Miami – Catorce tormentas con nombre, de las cuales ocho llegaron a huracanes, dos de ellos mayores, se registraron en la cuenca atlántica durante la temporada ciclónica de 2022, que finaliza oficialmente este miércoles y estuvo dentro del promedio, aunque los daños de los ciclones Fiona e Ian fueron cuantiosos.
Ian, que tocó tierra en Cuba y en Florida (EEUU) a fines de septiembre con categoría 4, fue el huracán más peligroso de una temporada que los expertos habían augurado que iba a ser «activa».
Unas 115 personas murieron a consecuencia del paso de Ian por Florida, pero hubo víctimas también en estados del este de EEUU, adonde el huracán se desplazó tras cruzar la península floridana de oeste a este, y en Cuba (al menos seis, según fuentes oficiales).
Los daños de Ian aún no han sido evaluados definitivamente, pero se calculan en más de 50,000 millones de dólares solo en Florida.
Fiona, que también llegó a ser un poderoso huracán en el océano Atlántico, tocó tierra en Puerto Rico y República Dominicana.
Más de treinta personas murieron y los daños se calculan en 2,680 millones de dólares.
La temporada de huracanes promedio tiene catorce tormentas con nombre, siete huracanes y tres huracanes importantes, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por su sigla en inglés).
La de 2022 entra por tanto en esa categoría y tuvo la particularidad de una rara pausa a mitad del periodo de seis meses, que va de 1 de junio al 30 de noviembre.
Después de un período tranquilo en agosto, la actividad aumentó en septiembre, cuando hubo siete tormentas con nombre, incluidos los dos huracanes principales, Fiona e Ian.
La temporada también incluyó una tormenta tardía el 10 de noviembre a lo largo de la costa este de Florida.
Matthew Rosencrans, pronosticador principal de huracanes en el Centro de Predicción Climática de NOAA (Administración de la Atmósfera y Océanos de EEUU), subrayó en un comunicado que «las condiciones de La Niña se mantuvieron sólidas durante toda la temporada, mientras que el monzón de África occidental estuvo solo ligeramente por encima de lo normal».
Esta temporada, los aviones cazahuracanes de la NOAA volaron más de 582 horas para recopilar datos atmosféricos que son críticos para el pronóstico y la investigación de los ciclones.
En mayo pasado, antes del inicio de la temporada, NOAA pronosticó que iba a haber entre catorce y 21 tormentas con nombre, de ellas entre seis y diez con desarrollo como huracanes y de tres a seis de estos huracanes de categoría mayor.
El récord absoluto por ahora lo tiene la temporada de 2020, el año de la pandemia de covid-19, según los registros del NHC, dependiente de NOAA.
Ese año se formaron treinta tormentas con nombre, de las cuales catorce llegaron a ser huracanes y siete de estos huracanes de categoría mayor, es decir, de categoría 3 a 5 en la escala de intensidad Saffir-Simpson, lo que equivale a vientos superiores a 178 km/h. AG