Tegucigalpa – El debate sobre la pobreza en Honduras se ha convertido en un campo de batalla entre las cifras oficiales del gobierno y los análisis de economistas independientes, líderes religiosos y especialistas en datos.
Mientras funcionarios del Poder Ejecutivo aseguran que un millón de hondureños han salido de la pobreza bajo la administración de Xiomara Castro, diversos expertos han desmontado el discurso oficial, calificándolo de “error matemático” y de simple “efecto rebote” tras la pandemia.
Honduras retorna a niveles económicos de antes de la pandemia
El presidente del Colegio Hondureño de Economistas (CHE), Juan Carlos Hernández, explicó que la reducción reportada no representa un avance estructural, sino un retorno a los niveles previos a la pandemia y a los estragos de los huracanes Eta e Iota. “Obviamente ha habido una disminución paulatina de la pobreza que nos ha permitido llegar a los niveles que teníamos antes de la pandemia y estos desastres naturales”, señaló.
En la misma línea, la expresidenta del CHE, Liliana Castillo, recalcó que el repunte actual no obedece a políticas sociales sostenidas, sino a una simple recuperación económica tras la crisis que se dio tanto por la pandemia por COVID-19, como por la tormenta ETA y IOTA . “En términos absolutos lo que vemos es un aumento en el número de hogares pobres. Solo los técnicos del INE saben qué metodología utilizaron”, cuestionó.

Las matemáticas que no cuadran
Más contundente fue el doctor en economía Roberto Lagos, quien calificó el anuncio como un “error de matemáticas básicas”.
Según explicó, en 2021 el 73.6 % de los hogares hondureños eran pobres, lo que equivalía a 1,566,525 hogares. Para 2024, la pobreza bajó a 62.9 %, pero al aplicarse sobre un mayor número de hogares (2,525,648), el total de familias pobres ascendió a 1,588,632. “Decir que más de un millón de personas han salido de la pobreza es un error grosero”, subrayó, respaldando sus datos en el Informe Social de la CEPAL 2024, que confirma que Honduras mantiene los mismos niveles estructurales de pobreza y extrema pobreza que en 2014 y 2023.

Incluso la Iglesia ha mostrado reservas. El cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga expresó que las cifras oficiales no reflejan la realidad palpable en las comunidades. “Nosotros estamos visitando los pueblos, las aldeas y el trabajo pastoral dice otra cosa. Creo que las matemáticas están fallando”, declaró.
El analista de datos y presentador de televisión Efraín Farach detalló la evolución de la pobreza con cifras del INE: en 2019, 5.3 millones de hondureños eran pobres; en 2021 la cifra subió a 6.3 millones; y en 2024 se registran 6.4 millones en pobreza, lo que refleja que lejos de una reducción real, el problema sigue creciendo en números absolutos.
Pese a todos los argumentos de reputados economistas el director del INE insiste que la pobreza se ha reducido por reactivación económica y control de la inflación. “A pesar de todos los problemas en la economía mundial, el país entró en reactivación económica”, dijo Sosa a periodistas, este miércoles.

La conclusión es lapidaria: Honduras continúa siendo el país menos próspero de Centroamérica, según el nuevo Índice de Prosperidad HelloSafe 2025, que reportó Proceso Digital hace algunas semanas que lo ubica entre los 20 más pobres del mundo, a la par de naciones en guerra y regiones devastadas por la miseria.
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Mientras el gobierno insiste en que “el país va por buen camino”, los números —y sobre todo la vida diaria de millones de familias— cuentan otra historia: la pobreza no se mide en discursos, sino en la mesa vacía de los hondureños, como también lo refleja el informe de seguridad alimentaria.
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Otros indicadores que desdicen cifras oficiales

La encuesta realizada por CID Gallup en septiembre y octubre de 2024, reflejó que más de la mitad de los hondureños enfrenta dificultades para asegurar las comidas diarias. El 57% de los encuestados en Honduras señaló que no tienen suficiente dinero para comprar alimentos, colocando al país en una situación alarmante en cuanto a seguridad alimentaria.
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En la actualidad informes reflejan que en Honduras hay 225,589 personas con inseguridad alimentaria fase 4. Esta fase, según los especialistas, es cuando los hogares tienen brechas de consumo de alimentos grandes que se reflejan en desnutrición aguda muy alta y exceso de mortalidad.

La coordinadora del Observatorio en Seguridad Alimentaria y Nutricional (OBSAN), María Luisa García, advirtió desde inicios del presente año que la inseguridad alimentaria en el país sigue en aumento y que ya para el mes de junio de 2025 afecta a 2.2 millones de personas.
En este contexto la conclusión es clara que la pobreza no se combate con discursos ni con cifras acomodadas, se combate con empleo digno, salud accesible, educación de calidad y políticas públicas que transformen la vida de la gente. Los números oficiales pueden maquillar porcentajes, pero no logran ocultar el hambre, la falta de oportunidades ni la desesperanza que millones de hondureños enfrentan a diario.
A los gobernantes y futuras autoridades les corresponde escuchar menos a los asesores que manipulan estadísticas y escuchar más a los padres de familia que no saben cómo alimentar a sus hijos, a los jóvenes y población en general que migran porque aquí no encuentran futuro, y a los ancianos que sobreviven en el abandono.LB