Tegucigalpa / San Salvador/San José, Ciudad de Guatemala (Proceso Digital / EFE) – El tráfico de cocaína y otras drogas a gran escala toma fuerza en Centroamérica. Los comisos de grandes cantidades de substancias, ocurridos en las últimas horas y que vinculan a El Salvador, Honduras, Guatemala, Nicaragua y Costa Rica, reflejan que la región sigue más activa que nunca en la maraña del narco y sus consecuencias “colaterales”.
El istmo se ha vuelto así una región clave en su papel de centro de operaciones con múltiples funciones. El catálogo de actividades de los carteles en el istmo le reflejan como portador para el despegue y embarque de cuantiosos cargamentos, distribuidor, punto de tránsito, centro de los grupos de transportistas y ahora, además, cultivador de coca, procesador de drogas, entre otros haceres propios de las mafias.
Lo cierto es que la actividad de Centroamérica es clave para el trasiego de la mayoría las drogas que van rumbo al mercado estadounidense y al apetecible comercio negro de Europa.
“La Lista”
El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Guatemala, Panamá y Belice son parte de una lista del Gobierno de Estados Unidos que identifica a 22 países como grandes productores o plataformas para el tráfico de drogas.
La mayoría de estos países, incluido El Salvador, son latinoamericanos y caribeños.
La lista es completada por Afganistán, Bahamas, Birmania, Bolivia, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Haití, India, Jamaica, Laos, México, Nicaragua, Pakistán, Perú y Venezuela.
El café, la cocaína y los embarques
Hace apenas unas horas, se informó que agentes españoles intervinieron en el puerto de Barcelona cerca de 250 kilos de cocaína, valorados en unos 14 millones de euros (16,5 millones de dólares), ocultos en un contenedor lleno de café a granel procedente de la República Dominicana.
Los investigadores comprobaron que había llegado un contenedor días antes que, aunque procedente de Honduras, había sido cargado en el puerto de Caucedo, en República Republicana.
Según informaron este martes la Policía regional de Cataluña y la Agencia Tributaria española, que descubrieron el alijo, la cocaína, de gran pureza, fue localizada el pasado dos de octubre en una nave logística de Barcelona, oculta en un contenedor.
Los agentes sospechaban que estaba a punto de llegar al puerto de Barcelona un contenedor procedente de la República Dominicana, con una carga declarada de café a granel y entre la que se escondería una cantidad indeterminada de cocaína.
Este contenedor llamó la atención de los agentes porque en 2019 ya se había confiscado cocaína en otro parecido.
Una vez localizado, se inspeccionó el contenedor y se intervino la droga, que se encontraba dentro de nueve paquetes -cinco bolsas de deporte y cuatro sacos de tela-, ocultos en el transporte. La investigación continúa abierta para identificar y detener a los responsables de este cargamento.
Por lo menos otros dos contenedores procedentes de Honduras, que han salido de Puerto Cortés con cargamentos de café hacia Europa han sido incautados en el viejo continente llevando cocaína.
Luego de conocerse estos hechos, no se sabe el fondo de cada una de estas historias que envuelven en un ambiente opaco a un rubro de exportación de primer orden en la región como lo es el grano aromático.
El Salvador en la ruta desde Nicaragua
En El Salvador, el país más pequeño territorialmente de América Central, los cuerpos del orden decomisaron este lunes en dos procedimientos en diferentes zonas del país 1.2 toneladas de cocaína valoradas en 30 millones de dólares, según informó el presidente Nayib Bukele y el ministro de Justicia y Seguridad, Rogelio Rivas.
El mandatario señaló en un mensaje en sus redes sociales que en uno de los procedimientos se incautaron «380 kilogramos de cocaína, valorados en 10 millones de dólares, que no irán a las manos de narcotraficantes».
El resto de la droga fue incautada, según Bukele, en «otro operativo contra el narcotráfico, el mismo día, pero en una zona totalmente distinta».
El ministro de Justicia y Seguridad, por su parte, detalló que se llevaron a cabo «en dos operativos estratégicos que tuvieron lugar en Zacatecoluca (centro) y en la frontera El Amatillo (oriente)», que conecta a El Salvador con Honduras.
Informó de que «la droga era transportada en dos furgones procedentes de Nicaragua con destino a Guatemala» e indicó que ha sido capturado uno de los chóferes identificado como Isidro Rodríguez, de nacionalidad nicaragüense y de 54 años.
El tráfico y las maras en Centroamérica
El tráfico de drogas en pequeñas cantidades es una de las principales fuentes de ingresos económicos de las pandillas, fondos que después lavan en pequeños negocios.
Solo la pandilla Mara Salvatrucha (MS13) recolecta unos 700,000 dólares mensuales mediante esta actividad ilícita, a la que se suman los fondos obtenidos mediante la extorsión a comerciantes y ciudadanos por más de 2 millones de dólares mensuales.
Estos datos fueron revelados por un supuesto líder retirado de la MS13, quien declaró como testigo clave de la Fiscalía General de la República (FGR) en un juicio en el que fueron condenados 373 pandilleros.
El testigo, identificado únicamente como «Noé», también señaló que la MS13 buscó establecer alianzas con los carteles de la droga de México y Guatemala para traficar narcóticos prohibidos y armas.
Costa Rica
Hace apenas dos días, el Ministerio de Seguridad de Costa Rica informó del decomiso de unas tres toneladas de cocaína que estaban dentro de un contenedor de exportación de banano que tenía como destino Europa.
El decomiso estuvo a cargo de la Policía de Control de Drogas (PCD) en un operativo llevado a cabo el domingo en el Puerto de Contenedores de Moín, provincia de Limón (Caribe), y por el momento no hay sospechosos detenidos.
El contenedor, que como carga lícita contenía bananos, tenía como destino Amberes, Bélgica, y la droga fue detectada mediante escáneres.
«Por el efectivo trabajo de nuestro cuerpo policial se logró hacer la detección. El producto lícito sale de Matina (provincia de Limón) y en la investigación hay que tratar de establecer dónde fue contaminado con la droga y presentar a los responsables ante las autoridades judiciales competentes», declaró el ministro de Seguridad, Michael Soto.
El funcionario calificó la operación como «un fuerte golpe al narcotráfico» y aseguró que las autoridades costarricenses continuarán redoblando esfuerzos para combatir el flagelo de las drogas.
En total, las autoridades encontraron 117 maletines en los que había 2.903 paquetes de cocaína de aproximadamente un kilo cada uno, para un total de alrededor de 3 toneladas.
Costa Rica: 12.5 toneladas este año
En lo que va del 2020 las autoridades de Costa Rica han decomisado 12,5 toneladas de cocaína en catorce contenedores, cuatro veces más que en 2019 cuando se confiscaron 4,2 toneladas en ocho contenedores, según los datos del Ministerio de Seguridad.
Este último ha sido el segundo decomiso más importante en lo que va del año en el país, sólo superado por uno de cinco toneladas de cocaína ocurrido en febrero en un contenedor que transportaba flores hacia Holanda.
En 2019 Costa Rica estableció un récord de 35 toneladas de cocaína incautadas y según las autoridades es muy probable que en 2020 se supere esa cifra.
Guatemala
Al par de lo ocurrido en Costa Rica, en Guatemala, las fuerzas de seguridad destruyeron un narcolaboratorio de cocaína en una aldea del municipio de Ayutla, donde se encuentra la frontera de Tecún Umán colindante con Ciudad Hidalgo, en Chiapas, México.
La Policía Nacional Civil y el Ministerio Público (MP, Fiscalía) fueron las entidades encargadas de los operativos de incautación de drogas, dinero, armas y destrucción del equipo de narcolaboratorio, como indicaron ambas instituciones a los medios de comunicación.
La investigación antinarcótica conjunta de la Subdirección General de Análisis de Información Antinarcótica (SGAIA) y de la Dirección de Investigaciones Criminalísticas (Dicri) del MP, permitió la ubicación del narcolaboratorio, en un allanamiento realizado en la aldea Sanjón en San Lorenzo, Ayutla, en el departamento de San Marcos (oeste), a unos 255 kilómetros al suroeste de la Ciudad de Guatemala.
Honduras
Aparte de los cargamentos de cocaína en embarcaciones que trasladan café a Europa, y que salen de Honduras y hacen paradas en otros puertos, los movimientos de los grupos de narcotraficantes son múltiples y cotidianos.
Las narcoavionetas siguen aterrizando en la zona selvática de La Mosquitia hondureña y no paran. Para las fuerzas del orden, es regular informar del aterrizaje de una aeronave en una pista clandestina. Muy pocas veces los tripulantes son detenidos.
Igualmente, las siembras de arbustos de coca son cada vez más comunes en la zona atlántica de Colón y en los departamentos aledaños: Yoro y Olancho. Los cultivos de coca no cesan.
Todos estos potentes cargamentos de droga solo son una muestra de la violencia y la realidad del crimen organizado que sigue lacerando las estructuras sociales de una Centroamérica cada vez más endeble frente al poder del narco.
PD