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Carteles colombianos inundan de cocaína a Honduras

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Tegucigalpa – Las desproporcionadas cantidades de cocaína decomisadas este año en Honduras demuestran como carteles colombianos inundan de cocaína Honduras, un puente estratégico donde sus socios mexicanos recogen el producto para llevarlo hacia el norte en su ruta final a los Estados Unidos.

– Al menos 7.5 toneladas de cocaína han sido incautadas este año en Honduras. Mucha de esta droga fue encontrada bajo la tierra, abandonada en montañas o fincas del Caribe.

– Carteles de Colombia subcontratan a extrabajadores de capos hondureños para asegurar la droga mientras es recogida por sus socios mexicanos.

El desmantelamiento en este país de carteles poderosos de la droga en occidente, caribe, La Mosquitia y sur, en acciones coordinadas por el Ministerio Público, ha provocado que los lugartenientes de los narcos de “primera generación”, agrupados en la organización del Atlántico, los Valle, Los Pinto, Los hermanos AA, Los Cachiros entre tantos otros -ya extraditados a EEUU o que se han entregado por su cuenta- y que tienen contactos en el sur del continente, éstos, junto a sus pares transnacionales, están llenando de miles de kilos de cocaína a Honduras, dijo a Proceso Digital un operador antidrogas que dirige grandes operaciones contra la criminalidad organizada.

El entrevistado dijo a Proceso Digital que carteles colombianos inundan de drogas a Honduras para que luego sus socios mexicanos se encarguen de recoger el producto.

La fuente recordó que solo este 2021, más de 20 operaciones antidrogas, la mayoría en el Caribe de Honduras, han dejado miles de kilos de cocaína incautados. Mucha de esta droga ha sido  encontrada en caletas,  bajo tierraen montañas o en fincas abandonadas en el departamento de Colón.

(VER) Colón, la gran bodega de la cocaína en Honduras

La fuente explicó que los procesadores de la droga la venden a precio puesto en Colombia, con la obligación de colocarla en Honduras como un punto neutro para que los carteles mexicanos se encarguen de recoger el producto.

Se trata de una nueva modalidad de tráfico, dijo la fuente.

Los narcolaboratorios también es otra de las aristas que son una constante en el país.

De esta forma los carteles colombianos abaratan los costos de la cocaína y evitan pérdidas cuanto la droga es incautada por autoridades locales.

Luego, los grupos mexicanos subcontratan a los extrabajadores de los narcos hondureños, quienes bajan la droga de las avionetas y embarcaciones. Éstos suministran combustibles y brindan seguridad al traslado del alucinógeno, también se encargan de habilitar narcopistas para el aterrizaje de las naves desde Sudamérica.

“Los grupos que traen la droga les exigen que tengan por lo menos habilitadas tres narcopistas como posibles puntos para el aterrizaje de la droga y así evitar cualquier inconveniente”, citó el entrevistado.

Carteles de Colombia subcontratan a extrabajadores de capos hondureños para asegurar la droga mientras es recogida por sus socios mexicanos.

Pagan con droga a micro carteles

Otro extremo revelado por la alta fuente es que se les está pagando con droga a los micro carteles hondureños, lo que muchas veces detona en violencia y se percibe con matanzas múltiples o asesinatos selectivos.

Para el caso, un kilo de cocaína en Colombia cuesta dos mil dólares, en Honduras se cotiza a 12 mil dólares, en México a 20 mil dólares y en New York hasta en 75 mil dólares, detalló el especialista antidrogas.

(VER) Arrecian capturas, hallazgo de precursores, sembradíos y cargamentos de droga

Reto de las autoridades

La experta en temas de seguridad, Arabesca Sánchez, dijo a Proceso Digital que constituye un enorme reto para las agencias antinarcóticos de Honduras poder identificar quienes son los nuevos capos o grupos criminales que operan tras la desarticulación de carteles que por años dominaron el país.

Arabesca Sánchez.

“Esas estructuras tienen tantas vertientes, que cada vez que se captura una cabeza hay tres o cuatro dispuestos a sustituirlos”, reflexionó.

Citó que muchos ejemplos de otros países del área demuestran como los “narco júnior” asumen los mandos que dejaron sus padres.

“Aquí en el país queda el reto que, si las agencias de investigación han estado trabajando por años en el campo haciendo diligencias sobre los miembros de estas estructuras, a estas alturas cada vez que sacan a una cabeza de un cartel, ya deben de saber cuál es la estructura que sigue en esos niveles de conducción de estructuras criminales”, explicó.

Sánchez aseveró que “o se trabaja de manera que se pueda prever ese tema o se empieza a trabajar de forma que cuando se desarticule un cártel se haga por completo sin dejar estructuras activas que tarde o temprano esa explosión de carteles termina generando bandas criminales o mini carteles”.

Reacomodo de bandas

Igualmente, Proceso Digital conversó con el escritor hondureño Óscar Estrada, quien recientemente presentó el libro “Tierra de Narcos” que resume de forma cronológica cómo el narcotráfico se apoderó de Honduras desde finales de los 70 hasta los actuales momentos, cuando el crimen organizado ha permeado la institucionalidad hondureña.

Estrada apuntó que alrededor del narcotráfico existe mucho espectáculo, sin embargo, al ahondar en él, se aprecian otros patrones que ligan al poder político con el hampa.

Aseguró que luego de los constantes golpes sufridos por los carteles históricos en Honduras, lo que ha existido es una especie de reacomodo de otros grupos.

El escritor del libro “Tierra de Narcos”, Óscar Estrada.

Explicó que muchos lo que hacen es aproximarse a Colombia a comprar los kilos de la droga porque están conscientes de tener una red que asegura su paso hasta determinado lugar en la ruta hacia Estados Unidos.

Estrada desglosó que cuando los carteles son desarticulados quedan los mandos inferiores que más o menos tienen ciertos contactos y conocimientos del trámite (narcotráfico), pero no cuentan con la estructura que tenía el capo, “entonces lo que estamos viendo son pequeños narcotraficantes que mueven 10 o 50 kilos que para los anteriores no era nada”.

Poco acceso al poder político

Acentuó que se trata de estructuras más pequeñas y con menos contactos, pero que igual se encargan de movilizar la droga que viaja del sur al norte del continente.

El investigador en temas del hampa, apuntó que “lo que he encontrado en mi estudio es que el narcotráfico necesita acceso al poder que controla el territorio, tal como hacían Los Cachiros en Colón; Wilter Blanco en el Atlántico, Arnulfo Fagot en La Mosquitia o el mismo Fredy Nájera en la zona de Olancho”.

Dijo que estos pequeños grupos criminales que han quedado en el país demuestran tener la estructura para traer la droga desde Sudamérica, pero no así con las autoridades locales. “No sé si las extradiciones de los policías o porque hay mucha atención en estas instituciones, son más dudosas a la hora de prestar su apoyo”, ahondó.

Igualmente, Estrada es del criterio que con la desarticulación de los 10 carteles que operaban hace una década, ahora lo que ha surgido, son muchas bandas dedicadas al microtráfico.

Los sembradillos de cocaína en Colón es otra constante de estas organizaciones criminales.

“Las bandas operan de una forma más caótica, a veces se alían con las pandillas, se trata de estructuras pequeñas que no tienen el poder de las generaciones anteriores de narcotráfico para poder influir políticamente. Algún nivel de éxito tiene y eso se percibe con las operaciones de este año”, descifró.

Calificó como un tema político la guerra contra las drogas por parte de Estados Unidos, al tiempo que mencionó que las prioridades de la administración Biden giran en torno a temas de corrupción e institucionalidad.

El entrevistado concluyó que el narcotráfico sigue vigente no solo en Honduras, sino en todo el continente. “Es un monstruo que no se puede detener, no habrá ningún gobierno hondureño que logre parar el narcotráfico porque cuentan con muchos recursos y aprendizaje porque se alimentan de las cosas que les pasan a los otros carteles, es así que modifican las formas de trasegar la droga”, puntualizó.

Narcos invisibles

De su lado, la directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), Migdonia Ayestas, reflexionó que las estructuras criminales que operan en el país tienen un plan de negocio para producir, procesar, almacenar, transportar y distribuir la droga, sin embargo, se trata de capos invisibles porque nunca son retratados y eso solo ocurre cuando son pedidos en extradición.

Citó que este año ha sido muy activo en cuanto a la incautación de drogas en Honduras.

Ayestas recordó que los departamentos de Colón y Gracias a Dios son puntos estratégicos para los grupos criminales que se dedican al tráfico de drogas.

Migdonia Ayestas, directora del OV-UNAH.

“Hay municipios como Iriona (Colón), donde se siembra desde hace unos años la planta de coca, y eso se vuelve un problema porque si no se sigue el rastro de las narcoavionetas, laboratorios y pistas clandestinas nunca llegamos a saber quiénes son los que están detrás de estas operaciones, solamente lo sabemos cuándo estos personajes son pedidos en extradición”, apuntó.

La titular del OV-UNAH especificó que el último extraditado José del Tránsito García no solo fue pedido por tráfico de drogas en EEUU, sino también por la producción del alucinógeno.

Estableció que el reto de la investigación criminal es lograr descubrir la identidad de estos jefes del hampa, cómo operan y quiénes son sus socios. (PD)

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