Miami (EEUU) – El Guatemalan-Maya Center de Estados Unidos está ayudando a al menos 58 niños de Florida, de entre tres y quince años, a reunirse con sus familias en ese país centroamericano y otros de Latinoamérica tras la deportación de sus padres y tutores.
Entre ellos, siete viajaron esta semana desde el Aeropuerto Internacional de Miami hacia Guatemala, recogió este viernes el Miami Herald.
Tres de los menores son ciudadanos estadounidenses y cuatro crecieron en Lake Worth Beach (Palm Beach), a unos 100 kilómetros al norte de Miami, donde está la organización y reside una gran comunidad guatemalteca.
Diego Serrato, voluntario del centro, declaró al diario que «separar a un niño de sus padres no es una lección para nadie, no hay ganadores en esto. Los únicos perdedores son los niños».
El diario detalla que la agencia ha gestionado poderes notariales para otros 200 menores cuyos padres temen la detención, asegurando que puedan ser cuidados mientras se resuelven sus casos migratorios.
En Lake Worth Beach, a 11 kilómetros al sur de la residencia del presidente Donald Trump, en su club Mar-a-Lago, se han intensificado la detenciones.
Un informe del American Immigration Council (AIC) revela que, al 2018, unos 4,4 millones de niños ciudadanos estadounidenses menores de 18 años vivían con al menos un padre indocumentado.
Además, unos 6,1 millones de niños compartían su hogar con algún familiar indocumentado, lo que amplía el grupo de menores vulnerables ante las actuales políticas migratorias durante el segundo mandato de Trump.
Estrés tóxico
Tras una deportación, muchos menores enfrentan graves consecuencias emocionales, educativas y económicas, según organizaciones humanitarias.
AIC advierte del riesgo de «estrés tóxico», ansiedad, problemas de salud mental, dificultades escolares y pérdida de estabilidad familiar entre estos niños.
Subraya que el riesgo no se limita a los casos individuales. Según datos de 2019 analizados por diversas organizaciones, millones de niños con al menos un progenitor inmigrante -legal o indocumentado- viven en Estados Unidos, lo que los expone al miedo constante de perder a un padre por deportación.
Los estudios señalan que en muchos hogares, la deportación de un miembro con capacidad de sustento económico puede causar declives abruptos en los ingresos, incrementando la inestabilidad.
Estudios citan reducciones de entre el 40 % y 90 % del ingreso familiar en meses posteriores a una detención o deportación. JS







