Aupadas por el autoritarismo: Redes criminales más sofisticadas en la cooptación del Estado

Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – Analizar las redes criminales de corrupción y criminalidad en la región latinoamericana, y centroamericana, en particular, ya no pasa por la lógica tradicional de pago de sobornos e influencias, éstas se han sofisticado.

En su avance por la cooptación del Estado, para tener poder político e impunidad, han establecido una serie de escalas y características a través de nodos (personas individuales o jurídicas).

Para ello desarrollan conexiones y mecanismos que hacen de lo ilícito algo legal en deterioro de la institucionalidad y los regímenes democráticos.

Lo anterior es la advertencia que hace un grupo de expertos en redes criminales y de corrupción, al indicar que este fenómeno ha alcanzado otras dimensiones en su estrategia de penetración y cooptación del Estado, donde los regímenes autoritarios favorecen su avance amparado en la fragilidad institucional, los desencantos democráticos y las ofertas populistas que les ayudan a mantener base social que les otorga “cierta” protección.

Las redes criminales son definidas como un grupo de personas que se asocian de manera regular y prolongada para facilitar un objetivo criminal. Esta red puede caracterizarse por asociaciones, alianzas o colaboraciones formales o informales.

Este énfasis en las redes reconoce que no todos los mercados están definidos por organizaciones criminales visibles y prominentes con un perfil público reconocible.

Las redes de corrupción y criminales “deben analizarse como sistemas complejos que se benefician del caos y el desorden”, alertó Eduardo Salcedo.

En lugar de eso, – detallan los expertos, – puede darse el caso de que algunos mercados estén dominados por redes más pequeñas, menos visibles o estructuradas.

Estas redes están conformadas por organizaciones criminales y se definen por un objetivo criminal común (como la provisión de bienes o servicios ilícitos; extracción de recursos o rentas de economías legales o ilegales; expulsión de redes rivales o regulación de actividades del hampa). En contraste, las redes pueden incluir múltiples organizaciones con objetivos dispares y, en ocasiones, incluso opuestos.

En su estrategia de cooptación del Estado, para entenderlas hay que pensar en una red de conexiones: “Son actores en el sector público, privado e intermediarios que actúan de forma coordinada para defender intereses particulares a costa del bien común y vulnerando derechos”, explica el experto en investigación de criminalidad, Eduardo Salcedo-Albarán, en el marco de los Ciclos de Actualización a Periodistas (CAP), donde desarrolló una charla magistral acerca de cómo funcionan las redes de cooptación del Estado.

Entendiendo los nodos y expansión de las redes

Salcedo detalló que estas redes se han diversificado en nodos (personas naturales o jurídicas) que van más allá del análisis obvio que puede surgir en los medios de comunicación o el análisis de los expertos.

Indicó que un buen referente para analizar y estructurar la relación de estos nodos se encuentra en los expedientes judiciales y también en el uso de la Inteligencia Artificial (IA) para escudriñar mejor la forma de operar de estos nodos.

El uso de la Inteligencia Artificial (IA) puede ser usada para escudriñar mejor la forma de operar de estos nodos de corrupción.

Las redes de corrupción y criminales “deben analizarse como sistemas complejos que se benefician del caos y el desorden”, alertó Salcedo al exponer cómo las conexiones de estos grupos, sin abandonar los sobornos, ni las influencias con que han operado tradicionalmente, se convierten en súper estructuras de dimensiones transnacionales.

“Una Red es un conjunto de nodos que pueden estar conectados y que tiene una interacción, por ejemplo, intercambian recursos como sobornos o realizan acciones desde las posiciones que ocupan (como otorgar un contrato, tomar una decisión judicial, etc.) Para los casos de gran corrupción este intercambio puede adoptar muchas formas: el traspaso de dinero, información, favores políticos, vínculos familiares, simulación de contratos, creación de empresas, entre otros”, acotó.

Los expedientes judiciales, indicó, son un buen espejo para rastrear e identificar la operación de estos nodos, así como las investigaciones periodísticas al permitir identificar la conexión entre lo legal y lo ilícito y cómo en sus operaciones penetran el Estado, cooptan instituciones y obtienen poder e influencia política.

Las redes criminales se clasifican en grandes, medianas y pequeñas, su radio de operación e influencia la definen sus intereses. Steve Dudley, de Insight Crime, que expuso en el marco de los Ciclos CAP sobre Redes Criminales y Autoritarismo, indicó que estas redes por su naturaleza operan de diversas formas: Individual, Feudal, Institucional, Emprendedor y Populista, pero todas conectadas entre sí.

Steve Dudley, de Insight Crime.

A nivel Individual, se utiliza el crimen para ganar y mantener poder, en lo Feudal, se crea un mecanismo para expandir su poder a nivel regional; en el ámbito Institucional, logran incrustarse en una o varias instituciones del Estado para cooptar y obtener impunidad; en el área de Emprendedor, se establece y se mantiene alrededor de su base económica, mientras del lado Populista, se aprovecha de las circunstancias para reprimir y expandir su poder.

Ejemplos de redes criminales en el triángulo norte de Centroamérica fueron analizados con casos de Guatemala, Honduras y El Salvador, además de conexiones que los carteles de la droga mexicana y colombiana tienen en estos países, en especial el cartel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación. Se visualizó también el rol que dentro de estas estructuras tienen las maras o pandillas como factor para mantener base económica y social.

Las redes criminales infiltradas en el Estado se caracterizan buscan obtener beneficios de capital económico, político, social.

Qué buscan las redes criminales y de corrupción

El análisis de las redes criminales, su penetración en la cooptación del Estado, el uso del poder político para obtener beneficios e impunidad fue detallada con ejemplos de casos en Honduras, Guatemala y El Salvador, donde se perfiló como han penetrado el sistema político de partidos, deteriorando la institucionalidad y aprovechando el caos y el desorden para expandirse de forma más sigilosa, mientras buscan obtener base social en las comunidades para agenciarse protección a través de medidas populistas.

Los expertos advirtieron que los regímenes autoritarios favorecen lo que denominaron “autoritarismo criminal” que pone en riesgo las democracias en Centroamérica, pues mediante acciones populistas se potencian mecanismos que violan derechos humanos.

Las redes criminales de base social, indicó Dudley, buscan protección/ identidad, beneficios compartidos, capital político, social, y se establecen mediante establecimiento de empresas comerciales o de servicios, fuertes lazos políticos, siendo los congresos uno de ellos, así como influencia en el poder estatal con fines ilícitos.

Mientras, las redes criminales infiltradas en el Estado se caracterizan buscan obtener beneficios de capital económico, político, social. En el poder político buscan un apalancamiento del poder del Estado con fines ilícitos y establecimiento de lazos fuertes con los legisladores. Su modus operandi es también el establecimiento de empresas comerciales o de servicios.

El Triángulo Norte de CA tiene muchas peculiaridades en torno a la forma de operar del crimen.

En su estructura, estas redes se concentran en nodos específicos del aparato burocrático, político y militar, operan como redes desestructuradas, flexibles y dispersas para no poder ser detectadas, y se destacan por tener un importante control de territorios dispersos en sus países.

Las redes criminales empresariales, buscan obtener capital político, económico y social, su estructura se concentra en nodos específicos del aparato burocrático, político o militar, y buscan tener un tamaño importante del control de territorios. Estas empresas quieren apalancar el poder estatal con fines ilícitos.

Los expositores del CAP presentaron así, como estas redes criminales y de corrupción se van sofisticando, los desafíos de los gobiernos y ciudadanos para detectarlas y desmantelarse para fortalecer la democracia, desafíos que son enormes dada la fragilidad institucional, los autoritarismos que afloran y la desestructuración a que se ha sometido a los Estados del Triángulo Norte de Centroamérica, advirtieron. El CAP es un espacio de formación académica para periodistas de Guatemala, Honduras y El Salvador. En esta nueva temporada, cerca de 30 periodistas están abordando los ejes sobre Autoritarismo y Democracia en Centroamérica. (PD)

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