Taipéi – Sin quererlo ni beberlo, la boxeadora taiwanesa Lin Yu-ting se ha visto envuelta en una intensa polémica durante su paso por los Juegos Olímpicos de París, con constantes dudas y acusaciones en torno a su género, lo que no ha impedido que se haya metido de lleno en la pelea por las medallas.
Ganadora del oro en los Juegos Asiáticos del año pasado, y dos veces campeona del mundo, Lin competirá este miércoles con Esra Yildiz (Turquía) por un lugar en la final de la categoría de 57 kilogramos, después de vencer con claridad a Sitora Turdibekova (Uzbekistán) y a Svetlana Staneva (Bulgaria) en las rondas previas.
La participación de la púgil taiwanesa en estos Juegos ha estado marcada por una sombra de sospecha: al igual que sucedió con la argelina Imane Khelif, Lin fue descalificada del Campeonato Mundial de Boxeo de 2023 por un test de género que determinaba que tenía “ventajas competitivas sobre otras competidoras femeninas”.
El test, que supuestamente reveló la presencia de cromosomas XY y niveles altos de testosterona en las boxeadoras, ha provocado un acalorado debate dentro y fuera del mundo del deporte, con voces que piden revisar los criterios de las competiciones y otras que, sin pruebas ni fundamentos, tachan a Lin y a Khelif de “atletas transgénero”.
“No puedo controlar lo que digan los demás. Pueden decir lo que quieran, pero yo también puedo hacer lo que quiera. No tengo que cumplir con los estereotipos”, aseguró la deportista taiwanesa, de 28 años, en una reciente entrevista con la agencia estatal de noticias CNA.
Boxeadora desde la adolescencia
Nacida en Nuevo Taipéi y aficionada a los deportes desde pequeña, Lin se enfundó los guantes por primera vez a los trece años para ayudar económicamente a su familia: el afán por hacerse más y más fuerte derivó en una carrera plagada de éxitos y obstáculos, que fue superando con perseverancia y convicción.
Cuando todavía no había cumplido la mayoría de edad, Lin se convirtió en la primera taiwanesa en conseguir la medalla de oro del Mundial Juvenil Femenino, organizado por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA), en 2013, brillando en la categoría de 51 kilogramos.
Ese hito fue el preludio de muchos otros triunfos, entre los que destacan dos campeonatos asiáticos (2017 y 2019), dos mundiales (2018 y 2022) y un oro en los Juegos Asiáticos de Hangzhou (China) del año pasado.
Entre medias, Lin vivió su debut olímpico en Tokio 2020 con más pena que gloria: la taiwanesa cayó en la primera ronda de la competición por 3 a 2 contra Nesthy Petecio (Filipinas) y, frustrada por no cumplir con las expectativas, estuvo a punto de retirarse.
“Puede que sientas alivio cuando no tengas que seguir adelante, pero es difícil renunciar a ello porque eso significa que toda tu dedicación y esfuerzos de la última década no sirvieron para nada”, afirmó en su momento la deportista.
Descalificación del Mundial
Más allá de sus méritos deportivos, la presencia de Lin en estos Juegos ha sido muy criticada debido a su descalificación del Mundial de Boxeo de 2023, en donde obtuvo la medalla de bronce: en una caótica rueda de prensa, el expresidente del comité médico de la IBA, Ioannis Filippatos, manifestó este lunes que, según los resultados del laboratorio, tanto Lin como Khelif “eran hombres”.
La postura de la IBA en esta cuestión ha sido fuertemente rechazada por el Comité Olímpico Internacional (COI), que ha defendido la elegibilidad de las boxeadoras, y por el propio Comité Olímpico de Taiwán, que este martes presentó una protesta formal ante la IBA e incluso amenazó con emprender acciones legales contra esta entidad.
Las disputas en torno a la atleta, registrada como mujer al nacer y que siempre se ha identificado con este género, ha provocado una cascada de solidaridad en su isla natal: el presidente taiwanés, William Lai (Lai Ching-te), expresó su “apoyo incondicional” a Lin, una boxeadora que, en palabras de la exmandataria Tsai Ing-wen, “no tiene miedo a los desafíos, ya sean de dentro o de fuera del ring”.
“Sólo quiero concentrarme en mi preparación y sostener la medalla contra mi pecho”, aseveró Lin al principio de una cita olímpica en la que, independientemente de las controversias, logrará el primer metal de su vida. EFE
(RO)