Tegucigalpa (Especial Proceso Digital / Por Ronald Ordóñez) -Ser joven en Honduras es un verdadero reto, concluyen expertos que por una parte los definen como el “futuro” del país, pero también como las víctimas de cifras que ellos no quieren protagonizar como el desempleo, la emigración o la violencia.
-De acuerdo con jóvenes consultados por Proceso Digital, en el país centroamericano existen pocas oportunidades y muchas de las que hay son indignas y mal remuneradas.
-El perfil del migrante en Honduras también incluye a profesionales que, aunque encuentran una oportunidad laboral, el salario es abajo del mínimo establecido.
Jóvenes consultados por Proceso Digital concluyen que Honduras es un país con un panorama incierto, algunos, aunque contaban con un trabajo decidieron abandonarlo para emigrar, otros expresaron que los sueldos son indignos y la explotación laboral está a la orden del día por un salario mínimo.
Honduras es un país joven con 5.6 millones de personas menores de 30 años, según estadísticas demográficas oficiales, pero para 2045 el país centroamericano logrará su mayor cantidad de personas en edad productiva de su historia.
Por su juventud, esta población es llamada el futuro de Honduras, pero ellos no se sienten así.
Ana Herrera una universitaria de 19 años reflexionó que no hay empleo en Honduras y en las pocas oportunidades, les exigen experiencia.
De su parte Keysi Gonzales de 18 años señaló que Honduras está mal en el tema de empleo.
Los retos de esta población son innumerables, pero el mayor muro que afrontan es el requisito de experiencia laboral, un bagaje que no les permiten acumular, es como un juego perdido antes de que este inicie.
Esa es solo una arista de la gama de obstáculos que deben afrontar los jóvenes quienes son los que más emigran, las estadísticas de deportados lo revelan, solo este 2024, 8 mil 184 jóvenes entre 21 y 30 años han sido deportados, según estadísticas del Instituto Nacional de Migración (INM)
Honduras país joven, peor futuro incierto
Wilmer Vásquez, director de la Coordinación de Instituciones Privadas por las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (Coiproden), dijo a Proceso Digital que el futuro de Honduras es muy incierto pese a que su población mayoritaria es joven.
“Es incierto porque no logramos todavía garantizar las oportunidades y proyectos atractivos para los adolescentes y jóvenes”, reflexionó el defensor de derechos de los menores.
Pero la incertidumbre yace en la multicrisis provocada en muchas ocasiones desde el propio gobierno, todo esto no permite que Honduras sea atractivo para los jóvenes, apuntó.
“Cada cuatro años cambia la película y la historia, pero lejos de dar seguimiento a implementación de políticas de Estado, nos enfrascamos en el ciclo político”, lamentó.
Menores blanco de la violencia
Según estadísticas de Coiproden las muertes de niños y jóvenes en Honduras disminuyeron un 12 % en 2024, pero en promedio 55 menores y jóvenes son asesinados cada mes.
En ese orden, de enero a julio se registran 382 víctimas menores o jóvenes, una disminución de 12 % respecto a 429 víctimas en el mismo periodo del 2023.
En el año 2022 se registraron 569 muertes violentas de menores y la cifra aumentó a 713 en el cierre del 2023.
El 2024 podría cerrar con cifras similares, por lo que de manera general Honduras mantiene una tendencia de violencia contra los niños y jóvenes.
Geográficamente son los departamentos de Francisco Morazán, Cortés y Olancho, los que más muertes de menores y jóvenes registran.
De forma contrastante son los departamentos de Gracias a Dios y Ocotepeque, los que menos muertes de niños y jóvenes reportan.
Lo anterior colige que los menores siguen siendo blanco de una creciente violencia en el territorio nacional.
El futuro de Honduras
El Comisionado presidente del Registro Nacional de las Personas Oscar Rivera dijo a Proceso Digital que para el siguiente proceso electoral en Honduras se estima que los nuevos participantes electorales rondarán los 600 mil.
Lo anterior quiere decir, nuevos votantes, es decir jóvenes que decidirán el futuro del país, por lo que también son a su vez el futuro de esta nación.
El último proceso electoral en el país que dio el triunfo al Partido Libertad y Refundación (Libre) contó con 400 mil nuevos votantes.
Esta ocasión esta cifra aumentará a 600 mil sí todos cumplen con el requisito de enrolamiento, dijo Rivera.
Pese a que los jóvenes se constituyen como el futuro de Honduras, son la población con menos oportunidades.
Desocupación juvenil
De acuerdo con el Boletín Laboral 2024 del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) la tasa de desocupación Juvenil en Honduras alcanzó 11.2 % en el 2023, es decir casi el doble de la tasa de desocupación general (6.4%).
Por grupo de edad, los jóvenes entre 15 y 29 años suman 144 mil 774 desocupados representando una tasa de desempleo juvenil de 11.2 %.
En Honduras más de 2.3 millones de hondureños tienen problemas de empleo, incluyendo subocupación, desalentados y potencialmente activos.
Del total de población con problemas de empleo alrededor de 917 mil son jóvenes en edades entre 15 a 29 años. Estos problemas de empleo que mantienen a los hondureños en pobreza laboral inciden en su decisión final de migrar.
Jóvenes y migrantes
En ese renglón, el gerente de Política Económica del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Santiago Herrera, expuso a Proceso Digital que a causa de la falta de empleo y de generación de oportunidades, existe una generación de jóvenes que se forman actualmente, pero que su objetivo es emigrar.
La multicrisis socio-política, la falta de empleo, la inseguridad y hasta el cambio climático, son factores que orillan a esta generación de profesionales a perder la esperanza y buscar oportunidades en el extranjero, comentó el gerente de Política Económica del Cohep.
Paradójicamente también son los jóvenes los que más son deportados, es decir, se constituyen como el segmento migrante que no logra concretar su objetivo de llegar a otro país.
Solo este 2024, 8 mil 184 jóvenes entre 21 y 30 años han sido deportados, según estadísticas oficiales.
Panorama incierto para jóvenes
Lizeth, una joven trabajadora hondureña dice que sus ingresos no cubren sus necesidades, ella afirmó a Proceso Digital, que sí ha pensado en emigrar.
“Por la pobreza, la delincuencia y por ayudar a la familia”, serían las razones que empujarían a esta joven a emigrar del país.
De su parte, César Gómez, estudiante de periodismo y colaborador de un medio de comunicación dijo a Proceso Digital que no piensa en emigrar, pero aceptó que la situación es difícil e incierta para los jóvenes en Honduras.
“En Honduras hay condiciones, es decir oportunidades, pero hay que buscar la manera de salir adelante y engrandecer el país”, razonó.
Humberto José Hernández, ingeniero civil, contó a Proceso Digital, que, aunque tenía buen trabajo en Honduras, decidió emigrar hacia Irlanda por un tema de explotación laboral. “En Honduras trabajaba 12 horas, tenía hora de entrada y no de salida, aquí sé que si trabajo 12 horas estoy ganando por esas 12 horas, pero en Honduras te pagan un solo salario y te exigen más horas de trabajo”.
Adicionalmente, dijo que el salario en otro país es más alto que en Honduras, incluso si se trabaja de mesero.
De su lado, el joven Gerardo Antonio Díaz señaló a Proceso Digital que sí ha pensado en emigrar.
En su caso, dijo que piensa en lograr mejores estudios en el extranjero que en su nación. Sin embargo, lo detienen, los altos riesgos que representa emigrar de forma irregular. “pienso en lo que han pasado muchos migrantes que incluso los han matado y por esa parte me detengo”, narró.
El profesionista Fredy Fúnez, quien se desenvuelve como técnico en planificación dijo a Proceso Digital que no piensa en emigrar y que, de manera optimista, quiere pensar que hay formas de salir adelante en el país que le vio nacer.
Contó que ha sido un camino difícil para él en el ámbito profesional y aunque sus ingresos no cubren todas sus necesidades “de alguna manera” se siente estable.
Gricelda Gaitán, de profesión ingeniero civil, renunció a su trabajo en Honduras para irse a Europa ya que aspira a una mejor calidad de vida, algo que no puede lograr en su país pese a ser una profesional, dijo a Proceso Digital.
“A mí me motivó emigrar el poder conseguir una mejor calidad de vida, aunque tenía trabajo en Honduras, decidí renunciar y emigrar”, zanjó. (RO)