Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – El 2025 arrancó como terminó el 2024: con altos niveles de polarización política gestadas desde los poderes Ejecutivo y Legislativo, último que anunció que de no obtener los consensos en el parlamento para aprobar las leyes que le interesan, hará uso de los mecanismos de consulta ciudadana en torno a temas como la extradición, la CICIH, el estado de excepción, la Ley de Justicia Tributaria y el territorio, forma de gobierno y soberanía.
El presidente del Congreso Nacional, Luís Redondo, antes de finalizar el 2024 ofreció en un Space en la red social X, un testimonial de lo que estima “su verdad” en torno a su función legislativa, y en ella enumeró algunos de sus logros, entre ellos tener el sistema de votación más transparente, único en el mundo; pero se centró en defenderse de lo que consideró una conspiración, boicot y ataques al congreso nacional que preside, el cual, aseguró, recuperó al elegir la junta directiva porque “querían dar un golpe de estado”.
Luego dijo que el segundo intento de golpe fue cuando se eligió a la Corte Suprema de Justicia y después el fiscal general y adjunto. Redondo acusó al bipartidismo político y a los medios de comunicación corporativos, junto a instancias de sociedad civil que luchan contra la corrupción y promueven la democracia, de ser parte de una estrategia de complot de los grupos de poder político y económico para desprestigiar su administración, el acuerdo bicentenario y hacer creer a la opinión pública que este es el peor congreso nacional de la historia.
Acusó a las ONG que reciben financiamiento internacional de querer desestabilizar a los gobiernos electos democráticamente, entre ellos el de la presidenta Castro. Y sin ambages se fue de frente en contra del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) y la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ). Ambas instituciones presentaron a fines de año sendos informes sobre la opacidad en el poder Legislativo en donde la rendición de cuentas no ha sido una de sus políticas principales.
“Por eso es, que para las ONG´S que reciben financiamiento internacional hasta para desestabilizar a los gobiernos electos democráticamente, como el CNA y la ASJ bajo el falso argumento de sociedad civil (con un claro conflicto de interés económico y político partidario) han hecho constantes ataques para tratar de desestabilizar y desprestigiar a este Congreso Nacional y a los diputados, señalando, falsamente, que somos el peor Congreso de la historia de Honduras”, dijo Redondo en su extenso discurso en el space que organizó en la red social X el 30 de diciembre.
Redondo indicó que “no son lo mismo” que el bipartidismo político, a quien responsabilizó de los males del país, de boicotear su gestión parlamentaria, pero al mismo tiempo los llamó a reflexionar y hacer a un lado sus posturas políticas. Les pidió actuar con responsabilidad, que dejen sus intereses políticos y personales para que piensen por el país; que aprueben el presupuesto de la república 2025 y que “cesen las intimidaciones y las falsas acusaciones”.
A los sectores políticos y sociales les pidió dejar a un lado “las manipulaciones y chantajes” que buscan frenar el desarrollo en Honduras.
Los anuncios de Redondo
Caso contrario, dijo que “si es necesario y no se logran los consensos en el Congreso Nacional, cabe anunciar al pueblo hondureño que el próximo año 2025 iniciaríamos con la implementación de los mecanismos de participación ciudadana para que sea el pueblo el que decida y ordene al Congreso Nacional y a toda autoridad, que se apruebe cualquiera o todas las siguientes preguntas: Si el pueblo hondureño está de acuerdo con ceder el territorio, la forma de gobierno y la soberanía de Honduras · El plan de control territorial para garantizar seguridad como en el hermano país de El Salvador · La ley de justicia tributaria · La extradición · La llegada de la CICIH”.
El presidente del Congreso Nacional anunció así acciones que abrirán más la polarización política en un país que se apresta a vivir un ciclo electoral intenso cuando en marzo habrá elecciones primarias e internas para elegir candidatos a la presidencia de la República, diputados, alcaldes y diputados al Parlamento Centroamericano.
A ese foco de polarización política se sumó el poder Ejecutivo de la mano de la presidenta, Xiomara Castro, quien, en su discurso de año nuevo, tras hacer un repaso de lo que estimó también sus logros, se fue de frente contra los medios de comunicación y la oposición política y sectores de poder que asegura buscan desacreditar su gestión y conspirar contra su gobierno.
La presidenta Castro subió un tono más a su discurso de confrontación y defensa al anunciar que analiza la posibilidad de retirar la base militar estadounidense asentada en Palmerola, en el central valle de Comayagua. Ahí se concentra desde fines de los años ochenta del siglo pasado, un contingente militar estadounidense de la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo.
La mandataria hondureña dijo lo anterior si el nuevo gobierno de Estados Unidos que presidirá Donald Trump cumple su amenaza de iniciar masivas deportaciones de migrantes, entre ellos hondureños. Acotó que estaba abierta a un diálogo, si no, replantearía su política con Estados Unidos. Inicia así el 2025 con un inusual y alto tono de confrontación. Este se produce luego que la administración del presidente Biden designara la nueva Lista Engel de 2024 en donde designa tres personas hondureñas, una de ellas, magistrada de la Sala Constitucional del Poder Judicial y parte del círculo presidencial. Los otros designados en la Lista Engel son un exministro de la presidencia del gobierno del expresidente Hernández y una abogada que se dedica al litigio privado.
La mandataria hondureña se solidarizó con la magistrada designada en la Lista Engel y eleva, junto a su gabinete de gobierno, el tono de confrontación con Estados Unidos y su política de injerencia. Castro reaccionó en términos similares cuando trascendió un narco video que salpica a su cuñado, Carlos Zelaya, negociando con capos de la mafia hondureña sobornos para la campaña de Libre, el partido en el poder, en el 2013.
El discurso de soberanía
La gobernante anunció que suspendía el tratado de extradición con Estados Unidos—que vence en febrero de 2025—por ser usado con fines políticos, ser injerencista y poner en riesgo la soberanía nacional. Ese mismo discurso de soberanía es el que ha usado ahora para amenazar con retirar la base militar estadounidense en Palmerola. El mismo discurso de soberanía que alega también el presidente del Congreso Nacional.
La soberanía nacional y su defensa, entra así con fuerza en este año que inicia y es tomado como un tema de campaña de Libertad y Refundación (Libre) que busca retener el poder y ha iniciado una cruzada de ataques y confrontación en contra de quienes cuestionan o critican el rumbo de la administración de la presidenta Castro y sus políticas.
Esa confrontación aviva la polarización política a escasas semanas de que inicie el banderillazo oficial para dar riendas sueltas a las campañas políticas, los discursos y propuestas de los aspirantes a cargos de elección popular. Los nuevos focos de distracción se centrarán en las respuestas de la oposición a la confrontación y viceversa, alejándose así del sentir de la ciudadanía y sus reclamos a la democracia.
Los dos poderes del Estado se han sincronizado así en sus discursos de polarización, en donde la palabra diálogo suena distante de los hechos concretos, y algunos de sus funcionarios, entre ellos el de Planificación y Estrategia, Ricardo Salgado, que ha señalado en dos posts a fines de diciembre e inicios de enero de este año que el país vive una lucha de clases. Esa confrontación de clase se libra en el Congreso Nacional, es una lucha abierta que cada día que pasa, “está más claro que es de carácter irreconciliable”, acotó. Salgado incluso ha calificado de “enemigos” a quienes critican el gobierno, entre ellos caricaturistas que plasman en sus lienzos el rumbo del país.
Así arranca el 2025, en donde el ciclo electoral comienza en marzo y concluye en noviembre, cuando el país se apresta a elegir un nuevo gobierno y a definir si el partido en el poder, Libre, merece continuar en su plan de refundación o es tiempo de un cambio de fuerzas políticas en un país que tiene en sus venas abiertas las heridas, rencores, odios, incertidumbres y apuestas por un cambio. El ciclo electoral será intenso, lo electores decidirán el rumbo. (PD)
