara que quiere una Misión apartada del Ministerio Público y que tenga potestad de presentar la acción penal.
El gobierno hondureño, con 10 meses en el poder, prometió como una de sus primeras acciones la instalación de una Comisión Internacional Anticorrupción, denominada CICIH, pero la promesa se ha ido diluyendo pese a que hay pasos para su instalación el próximo año.
Entre declaraciones de funcionarios de gobierno y personeros de la ONU, ha transcurrido casi un año, mientras se ultiman detalles para la firma del memorándum de entendimiento entre Honduras y el ente mundial.
Precisamente esta semana una comitiva gubernamental de alto nivel integrada por el canciller Enrique Reina; el ministro de Transparencia, Edmundo Orellana; y la ministra de Finanzas, Rixi Moncada, viajaron rumbo a Washington para negociar lo que será la CICIH. A la par, coincidentemente, otros funcionarios como el ministro de Defensa, Manuel Zelaya Rosales; el jefe del Estado Mayor Conjunto, José Jorge Fortín; y presidente de la Comisión Nacional de Banca y Seguros (CNBS), Marcio Sierra, también agarraron vuelo a Estados Unidos.
Honduras por otro intento con Naciones Unidas
Honduras ya tuvo una experiencia en el combate a la corrupción liderada desde el organismo de la MACCIH, que dependía de la organización de Estados Americanos (OEA), que llegó sin altas expectativas, pero fue retirada del país casi en su mejor momento, porque logró revelar inimaginables casos de corrupción, cuyos señalados desarrollaron altos cargos, no solo en el Poder Legislativo, sino también en el Ejecutivo. Varios empresarios también fueron mencionados por presunta corrupción contra el Estado de Honduras.
Esta vez, el país centroamericano intenta echar mano de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde las pláticas están muy avanzadas, después mutuas visitas del organismo multilateral a Honduras y de funcionarios electos por la presidenta Castro, a EEUU, para afinar la solicitud que hiciera formalmente el gobierno el pasado mes de abril. La promesa está por cumplirse, la misma se encuentra en etapa de consideración informó recientemente Naciones Unidas en una comunicación oficial.
En el Poder Ejecutivo que lidera Castro y en el Congreso de Luis Redondo, afirman que la CICIH, finalmente se instalará en Honduras. Todo esto ocurre mientras se derogan leyes, reforman normas constitucionales para fomentar la transparencia y donde se otorgan mayores facultades a la Unidad Fiscal Especializada Contra Redes de Corrupción (Uferco), adscrita al MP y ahora tiene atribuciones temporales similares que el Fiscal General de la República.
Edmundo Orellana, Ministro de la Transparencia, dijo que la Comisión deberá tener amplias facultades para investigar no solo administraciones pasadas, sino también la actual, además considera que no debe haber ninguna condición para que se instale por un periodo no menor a ochos años, desde la sociedad civil también se cree lo mismo. Redondo, asegura que la CICIH vendrá.
Mientras que el titular de la CSJ Rolando Argueta, es del criterio que la justicia no puede estar indefinidamente en manos de extranjeros, pues dice que la institucionalidad debe fortalecerse para actuar conforme lo manda el texto constitucional. La oposición política que ahora lidera el Partido Nacional –anteriormente 12 años en el poder-, condena la aprobación de una amnistía política, no cree en la lucha anticorrupción por el oficialismo y hasta dudan que la CICIH vaya a instalarse.
El futuro de una CICIH en Honduras, como segunda oportunidad de tener una instancia internacional que combata la corrupción tras la salida de la MACCIH, dependerá de las negociaciones que mantenga la misión de alto nivel del gobierno hondureño con los personeros de las Naciones Unidas.
La ministra Moncada dijo que esperan una CICIH que trabaje independiente al Ministerio Público.
Mientras la sociedad civil espera una comisión internacional que sea independiente, cuyos recursos provengan de gobiernos amigos y que sea la ONU quien selecciones a su comisionado principal y demás persona, a fin de garantizar su plena autonomía.
Desde el lado del oficialismo algunas voces hablan que la comisión sea financiada por el gobierno y que el personal de la misma sea previamente conocido por el gobierno.
El senador estadounidense Patrick Leahy pidió a la presidenta Xiomara Castro que firme el convenio de la CICIH con las Naciones Unidas, a fin de cumplir con su promesa de campaña.
Experiencias de vecinos fracasaron
Guatemala, El Salvador y Ecuador, son gobiernos donde la lucha contra la corrupción, bajo el liderazgo de mecanismo ajenos a su institucionalidad dieron resultados exitosos, sin embargo, no es atrevido pensar que, de ahora en adelante, este no será un riesgo que querrán volver a vivir pese la debilidad institucional.
La corrupción se ha convertido en azote bravío para los Estados que integran el Triángulo Norte de Centroamérica, sus sistemas de administración fracasaron históricamente, más cuando de transparencia se trató, la clase política pretende hacer una lucha anticorrupción direccionada y en el marco de pactos en los que buscan blindarse, en ese contexto ambicionan investigar todo, menos sus actuaciones y al solo sentirse ofendidos, se convierten en el principal obstáculo para que lo entes pertinentes libren la lucha desde cualquier ángulo.
Además el crimen, narcotráfico, migración y pobreza, son realidades adyacentes que acechan el desarrollo de los tres países centroamericanos. El fenómeno de la corrupción terminó propagándose y convirtiéndose en niveles altos de impunidad, esta fue una fiel característica de los propios entes públicos, no sólo en detrimento de la normativa, sino que desde reformas de la ley misma servida en bandeja de plata, no solo para satisfacer corruptos sino para protegerlos.
Ninguna de las comisiones anticorrupciones instaladas en Guatemala, Honduras y El Salvador, han logrado sostenerse; tampoco en Ecuador, todos los mecanismos enfrentaron ambientes similares y aunque siguen siendo una necesidad para los países en vías de desarrollo, existe todavía algún tipo de celo desde las instituciones, que por débiles que sean ante el flagelo, están en desacuerdo con los entes externos, tal es caso de Honduras. JP