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Las exigencias de un furioso Trump demoran la entrega de dos aviones presidenciales “Air Force One”

Por Alberto García Marrder
Para Proceso Digital, La Tribuna y El País de Honduras

El presidente estadounidense, Donald Trump, está furioso e impaciente no por la guerra de Ucrania o la masacre de Gaza. Pero sí con Boeing por el retraso -ya de tres años- en la entrega de sus dos nuevos aviones presidenciales: los famosos “Air Force One”.

A Trump le molesta –y con razón- estar usando dos aviones viejos de 30 años de antigüedad que han servido a muchos ex presidentes. Y le fastidia sentarse en el mismo asiento que usaron los ex presidentes demócratas como Joe Biden (por el que siente una enorme antipatía), Barak Obama y Bill Clinton.

Lo que no quiere reconocer Trump es que la demora de estos dos nuevos Boeing 747, que él encargó en 2018 en su primer mandato presidencial, se debe- en parte- a su culpa.

Trump desea que esos nuevos aviones tengan en su interior asientos bañados en oro, como en su avión particular, un Boeing 757, donde hasta los cinturones de seguridad están bañados en oro . Ese avión, bautizado como “Trump”, está considerado como uno de los más lujosos que surcan el aire.

Donald Trump en su avion particular.

Trump, tan soberbio y narcisista como siempre, piensa que el “Air Force One” es un símbolo de poder y prestigio, según el diario “The New York Times”. Y ya en el segundo y supuesto último mandato presidencial los necesita urgentemente (ya piensa en un tercer mandato en la Casa Blanca, a pesar que lo prohíbe la constitución) .

Boeing dejó de fabricar el Jumbo 747 con fines comerciales en 2022 y justifica el retraso de los pedidos por Trump debido a sus exigencias de extras en el interior y a los excesivos controles de seguridad de los trabajadores.

Boeing, como otras aeronáuticas, tiene unas estrictas medidas de acceso a sus talleres para evitar la entrada de espías o saboteadores. La Casa Blanca ha indicado que estaría dispuesta a que esas medidas se aflojen si así se reduce el retraso.

Otra opción que estudia la Casa Blanca, según “The New York Times”, es el de comprar- y adaptar- un 747 usado de la familia real de Qatar estacionado en el aeropuerto de West Palm Beach (Florida) y ya inspeccionado por Trump. Pero adaptarlo también llevaría varios años.

Boeing promete entregar esos dos aviones pedidos  por Trump entre 2028 a 2029, casi al termino de segundo mandato presidencial–y supuesto último.

El avion presidencial ruso.

La prensa americana indica- en un tono irónico- que ahora que Trump es muy amigo del líder ruso, Vladimir Putin, debería de pedirle que le preste o le venda uno de sus cinco aviones presidenciales  que tiene, el fabuloso Ilyushing-96-300. Todo un orgullo de la aviación rusa. Es un cuatrimotor de fuselaje ancho, capaz de volar desde Moscú a la costa oeste de Estados Unidos, o sea un alcance de unos 11,000 kilómetros. Con fines comerciales, lo usan Aeroflot y Cubana de Aviación.

Para viajes oficiales internacionales, lo uso mucho el presidente ruso.

Trump, por ahora y por mucho que le disguste, tendrá que conformarse con esos “Air Force One” viejos y sin estar bañados en oro.

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