Tegucigalpa/Washington – Estados Unidos se prepara para crear una tercera fuerza anticorrupción, esta vez bajo la conducción del Departamento de Comercio, como parte de su estrategia de lucha anticorrupción y lavado de dinero en el mundo.
– La nueva fuerza estará liderada por el Departamento de Comercio.
– Indica que los actores corruptos hacen más débil a los estados.
– Los estados con corrupción endémica son proclives a ser utilizados por redes terroristas y traficantes.
Lo anterior está enmarcado en la nueva Estrategia de Lucha Contra la Corrupción que fue lanzada por la administración del presidente Joe Biden y que se encuentra en el portal de la misma Casa Blanca.
“Cuando los funcionarios del gobierno abusan del poder público para obtener beneficios privados, hacen más que simplemente riqueza ilícita apropiada. La corrupción priva a los ciudadanos del acceso igualitario a los servicios vitales, negando el derecho a una atención médica de calidad, seguridad pública y educación. Degrada el entorno empresarial, subvierte las oportunidades económicas y agrava la desigualdad”, destaca el documento estadounidense, que también señala que la corrupción vacía las instituciones y corroe la confianza pública.
El pasado 3 de junio Biden estableció que la lucha contra la corrupción es de interés para la seguridad nacional de Estados Unidos, así como amenaza la equidad económica y los esfuerzos globales de lucha contra la pobreza y el desarrollo.
En ese sentido Biden escribió que “contrarrestar la corrupción y demostrar las ventajas de la transparencia y la rendición de cuentas” es una ventaja crítica para Estados Unidos y otras democracias.
La nueva estrategia señala que los actores corruptos sobornan fuera de las fronteras, aprovechan el sistema financiero internacional para esconder riquezas ilícitas en el extranjero y abusan de las instituciones democráticas.
En ese sentido destaca que las investigaciones y las publicaciones periodísticas han documentado que las deficiencias legales y reglamentarias en el mundo ofrecen a los actores corruptos los medios para “deslocalizar y blanquear riquezas ilícitas”, lo que son aprovechados por autócratas que tienen la capacidad de cooptar y recompensar a las élites.
Ya Washington ha creado grupos de trabajo anticorrupción, pero focalizados en el Triángulo Norte de Centroamérica. El que se promueve actualmente tiene alcance global.
Cinco pilares
La nueva estrategia de la Casa Blanca busca frenar la corrupción y sus efectos nocivos en torno a cinco pilares: Modernizar y dotar los esfuerzos del gobierno para combatir dicho mal, frenar las finanzas ilícitas, que los corruptos rindan cuentas, preservar y fortalecer la arquitectura multilateral anticorrupción y mejorar el compromiso diplomático y aprovechar los recursos de asistencia al exterior para avanzar en los objetivos de dicha política.
Washington busca liderar la promoción de la prosperidad y la seguridad para su pueblo, así como las personas que lo rodean en el mundo, señala la estrategia contra la corrupción.
La corrupción ha demostrado significativamente “reducir la capacidad de los estados para responder eficazmente a las crisis de salud pública, la migración, las desigualdades” y abordar el cambio climático, lo que contribuye a la fragilidad de los mismos.
Igualmente se destaca que los estados con “corrupción endémica son más vulnerables a las redes terroristas, criminales transnacionales organizados y traficantes”.
Definiciones
Estados Unidos define el mal como gran corrupción, corrupción administrativa, cleptocracia, captura estatal y corrupción estratégica.
Las tres últimas son de mayor preocupación, ya que la cleptocracia es considerada como un gobierno controlado por funcionarios que utilizan el poder político para apropiarse de la riqueza de una nación, mientras la captura estatal es cuando las entidades privadas de forma indebida influyen de forma corrupta en la toma de decisiones estatales para su propio beneficio y la corrupción estratégica es cuando un gobierno se arma de prácticas corruptas como un principio de su política exterior.
Washington considera que los regímenes autoritarios y sus representantes participan en sobornos y otros actos de corrupción como un medio para promover sus objetivos estratégicos, explota el sistema financiero para deslocalizar las ganancias ilícitas e influyen en elecciones y políticas de estados.
En ese sentido, el gobierno estadounidense buscará salvaguardar su sistema financiero y hará más difícil que los corruptos oculten la riqueza mal habida en estructuras corporativas opacas y reforzará los instrumentos para recuperar e incautar los activos en manos de los corruptos.
Medidas
Washington admite que cambiar la cultura de corrupción no es sencillo debido a su arraigamiento.
En ese sentido señala que el combate a la corrupción requiere de liderazgo y responsabilidad política, un poder judicial imparcial y empoderado, así como medios de comunicación diversos e independientes.
Por ello el gobierno estadounidense dice que incrementará el apoyo a socios estatales y no estatales que se comprometan con la reforma, impulsar la capacidad de otros países y empoderar a activistas, investigadores, periodistas y fuerzas del orden de la primera línea para denunciar los actos corruptos.
Igualmente se comprometen a reforzar y promover asociaciones público-privadas e incorporarán al sector privado de manera consistente como actores que luchan contra la corrupción.
También se creará un nuevo grupo de trabajo anticorrupción en el Departamento de Comercio, que junto al creado en la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (USAID, por sus siglas en inglés), el organismo coordinador anticorrupción del Departamento del Tesoro y en el Departamento de Estado, para lo cual adoptará nuevas medidas y elevará el alcance diplomático.
Incrementará la recopilación y análisis de inteligencia sobre corrupción, actores y sus redes.
Igualmente aumentarán los recursos para hacer cumplir la ley y reforzar el intercambio de información entre la comunidad de inteligencia y la aplicación de la ley. (PD)
