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Escribir en días recios

Por Pedro Gómez Nieto

Abro los ojos. Febrero se fue del almanaque. Cada año los meses tardan menos en dejarnos. Miro en la ventana un día luminoso de cielo azul salpicado de nubes de algodón. Lo primero es lo primero, agradezco a Dios por el nuevo día de la vida que me ha regalado. Como decía San Agustin, le ruego que me conceda aquello que me pide para que pueda pedirme lo quiera, y entregárselo agradecido, porque nada necesito tener si lo tengo a Él conmigo.

Reviso las noticias subidas a las redes por medios y agencias. Recuerdo haber leído hace tiempo algo sobre que las plataformas de comunicación, por su inmediatez, fácil acceso, y posibilidad de generar en tiempo real una relación entre emisor y receptor, terminarían desbancado la preeminencia de los medios. Quien pergeñase aquella valoración no conocía quien era Saturno, dios de la mitología romana. Para mantenerse en el poder no tuvo reparos en comerse a sus hijos. Igual hicieron los medios, integraron las plataformas en sus estructuras de comunicación elevando así su desempeño, poder económico, penetración social y capacidad para generar estados de opinión direccionados.

Leo que un empresario, quien anteriormente tuvo responsabilidades en la ANDI, dijo: “Si el presidente Juan Orlando Hernández se resiste al proceso legal que pesa en su contra sobre aparentes vínculos con el narcotráfico, y cuenta con el apoyo de las FFAA, habrá reacciones inmediatas desde EE.UU. Es posible que desaparezcan las Fuerzas Armadas”. Por fin conocemos la reencarnación catracha del boticario francés Nostradamus, el adivino. Según la RAE, “aparente” significa que tiene aspecto de algo que no es verdadero o real. Si asegura que los vínculos con el narcotráfico son aparentes, ¿no son los tribunales de justicia quienes deben de incoar el proceso investigativo para materializar con pruebas dichas apariencias? Ser catón de la moral conlleva caché e impunidad, la presunción de inocencia no existe en los tribunales de justicia mediáticos.

Oteo el paisaje esperando ver la “reacción inmediata de Estados Unidos”. Busco en el cielo las escuadrillas de helicópteros Apache, ocupados por militares de Operaciones Especiales de la Fuerza Delta, que procedentes de Palmerola se dirigen a Casa Presidencial y al Estado Mayor Conjunto para detener a JOH y a la Junta de Comandantes. Mientras tengamos payasos, tendremos circo. Empresarios, abogados, curas, lambiscones de asociaciones e instituciones, periodistas, y políticos fracasados… que durante la legislatura cuestionaron la gobernabilidad y debilitaron las instituciones, pretendiendo la subversión del orden constitucional, redoblan esfuerzos para evitar el juicio de las urnas.  

Si vivimos en una narcodictadura, ¿cómo interpretar el informe del Departamento de Estado realizado por INCRS, Estrategia Internacional para Control de Narcóticos? Cito un párrafo: “El gobierno de Honduras, como política oficial, no fomenta ni facilita la producción o distribución de drogas ilícitas, ni participa en el blanqueo del producto de la venta de drogas ilícitas”. El documento reconoce el meritorio trabajo y voluntad de nuestras autoridades por combatir el narcotráfico. ¿Entonces?

Con las elecciones respirando en la oreja, seguir presionando para que se vaya el presidente antes de los comicios, conlleva desestabilizar el proceso electoral, reventar Honduras. Pretenden generar en la comunidad internacional, especialmente en las autoridades norteamericanas, la falsa percepción de que necesitamos ser refundados. El Bicentenario no alumbra el camino hacia el Tricentenario. Como ejemplo, las infumables declaraciones de Dan Restrepo vejando a nuestros políticos, artículo publicado el 22.02.202, “Ninguna nación es perfecta”. Esta estrategia suicida pretende también debilitar al Partido Nacional, una maquinaria engrasada, disciplinada, imposible de vencer sin alianzas. Un partido abrazado por hondureños que saben que la fortaleza se encuentra en su unión, para juntos buscar el mejor futuro para sus vidas y familias, desde los valores que promueven los ideales conservadores. Valores que no se encuentran en un concurso de televisión, tampoco en el discurso trilero de quien desconoce el significado de la palabra “madre”.   Retomo el libro de Perez Reverte que anoche estaba leyendo: “A menudo me pregunto con qué autoridad, con qué conocimientos, con qué demagógica y estupefaciente cara dura, ciertos arrogantes analfabetos se atreven a hacer el ridículo de esa manera”. Reverte tiene la brutal capacidad de mostrarnos el alma de los villanos que florecen en cualquier democracia. Los Morlocks repiten mil veces el mismo guion para hacerlo creíble en nuestras cabezas. Falsos mesías generando inestabilidad para que el voto sea emocional mientras sedan el entendimiento

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