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Tres tortillas por dos lempiras, ese es el problema de los pobres: Rivaldo López

Tegucigalpa (Proceso Digital /Ronald Ordoñez) – Rivaldo López, hondureño dedicado al oficio de lustrabotas desde hace 58 años. Hoy con 70 años, dijo que el principal problema de Honduras ha sido y sigue siendo el desempleo, no hay trabajos y sí los encuentra los salario son raquíticos apostilló con la claridad de un hombre curtido por la realidad de la calle y el trabajo de sol a sol.

Lustrando y lustrando zapatos, a un costado del parque Central de Tegucigalpa, la capital del país, Rivaldo, dice que “un buen día de trabajo” le puede significar llegar a su casa con 300 lempiras, cifra que contrasta con el índice de Precios al consumidor del Banco Central de Honduras que mide 298 productos y que ronda los 16 mil lempiras.

Y ese “buen día de trabajo” significa hacer al menos 10 lustres de calzado en una jornada de ocho horas, descontando el transporte y la comida del día, así, puede llegar a su casa con 300 lempiras.

El lustre de zapatos va desde los 25 hasta los 50 lempiras, según sea el tipo de calzado, contó al tiempo que recordó que cuando inició en este oficio cobraba 20 centavos por cada lustre. Todos los días viaja desde la Aldea Río Abajo, hasta el centro de la capital donde ofrece sus servicios

Aunque la situación es más difícil que en otros momentos, nunca estuvo bien para los lustrabotas, pese a ello, logró sacar adelante a seis hijos, que ya tienen sus vidas independientes, compartió.

No todo fue lustrar botas en la vida de Rivaldo, durante 13 años combinó ese oficio con el mundo del boxeo donde se hizo del apodo “Topo Gigo López”.

Narró que tuvo una buena racha con varios nocauts al hilo, pero la falta de apoyo a ese deporte no le permitió seguir con el mismo, tuvo que volver a tiempo completo a lustrar zapatos.

En el país los políticos utilizan el deporte como un medio de campaña y su cultivo integral entre jóvenes y niños es casi nulo. Las inversiones en instalaciones deportivas son millonarias, pero los beneficios no terminan de reflejarse en los pobladores que siguen resintiendo las falencias.

Desempleo y salarios indignos

En su amena plática con Proceso Digital, recalcó que en Honduras no hay fuentes de empleo, lo que obliga a personas como él a dedicarse a un oficio mal pagado.

Seguidamente hizo un símil y externó – “esa es solo la realidad del pobre, porque en el mundo de los políticos he escuchado que ganan 90 mil lempiras y no les ajusta, es una burla para el pueblo”.

La presidenta (Xiomara Castro) ya va de salida, el presidente que venga tiene que hacerlo bien, que trate de mejorar las cosas del pueblo, matizó.

Por su oficio, Rivaldo conversa con los hombres que son sus clientes por lo general y aunque dijo no tener claridad al opinar sobre los préstamos aprobados por el Congreso Nacional con el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), por un total de 190 millones de dólares, pero lo que sí sabe con certeza es que esos fondos difícilmente llegan al pueblo.

“Lo malo es que uno de pobre ni cuenta se da de ese dinero, al nivel bajo es decir al pueblo a los comerciantes no llegan los beneficios”.

Siempre en la línea política nacional, se refirió a los diputados al Congreso Nacional y manifestó que no trabajan, – “no sé qué piensan ellos (diputados), la economía anda mal en el país. No solo lo digo yo, varios comerciantes lo dicen, la situación está mal”.

Resumió que los congresistas son los culpables de la crisis social del país al no hacer ni siquiera su trabajo, zanjó.

A inicios de la administración Castro, el Congreso hondureño derogó la Ley de empleo por Hora, una norma que permitía trabajos a miles de jóvenes que estudian o a personas que tienen oportunidades de trabajos parciales. Luego se propuso otra ley para sustituir la anterior, revestida de una mayor cobertura social, pero la misma nunca ha sido sometida al debate en la cámara legislativa.

En el país, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas, el empleo abierto anda por 6% mientras en subempleo ronda el 44%. La pobreza en el país es de 62%.

El Congreso hondureño es un símbolo de falta de legitimidad y democracia, el diálogo se ha ausentado de la cámara y los conflictos y falta de efectividad en su quehacer, así como la opacidad en manejo administrativo, le han colocado como uno de los peores parlamentos del mundo, según mediciones reputadas.

A flor de piel

Pese a que este hondureño de a pie habló de varios temas, él no tiene sus esperanzas puestas en los políticos. Su preocupación se centra en temas como un aumento a las tortillas y lo que llevará cada día a la mesa de su hogar.

Con su lenguaje claro y directo resumió que para él es más importante un aumento a las tortillas que las peleas de las fuerzas políticas.

“Al final todos buscan robar, no servir al pueblo”, comentó.

Hasta hace solo unos meses podía comprar hasta tres tortillas por un lempira, “hoy debo pagar dos lempiras por tres tortillas y mucho más pequeñas” respecto al tamaño que se ofrecía semanas atrás, resumió. (RO)

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