Bendeck dijo desde El Progreso, Yoro (norte), donde reside, que «ahora mismo le he enviado mi renuncia irrevocable al presidente» Zelaya, de quien dijo que no ha recibido el respaldo que esperaba para ejercer sus funciones.
El gobernante anunció que aceptó la renuncia de Bendeck, quien agregó que, después de lo ocurrido con Zelaya, «he comenzado a poner en duda su amistad, porque me ha querido hacer ver mal, como que si yo fuera una persona incapaz que no puedo manejar la ENEE».
Explicó que decidió renunciar porque Zelaya, sin enviársela a él, hizo pública una carta en la que le desautoriza para continuar con un proceso de licitación de 160 megavatios de energía térmica, por considerar que es una acción contraria a su propuesta de campaña.
Según Bendeck, Zelaya «quizá hizo pública esa carta por presiones de gente cercana a él, pero lo malo es que, en vez de hablar antes conmigo, mandaron a sacar unas 30 copias y las han repartido para hacerme quedar mal ante los demás».
«Me di cuenta de la carta -ayer- por otros medios (de prensa) antes de recibirla», dijo Bendeck.
Zelaya ofreció en campaña política que en su Gobierno, que asumió el 27 de enero pasado, no utilizaría más energía térmica, sino que impulsaría programas de energía renovable sostenible.
En la carta, Zelaya le expresa a Bendeck que «lo desautorizo a que continúe con ese propósito», y lo insta a que «trabaje conjuntamente» con las instituciones públicas y empresarios inversores de energía que garanticen que en 2008 podrán entrar en funcionamiento proyectos de energía renovable.
La carta del presidente, según Bendeck, es «un pretexto para que no trasciendan algunas cosas internas de la ENEE», sobre las que no precisó detalles.
Bendeck indicó, además, que con la carta de renuncia le envió al presidente un «amplio informe detallado» sobre la situación en la ENEE, una empresa que atraviesa una difícil situación económica.
El presidente dijo hoy en San Pedro Sula, norte, que le acepta la renuncia a Bendeck y resaltó su «sentimiento de solidaridad y reconocimiento a la labor hecha» por el gerente de la ENEE en menos de tres meses.
Añadió que la ENEE «está hundiendo al país», al reportar perdidas de 100 millones de lempiras (unos 5,2 millones de dólares) por mes.
Según Zelaya, su Gobierno recibió la ENEE «con una deuda de 3.500 millones de lempiras (unos 184 millones de dólares), que no hallamos de dónde agarrar para pagarlos; nos entregaron esa empresa totalmente quebrada y Juan estaba haciendo un gran esfuerzo».
Bendeck es el primer alto cargo de la administración de Zelaya que renuncia.
La semana pasada lo hizo otro de menor rango, el secretario general de Salud Pública, el médico y abogado Dennis Castro, por presuntos actos de corrupción en esa cartera, cuyo titular es Orison Velásquez.
Zelaya no ha comentado sobre la renuncia de Castro, pero ayer reiteró su apoyo al ministro Velásquez, a quien algunos sectores han comenzado a cuestionar por una presunta compra irregular de medicinas que es investigada por el Tribunal Superior de Cuentas.
«Tenés que aguantar, los que están en estos cargos tienen que tener una piel de elefante para aguantar aguijones permanentes», le expresó ayer Zelaya a su ministro de Salud, según informaron medios locales de prensa.