Tegucigalpa (Proceso Digital) – A sus 73 años, el economista hondureño Nelson Ávila se presenta ante el electorado hondureño como un candidato distinto. No lo impulsa una maquinaria partidaria tradicional ni un discurso populista; lo respalda su trayectoria académica, su experiencia internacional y una visión clara de país, afirma.
–Nelson Ávila, ha reiterado su llamado a todos los actores políticos a firmar un acuerdo de paz para evitar la violencia y combatir la corrupción.
–El candidato reafirma su enfoque centrado en la ciudadanía y en la búsqueda de una Honduras más justa y transparente.
Nacido en Tegucigalpa el 22 de agosto de 1952, Ávila es licenciado en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y posee postgrados en planificación del desarrollo y economía obtenidos en instituciones de prestigio en Francia y Estados Unidos. Políglota y con una larga carrera docente y consultora, ha trabajado con organismos como la ONU, el Banco Mundial, el BID y el BCIE.

En el ámbito político, fue asesor presidencial y representante ante el Banco del ALBA durante el gobierno de Manuel Zelaya, además de haber participado activamente en la resistencia posterior al golpe de Estado de 2009. Aunque fue precandidato presidencial por el Partido Libre en dos ocasiones, hoy busca la presidencia bajo la bandera del Partido de Innovación y Unidad Social Demócrata (PINU-SD).
Un académico con vocación de cambio
En el círculo mediático se le describe como un candidato intelectual. Pero Ávila prefiere definirse como un hondureño comprometido con su país. “No es posible que continuemos en una inseguridad permanente, que cambien los gobiernos y el resultado sea el mismo: caos y desigualdad”, reitera con firmeza.
Para él, la raíz de los males nacionales está en las cúpulas del tripartidismo, responsables —según afirma— de mantener al país en un ciclo de crisis y pobreza. Ávila propone una transformación profunda sustentada en cinco compromisos fundamentales:
Erradicar el hambre y la pobreza mediante la generación de riqueza y la creación de un Fondo Nacional del Emprendedurismo.
Reformar el sistema educativo, garantizando calidad desde prebásica hasta la educación superior.

Transformar el modelo de salud, pasando de la atención curativa a un enfoque preventivo y universal.
Fortalecer la seguridad ciudadana, apostando por la inteligencia preventiva y la inversión social.
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Modernizar la administración de justicia, combatiendo la mora judicial y garantizando que los operadores de justicia sean seleccionados por mérito, no por afiliación partidaria.
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Un plan de emergencia para rescatar al país
Ávila reconoce que Honduras enfrenta “una crisis monumental”. Por ello, su propuesta parte de un Plan de Emergencia Nacional, con acciones inmediatas orientadas a reducir la pobreza y rescatar la institucionalidad.

En cuanto a la seguridad, Ávila plantea un mecanismo de inteligencia preventiva para evitar que el narcotráfico penetre en las instituciones públicas. También propone un enfoque humanista en el sistema penitenciario, donde los reclusos trabajen y desarrollen actividades artísticas, deportivas y educativas.
Economía, migración y relaciones internacionales
Economista de profesión, Ávila impulsa una reforma integral de las seis políticas macroeconómicas: fiscal, monetaria, cambiaria, comercial, de ingresos y de empleo. Defiende una reforma tributaria consensuada, producto del diálogo con todos los sectores. Además, busca atraer inversión extranjera responsable, promoviendo la innovación y la tecnología como motores del desarrollo.

En materia migratoria, reconoce el aporte de los hondureños en el exterior, cuyas remesas representan el 29% del PIB. Propone que los retornados del TPS y las personas con discapacidad reciban financiamiento preferencial para emprender, a través del Banco de Emprendedores.
Respecto a las relaciones internacionales, Ávila defiende la igualdad entre las naciones y la soberanía hondureña.
Un candidato de ideas, no de consignas


Aunque las encuestas que circulan no le favorecen, Nelson Ávila se perfila como una de las voces más consistentes y reflexivas del panorama político hondureño. Lejos de los discursos incendiarios, apuesta por el debate, la ética y la planificación.
“Los partidos tradicionales —dice— han reducido la política a clientelismo y enfrentamiento. Yo quiero devolverle su esencia: la búsqueda del bien común”.
Aunque a la vista está que no es uno de los favoritos en las encuestas, pero para muchos observadores, Nelson Ávila representa una alternativa racional en un tiempo de polarización: un economista con visión global que propone transformar Honduras desde la justicia social, la meritocracia y el conocimiento.LB









