La presidenta del Banco Central de Honduras (BCH), Gabriela Núñez, apuntó que la crisis en el sector inmobiliario de EEUU y la deportación de hondureños desde ese país han afectado el aumento de las remesas, aunque crecerán unos «300 millones de dólares».
Núñez adelantó que en 2007 el monto de remesas «superará los 2.600 millones de dólares» y refirió que «el escenario inicial que habíamos pronosticado era alrededor de 2.800 millones de dólares», e incluso 3.000 millones, «pero el crecimiento se ha visto mermado».
Según datos del BCH, las remesas totalizaron unos 2.359 millones de dólares el año pasado, lo que representa el 25,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
«Durante 2007 Honduras ha seguido reflejando aumento en las remesas familiares, aunque es un aumento más moderado, no como se observaba en los años anteriores, cuando su crecimiento era arriba del 20 por ciento», declaró la funcionaria a la radio HRN.
«En este momento, el aumento de las remesas anda en aproximadamente un 12 por ciento comparado al mismo período de 2006», indicó, sin detallar ambos montos.
Núñez puntualizó que «el nivel de remesas familiares, aunque va a ser mayor que el registrado en el año 2006, es inferior al que se había previsto originalmente a inicios de año».
La presidenta del BCH explicó que «dos aspectos han influido fuertemente» en el descenso de las remesas: la crisis del sector inmobiliario de EEUU, «que es donde la mayor cantidad de hondureños buscan su empleo y obtienen un ingreso», y las deportaciones.
Estados Unidos ha deportado a unos 23.000 hondureños en lo que va de este año, dijo recientemente el director de Migración de Honduras, Germán Espinal.
Según fuentes de la Cancillería de Honduras, poco más de un millón de ciudadanos de este país viven en el exterior, más de 800.000 de ellos en Estados Unidos.
Muchos hondureños tienen residencia legal en Estados Unidos y, de los indocumentados, unos 70.000 subsisten al amparo del Estatus de Protección Temporal (TPS, por su sigla en inglés), que el país del norte les ha venido renovando desde finales del siglo pasado.
El resto de los inmigrantes hondureños está repartido entre Canadá, México, Centroamérica, España e Italia, entre otros países, según la Cancillería de Tegucigalpa.
