– La filtración de datos se habría producido al menos con un mes de anticipación, según Palacios Moya.
El funcionario de la OABI agregó que “no hay dinero en las mismas (cuentas) porque fueron vaciadas con anticipación de la misma forma que fueron vaciados la mayoría de los centros de comercio, los ganaderos y además vaciaron maquinarias, vehículos, máquinas pequeñas y documentación”, especificó.
Indicó que la documentación es utilizada para los trabajos de administración de los bienes incautados, lo que ahora representa un obstáculo para la Oficina Administradora de Bienes Incautados.
Ejemplificó que la documentación indica si la propiedad está inscrita o no, o qué cantidad está produciendo, “pero no nos dejaron absolutamente nada”, subrayó.
El titular de la OABI, hizo referencia a que la filtración de información se habría originado con un mes de anticipación a los trabajo de incautación y aseguramiento de bienes realizados en la “Operación Neptuno” bajo la coordinación de la Policía Nacional, Ministerio Público y personeros de los Estados Unidos.
“Tuve la noticia que un señor que alquila una casa de las que se incautaron, dice que hace un mes anda buscando donde alquilar, porque le avisaron que la Fiscalía iba a llegar a hacer el decomiso”, reveló.
Reiteró que “hubo una infiltración (filtración) de información, lo que significa que los entes investigadores del Estado no tienen… lo que es resumido todo el tiempo, es que están penetrados”.
Palacios también dijo que “para mí no fueron ni la Dirección de Lucha (Contra el Narcotráfico), ni la Dirección Nacional de Investigación (Criminal), ni la Policía, sino que otro tipo de comité que se está formando, pero no es tampoco los TIGRES, ni los otros (Policía Militar)”.
Asimismo, exteriorizó que “hay grupos de investigadores que están trabajando con un personal especializado sólo para eso”.
Las autoridades hondureños incautaron más de medio centenar de cuentas bancarias a la organización criminal “Los Cachiros”, así como unas 80 propiedades y otros bienes, todo valorado entre 600 y 800 millones de dólares, según estimaciones oficiales.
Cabe mencionar, que la “Operación Neptuno” derivó en investigaciones de labor financiera y de inteligencia mediante la que se ubicaron 61 bienes inmuebles, 64 cuentas bancarias a plazo fijo en lempiras y dólares, además de cuentas en cheques, 24 vehículos, ocho sociedades mercantiles y cuatro establecimientos comerciales.
Con lo anterior, la familia Rivera Maradiaga, fue señalada por el gobierno de los Estados Unidos por sus vínculos con el cártel de “Los Chachiros”.
El señalamiento directo fue una publicación del Departamento del Tesoro, de su oficina de Control de Bienes y cuya traducción también fue colgada en la página de la Embajada de Washington en Tegucigalpa.