Tegucigalpa foco de masacres durante la pandemia

Tegucigalpa – Honduras registra en lo que va de este 2020, 30 homicidios múltiples o masacres, los sucesos han cobrado la vida de 110 personas.

De estas masacres 12 (40 por ciento), se dieron en la capital conformada por el Distrito Central: las gemelas Tegucigalpa, Comayagüela y sus aldeas.

La docena de crímenes múltiples ocurridos en el Distrito Central se han generado en pleno confinamiento por la pandemia del COVID-19 que llevó a la suspensión de garantías constitucionales en el país.

Los datos indican que la capital hondureña se ha convertido en una especie de punto neurálgico donde el crimen acampa y durante la pandemia se han ensanchado.

En detalle, respecto al Distrito Central, la primera de las masacres del año ocurrió tres días después de que las autoridades, declaran un toque de queda absoluto a nivel nacional, como una de las medidas para contener la propagación del COVID-19. Desde entonces a la fecha, sucedieron 11 homicidios múltiples en medio del confinamiento para un total de 12.

Estos crímenes dejaron 44 personas fallecidas producto de las masacres en 10 colonias capitalinas y una en la aldea de Támara salida al norte del país; de ellas 31 hombres y 13 mujeres, en su mayoría jóvenes, fueron ejecutados por sujetos desconocidos de quienes se sabe muy poco de su paradero.

Las masacres tuvieron lugar en las siguientes colonias: San Francisco, Japón, Brisas del Valle, La Rosa (2), Villa Nueva, La Era, Pueblo Nuevo, Venezuela, Los Laureles y Nueva Suyapa. El otro homicidio múltiple se registró en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS).

Proceso Digital conversó con expertos, asimismo con autoridades de la Policía Nacional, quienes coinciden que el tema de la violencia en estas dimensiones obedece únicamente a la criminalidad organizada, maras y pandillas.  

Observatorio de la violencia

Según, Migdonia Ayestas, coordinadora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), en la mayoría de las colonias donde ocurrieron las masacres, predomina el riesgo, la vulnerabilidad, la pobreza; y registran alta presencia de maras y pandillas.

“Es lamentable que, pese a la considerable presencia de fuerzas del orden en la ciudad y el confinamiento, haya tanta violencia; cuando además existe un toque de queda absoluto, recordemos que la violencia es una actividad muy arraigada y heredada”, dijo Ayestas.

La funcionaria del Observatorio de la Violencia asegura que estos grupos criminales tratan de mostrar en cada suceso de estas características (masacre), su potencial criminal, dejando un mensaje, a los grupos contrarios, a las familias para impedir denuncias y al Estado en su confrontación constante por delinquir.

“De esta manera, la venganza, la intimidación y la demostración de poder, un estilo de vida poco decoroso que las pandillas tratan de implantar en cada uno de sus atroces crímenes”, concluyó.

Policía Nacional

Para el vocero de la Policía Nacional, Jair Meza, la capital enfrentan un problema histórico en el tema de la violencia, porque las maras y pandillas se han expandido a la mayoría de los barrios y colonias donde, mantienen una constante lucha por la disputa de territorios, relacionados a la venta y distribución de drogas, como al cobro de la extorsión.

“Estos grupos buscan tener el control total de los territorios, ese es principal detonante de la violencia, que ellos en defensa de sus intereses están dispuestos a llevarse de encuentro a quien sea”, dijo Meza a Proceso Digital y aseguró que las investigaciones de este tipo de ilícito son amplias y requieren de cierto tiempo para que se puedan concluir. Aunque desenmarañar estos hechos ocurre mínimamente aun con el paso del tiempo.

Meza, dijo que las maras y pandillas son estructuras criminales muy organizadas, que han ido fortaleciendo su operación delictiva, “ellos tienen gente muy feroz, con armamento de grueso calibre, realizando constantemente este tipo de crímenes con tal de defender sus intereses”.

En 2019 se registraron al mes de agosto 35 masacres en Honduras, y aunque este año ya suman 30, el Comisionado Meza considera que es una tendencia hacia la baja importante, porque eso indica que menos personas han perdido la vida.

En las colonias donde se dieron las masacres, son conocidas como zonas calientes, territorios hostiles para sus ciudadanos, aquí hay reclutamiento de adolescentes, los convierten en sus mensajeros, cobradores y sicarios; ahí yacen los distribuidores de droga, y generalmente, ellos son los muertos a muy temprana edad, refirió.

“Para mejores resultados contra la criminalidad y la prevención de esta, es importante la denuncia y la confianza en las autoridades, este es un trabajo que requiere el sacrificio de las dos partes, la Policía y la ciudadanía”, dijo finalmente el comisionado Meza.

Análisis de los expertos

El general en condición de retiro y ahora analista, Luis Maldonado Galeas, es del criterio que el crimen organizado, cree que la resolución a las diferencias que puedan existir entre organizaciones delictivas es la violencia, es por eso por lo que muchos jóvenes han tenido que pagar el precio con la muerte, porque tratan de sacar de los territorios a sus contendientes de siempre.

“En esos homicidios múltiples muchas personas inocentes han fallecido, todo porque las maras y pandillas quieren mostrar el rostro más violento de su organización; para ellos delinquir desafiando a la autoridad para mostrar poder e infundir miedo”, dijo.

Una de las desventajas que tiene la capital -dijo Maldonado-, frente al fenómeno de la violencia “es que es una de las ciudades más pobladas de Honduras, con sectores donde el día a día es precario, con realidades vulnerables, donde no alcanza la inversión y la justicia, practicante están en el abandono y no existe la dignidad para vivir”.  

Maldonado, cree que el trabajo de los cuerpos de seguridad del Estado no es del todo malo y que el tema de la pandemia ha generado responsabilidades extras para la Policía, es por eso que sabiendo de eso, las estructuras criminales aprovechan para poder delinquir, se puede tener la logística, pero ahora hay una emergencia que atender y eso dificulta el trabajo de combate y prevención al crimen.

Fuerte operatividad criminal en el DC

Por su parte y finalmente, el criminólogo y profesor universitario Gonzalo Sánchez, considera que un factor para que haya tanta violencia en el Distrito Central, es porque la MS-13 como la mara 18 tienen un poco más de fuerza y operatividad criminal que en otras ciudades del país, “ellos tienen gente en casi todas las colonias de la ciudad”, dijo.

El modo de operar es casi el mismo de ambas organizaciones, las ejecuciones son de   tres o más personas, donde existe una férrea lucha por el territorio, con la utilización de armas de grueso calibre y que una persona puede perder la vida solo con el hecho de ver lo que no tenía que ver.

Según Sánchez, hay esfuerzos de las autoridades que no se pueden desconocer, “tenemos que reconocer que estamos frente a un monstruo de mil cabezas, donde se combate una y quedan 900 operando, el trabajo es difícil, pero no se tiene que terminar la lucha contra estas estructuras y sus actividades criminales”.  

Finalmente, sostuvo que en los últimos años, las maras y pandillas cobraron mucha fuerza en Honduras, y por ello, asegura que los gobiernos de las últimas décadas tienen su cuota de responsabilidad; porque permitieron que estas estructuras se desarrollaran, los políticos en esa disputa por el poder ser olvidaron de combatirlas cuando se pudo haber hecho.