Tegucigalpa – El fiscal titular de la Unidad Fiscal Especializada Contra Redes de Corrupción (Uferco), Luis Javier Santos, lanzó este lunes una contundente advertencia sobre el retroceso en materia de acceso a la información pública y la lucha contra la corrupción en el actual gobierno.
– En la lucha contra la corrupción lo peor es que nos quedemos callados, en algunos momentos se ha pretendido eso, remarcó.
“Ha habido menos acceso a la información en este gobierno que en gobiernos pasados, eso sí lo tengo que decir. Antes teníamos incluso información en tiempo real de algunas instituciones.
Había instituciones que nos daban esa información por gestiones de la MACCIH”, denunció el fiscal, al señalar que, a pesar de la eliminación de la Ley de Secretos, se han cerrado otros canales de información esenciales para las investigaciones.
Santos detalló que la UFERCO ya no puede acceder a registros claves como los de propiedad de vehículos, datos tributarios y bases institucionales, lo que obstaculiza el seguimiento de redes de corrupción. “Puede ser que en la oscuridad estén pasando peores cosas, o menos cosas, pero ante ese desconocimiento, pues no lo sabemos. Eso lo vamos a saber hasta que llegue un nuevo gobierno”, alertó.
Hacia dónde va la corrupción
En una declaración que ha sorprendido mucho en entrevista a Radio Progreso, Santos reconoció haber considerado seriamente renunciar a su cargo. “Ahora hemos tenido un retroceso. Lo he analizado y también se lo he puesto en conocimiento a las autoridades: he pensado en poner a disposición mi cargo, porque no veo claro hacia dónde va la lucha contra la corrupción”, confesó.
El fiscal expresó que hay funcionarios nuevos en el Ministerio Público que, según él, no comprenden a profundidad el funcionamiento de las redes de corrupción ni el rol de los políticos. “Creo que es tiempo de ceder ese espacio a otras personas. Uno no puede seguir toda la vida luchando contra la corriente, aun en contra de personas que no quieren que uno siga trabajando contra la corrupción”, reflexionó.
“Dentro del MP se investiga, pero no hay sentencias”
Santos también abordó los limitados avances judiciales en los casos presentados por la UFERCO. “Dentro del MP, el equipo siente que puede investigar, pero si eso va a llegar a una sentencia, eso sí definitivamente no lo creemos. Ni los casos de la MACCIH han llegado a sentencia”, lamentó.
Aclaró que, aunque no han sido obstaculizados para presentar casos, los verdaderos bloqueos se encuentran en los tribunales. “Estamos encontrando esos obstáculos en el Poder Judicial. No sabemos cuál es el problema ahí”, denunció.
La CICIH y la indiferencia ciudadana
Sobre la posibilidad de instalar una Comisión Internacional contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (CICIH), Santos fue enfático: “Al menos que surja una verdadera exigencia por parte de la sociedad, no llegará ninguna misión internacional”. La exigencia de la sociedad civil debe ser esencial y no limitarse a foros o comparecencias, porque eso no será suficiente para generar cambios.
Criticó el pensamiento ilusorio de que un cambio de gobierno resolverá automáticamente los problemas: “Los casos continúan, los actos de corrupción siempre suceden. Es como parte de nuestra cultura querer sacar ventaja del cargo público. El funcionario quiere demostrar poder teniendo los mejores bienes, y para eso necesita dinero de la corrupción”.
Un sistema sin voluntad
Santos recordó que la corrupción es más profunda de lo que la mayoría de los ciudadanos percibe y que el Ministerio Público, por sí solo, no puede enfrentarlo. Tiene que haber voluntad de todo el sistema. Hay casos de corrupción con más de cinco años y más ahí están. Se están haciendo esfuerzos, pero es todo un engranaje. Hay investigaciones paradas por el Poder Judicial.
Finalmente, el fiscal fue categórico: “Así como está el sistema en Honduras, es muy difícil cambiar la corrupción. Esto va a seguir por muchos años”, lamentó.
Las declaraciones de Luis Javier Santos confirman lo que muchos sectores han venido denunciando: que el debilitamiento institucional, la falta de transparencia y la impunidad continúan siendo los principales aliados de la corrupción en Honduras. LB