“¿De qué está cansada la humanidad?”, preguntó el presbítero a la feligresía que llegó hasta la catedral metropolitana, a lo que respondió: “algunas veces la falta de respuestas a las exigencias de la felicidad del hombre y otras de insatisfacción ante tantos sucedáneos que lejos de llevarnos a un bienestar auténtico nos convierte en simples marionetas en manos de los grupos poderosos”.
Señaló que la humanidad está cansada de los conflictos provocados por los intereses egoístas de la indiferencia del sufrimiento humanos, del irrespeto a la vida, y a los derechos humanos.
“¿Los hondureños de qué estamos cansados, agobiados y fatigados?, creo que de la mentira, la injusticia, de la corrupción porque quienes las pagan son los más pobres, de los políticos demagogos que sólo ven por sus intereses y no por los del pueblo, de los líderes religiosos que buscan enriquecerse de la palabra de Dios, de la violencia y la impunidad”, arguyó.
Agregó que los hondureños también están agobiados por las cargas tributarias sin ser devueltas en obras que beneficien a las mayorías.
Asimismo, los hondureños están agobiados por la pobreza, la impunidad, el narcotráfico, el crimen organizado, por el desempleo y faltas de oportunidades, detalló.
Aseguró que también existe indignación por las promesas que no se cumplen, por los derechos que según las leyes convierten a unos en verdugos y a otros en víctimas.
En ese sentido, el prelado hizo un llamado a la feligresía católica a buscar de Dios a orar por Honduras y por las autoridades que rigen el gobierno para que puedan sacar al país de la oscuridad en la que se encuentra.