En marzo de 2000, Ramírez se reunió con un grupo de entre 80 y 100 salvadoreños para informarle de su travesía a Estados Unidos, que ocurriría «a pie, en camión o tren», según un comunicado del Departamento de Justicia.
El grupo fue guiado por Marvin Arnoldo Ramírez Chávez y René Aguilar Carballo hasta Guatemala y el sur de México, donde los inmigrantes fueron trasladados a un tren, agregó la nota.
«Muchos de los migrantes perecieron en el tren o quedaron inconscientes debido al calor y falta de ventilación en los vagones», indicaron las autoridades.
Ramírez, que fue objeto de una investigación gubernamental con la ayuda de las autoridades de México y El Salvador, reconoció que su papel en la conspiración contribuyó a la muerte de al menos uno de los migrantes, que falleció por asfixia en el tren.
«Este caso trágicamente demuestra el vergonzoso desprecio de los contrabandistas de la vida humana. En busca de una vida mejor, sus víctimas pagaron con sus propias vidas», dijo el fiscal Alexander Acosta, del sur de Florida.
Por su parte, Julie Myers, encargada de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) del Departamento de Seguridad Nacional, reiteró el compromiso de su agencia por trabajar con las autoridades policiales para procesar a los responsables de este tipo de crímenes.
El 11 de enero de 2005, Ramírez, Chávez y Aguilar fueron acusados formalmente de 19 cargos de conspiración para el contrabando de personas con fines de lucro.
Chávez sigue prófugo de la justicia, mientras que las autoridades retiraron los cargos contra Aguilar.
De ser condenado por el tribunal, Ramírez podría recibir cadena perpetua y una multa de hasta 250.000 dólares. Su sentencia será dictada el próximo 19 de noviembre.