Washington – El presidente Donald Trump no debería apresurarse a celebrar su victoria pírrica en el Senado. No hay mucho que celebrar.
El senado, con mayoría republicana, ha absuelto a Trump, apresuradamente, de los cargos en su contra en el impeachment” (juicio político) aprobado por la Cámara de Representantes, controlada por la oposición demócrata.
Jura de lo senadores al comenzar el «impeachment» (Foto ABCNews)
No hay ninguna sorpresa en eso. Esa victoria de Trump y de sus fieles senadores republicanos era lo esperado. No ha sido destituido.
Lo insólito es como se ha logrado. Los republicanos, siguiendo las instrucciones de la Casa Blanca y haciendo un uso descarado de su mayoría, han logrado que no se presenten testigos contra Trump, ni nuevos documentos en su contra.
Impidieron así el vital testimonio de John Bolton, ex asesor de seguridad, que se suponía iba a ser incriminatorio contra Trump.
John Bolton,ex consejo de seguridad escucha al presidente Donald Trump. (Foto Bloomberg).
Según “The New York Times”, Bolton revela en un libro de próxima publicación que Trump, personalmente, le dijo en agosto pasado que 400 millones de dólares de ayuda a Ucrania estaban retenidos hasta que el gobierno de ese país investigara los supuestos trapos sucios de Joe Biden.
Biden, ex vicepresidente con el ex presidente Barak Obama, es un rival político y posible candidato presidencial demócrata en las elecciones de noviembre.
Trump se presenta a la reelección, por otros cuatro años más.
Trump estaba acusado de abuso de poder y de obstruir al Congreso en su investigación de la suspensión de la ayuda a Ucrania.
El presidente ha negado todas las acusaciones, que ha calificado como “una injusta caza de brujas”. Y sobre Bolton, dice que no ha hablado con el de ese tema y lo que escribe, es “solo para vender libros”.
«JURO QUE SERE IMPARCIAL. Jura de un republicano (el símbolo del elefante) y un demócrata (el burro).- (Caricatura de Bruce Plante- Tulsa Word).
La votación de los senadores republicanos de no permitir testigos, ha creado un estupor generalizado y la prensa ha puesto el grito en el cielo.
“Todo ha sido vergonzoso”, dijo el comentarista y ex fiscal federal, Jeffrey Toobin, en la cadena de televisión CNN.
David Leonhardt, columnista del diario “The New York Times”, escribe: “La votación de los senadores republicanos es un acto de autoritarismo en la que un partido en el poder decide rechazar principios democráticos, por la simple razón de ostentar el poder”.
Más duro ha sido el columnista Dana Milbank en “The Washington Post” que opina que los republicanos “en su cobarde votación para apresurar la absolución, han suprimido las pruebas de un presidente culpable”.
“Los protectores de Trump plantaron las semillas de una venenosa cosecha en noviembre”, agrega el columnista.
Milbank se refiere a que una gran parte del electorado (menos los siempre fieles a Trump) podrían castigar a los senadores republicanos en las elecciones de noviembre, especialmente a los que están en situación inestable, electoralmente.
Trump ha convertido al partido Republicano en un “trumpismo” electoral, donde ningún senador se atreve a ignorar sus directrices, impartidas astutamente por Mitch McConnell, el líder de la mayoría republicana en el senado.
El senador Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el senado. (Foto MSNBC).
La votación para suprimir testigos (inaudito en un juicio), los senadores republicanos, actuando de una forma muy partidista, quedaron expuestos a la mirada incrédula de millones de norteamericanos que los miraba
No es de extrañar que muchos senadores republicanos salieran preocupados. Salvaron a Trump. ¿Y a ellos quién? «los miraban por televisión».
Mitch McConnell barriendo la ley debajo de la cúpula del congreso, según la caricatura de Adam Zyglis- Buffalo News.