Tegucigalpa. / Por Isis Rubio. – Los suicidios continúan causando alarma en Honduras ante los datos estadísticos que se registran en los primeros días del año, tras entrar a un 2021 con un repunte de los casos de COVID-19, decenas de muertes diarias y con el recrudecimiento de la pandemia, sus consecuentes colaterales.
– “Todos estamos dañados desde el punto de vista emocional”, advierte siquiatra.
La pandemia del COVID-19 y el paso de los fenómenos naturales Eta y Iota han causado efectos en la salud mental de los hondureños que cada día parece más minada. Los sanatorios especializados están al límite y las atenciones no llegan a cubrir la demanda creciente.
Mientras tanto, miles de personas afectadas por la depresión y otras patologías siquiátricas y sicológicas, propias del miedo a enfrentar la dura realidad, ni siquiera buscan atención médica o simplemente no saben que están enfermos.
Esta circunstancia, lleva a muchos a tomar decisiones erradas como quitarse la vida. Ante esto, también son directamente perjudicados los familiares que deben enfrentar el brutal impacto de una muerte inesperada o que se quedan con dudas y traumas que acrecientan los cuadros de ansiedad, depresión y tristeza.
Mientras el país vive una crisis que le ha generado pérdidas por los 100 mil millones de lempiras, a causa de los últimos fenómenos naturales que abatieron casi todo el territorio, según cifras de la CEPAL; más los ya negativos indicadores producto de la pandemia que ha generado al menos medio millón de desempleos y afecciones directas y graves a por lo menos 40 por ciento de medianas y pequeñas empresas.
Como consecuencia, los hondureños sumidos en la incertidumbre buscan en muchos casos migrar irregularmente y para ello, toman la ruta migratoria, contratan coyotes que muchas veces es el paso previo a la trata human u organizan caravanas.
La violencia común y organizada son otros miedos que ponen especial acento al sombrío panorama que afecta a muchos hondureños llevándolos al suicidio. No son pocos los que hacen frente a la extorción, un a especie de “impuesto” que pagan a las pandillas y maras en los barrios más calientes de las ciudades pero que también se ha trasladado a poblados del interior y que afectan con brutalidad al rubro del trasporte.
Los suicidios de enero
Solo en los primeros días del presente año se han registrado7 suicidios -uno por día-.
El 1 de enero, una persona del sexo masculino tomó la decisión de quitarse la vida en un sector de la ciudad de La Ceiba.
Mientras que el 4 de enero, dos cuerpos ingresaron a la morgue capitalina, ambas personas tomaron la decisión de suicidarse; las víctimas fueron identificadas como Luis Fernando Mejía Bonilla de 18 años, originario de Juticalpa, Olancho y Maribel Méndez Suazo de 42 años, originaria de Comayagua.
El 5 de enero, otras dos personas tomaron la fatal decisión de quitarse la vida en los departamentos de Atlántida y Yoro.
El 6 de enero, un joven de 19 años fue encontrado sin vida en San Juan de Opoa, Copán, occidente de Honduras. El 7 de enero se comunicó un nuevo suicidio, esta vez en la capitalina colonia La Estanzuela. Aquí la víctima fue identificada como David López (33), un hondureño que llegó deportado al país hace unos días.
Suicidio una complicación
El doctor en siquiatría, Javier Uclés, en conversación con Proceso Digital, dijo que el suicidio es una complicación que afectad directamente a los familiares que quedan marcados, deprimidos y destruidos en todos los sentidos.
Las razones por las cuales estas personas deciden quitarse la vida son internas como un problema emocional, de ansiedad y la depresión, sostuvo.
Indicó que los suicidios son más frecuentes en los hombres. La mujer realiza intentos de suicidio, pero falla en su propósito, dijo.
Señaló que el mes de diciembre genera nostalgia en muchas personas y a otras alegrías que, luego en enero, repercuten en los índices de los suicidios.
Pánico
Según el especialista muchas personas que están sufriendo desde la llegada de la pandemia al país y ven incierto su futuro, mientras otras sienten temor a contagiarse de COVID-19 o ven lejana a sus posibilidades la vacuna que se prevé llegará a Honduras a finales del primer trimestre del año.
“Entonces los problemas se siguen generando en la mente de las personas que creen que se van a morir si les da COVID-19”, reafirmó.
Por la experiencia de su práctica profesional, dijo que “la población está sometida al más alto nivel de estrés, que no se había visto ni con las elecciones u otro tipo de problemas, como lo ha generado la pandemia”.
“Hay cansancio en la población, se ha llegado al grado de no portar la mascarilla y de incumplir con las medidas de bioseguridad porque ya se aburrieron de ello y han entrado en una indiferencia que también es una forma de suicidio, porque si le da el virus y se muere fue porque se descuidó al no cumplir con las medidas”, argumentó.
“Todos estamos afectados emocionalmente”
A criterio de Uclés toda la población está afectada emocionalmente, primero por la pandemia, el encierro, seguido de los daños provocados por los fenómenos naturales Eta y Iota que perturbaron a miles de personas quitándoles que tenían.
El confinamiento también daño a cientos de parejas que hoy están en un proceso de divorcio y separación y que esta acción sentimental también lleva a cometer un suicidio, señaló.
Agregó que los desencantos que ha tenido la población con los actos de corrupción también han generado daño en la salud de la gente.
“Estamos pasando por el peor de los momentos, ya que vamos a quedar con estrés postraumático porque el riesgo con el COVID-19 está latente en el país y en todo el mundo”, arguyó.
Campañas urgentes para evitar suicidios
El especialista dijo que se deben de impulsar campañas para concientizar a la población y con ello evitar los suicidios.
Indicó que muchas personas están sufriendo estos problemas y quizás con ser escuchadas y ver que no solo ellas tienen esas dificultades deciden superar sus conflictos y no quitarse la vida.
Asimismo, dijo que los familiares o amigos deben de estar pendiente de la actitud que puede tomar alguien con ideas suicidas.
Recomendó buscar la iglesia como un refugio donde las personas puedan obtener los mensajes que le puedan dar un sacerdote o un pastor y que pueden ser de mucha ayuda para estas personas.
Honduras solo cuenta con dos hospitales, el Mario Mendoza y el Santa Rosita y no se dan abasto para atender a toda la población que sufre problemas mentales o tienen alterados los nervios, apostilló.
En ese sentido, dijo urgió a las autoridades tomar en cuenta todas las ramas de la salud para brindar una mejor atención a la población.
Recomendó que en los triajes instalados a nivel nacional se pueda contratar a un psicólogo, psiquiatra o un médico vinculado a dichas ramas para atender a los pacientes con el virus.
Más de 1,300 suicidios en últimos cinco años
Según las cifras del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), durante los años 2016 a las 2019 mil 299 personas se suicidaron a nivel nacional.
El OV-UNAH trabaja en la recolección de los datos de 2020 para darlos a conocer a la población, tras los problemas registrados producto de la pandemia de COVID-19.
En 2020 en los primeros siete días se contabilizaron 13 suicidios.
Mientras que en este 2021, ya suman siete personas fallecidas por dicha causa.
