Tegucigalpa (Especial Proceso Digital /Por Lilian Bonilla) – Lo ideal sería que no fuera necesario que existiera un Mecanismo de Protección para Periodistas, y que la libertad de prensa no representara una amenaza para nadie, pero en vista de la realidad, de la violencia, de las amenazas y riesgos, los crímenes que vive la prensa en Honduras, el Mecanismo debería ser una alternativa confiable para quienes se acogen al Sistema de Protección.
Pero la gran pregunta es si el Mecanismo de Protección a defensores de derechos humanos, periodistas, comunicadores sociales y operadores de justicia, funciona.
En la vigésima edición de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa realizada por Reporteros Sin Fronteras (RSF), publicada recientemente, Honduras fue catalogado como uno de los países “más mortíferos para el periodismo en el continente americano”.
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Ante esa posición se vuelve imperante el buen funcionamiento del Mecanismo, no obstante, la realidad muestra que este ente, no está funcionando como debería y las falencias son muchas, al grado que hay quienes opinan que daría igual que no existiera.
De acuerdo con datos oficiales, brindados por la Secretaría de Estado de Derechos Humanos (SEDH), el Sistema de Protección desde julio del 2015 a 30 de abril del 2022, ha atendido 684 solicitudes, de las cuales se han admitido 471, y continúan activas a la fecha 151 casos. Entre estos se han admitido siete periodistas y 10 comunicadores sociales.
Según la versión oficial a ese número de personas se les ha brindado protección.
No obstante, entre los mismos protegidos hay versiones de que este organismo deja mucho que desear y en ocasiones más bien genera desconfianza.
Las carencias y falencias
El presidente de la Asociación de Prensa Hondureña (APH), Carlos Ortiz, dijo que en el Mecanismo de Protección siempre ha prevalecido la falta de recursos financieros rápidos, disponibles y oportunos para los temas de prevención de las personas que solicitan protección.
También apuntó como falencia que no se mantiene un personal técnico capacitado, porque al ser dependiente de la Secretaría de Estado de Derechos Humanos, siempre ha quedado a discreción de los funcionarios el tema de la elección del personal y como ocurre en dependencias del Gobierno, prevalece el tema político y siempre se despide al personal.
El personal del Mecanismo debe ser altamente técnico con capacitación permanente y debe tener estabilidad laboral y emocional y eso no está pasando, señaló Ortiz en plática con Proceso Digital.
En ese mismo punto recordó que, de parte de la Unión Europea, hubo cooperación para capacitar personal, igual que de la organización Freedom House, pero ese recurso humano no se mantiene.
El Mecanismo tampoco genera la visibilidad y la confianza, por el contrario, prevalece la suspicacia y una mala imagen, adicionó.
Otro punto negativo que destacó Ortiz es que no se respeta la Ley en torno a las causas específicas de los que deben ser amparados en la sombrilla del mecanismo de protección.
Dijo que esa discrecionalidad está dejando saturado el sistema lo que agrava la gestión de los recursos financieros, además de que podría generar conflicto mayor porque tampoco hay capacidad logística y técnica para la atención de los demandantes. Previó.
Un mecanismo sin cabeza
El expresidente del Colegio de Periodistas de Honduras Dagoberto Rodríguez, dijo a Proceso Digital que el Mecanismo de Protección ha tenido desde su creación una serie de falencias y limitaciones que han impedido que realmente cumpla con su mandato fundamental que es proteger a sectores vulnerables.
Coincidió con el presidente de la APH, al decir que las carencias han estado relacionadas con la falta de presupuesto, con algunas situaciones de burocracia y también el hecho de que el Mecanismo prácticamente está conformado por la mayoría de las organizaciones del Estado.
Rodríguez dijo que la situación se agudiza cuando desde el interior de la secretaria de DDHH trascienden denuncias al más alto nivel de violación a los derechos de los propios funcionarios.
Rodríguez, argumentó que se conoció que el director del Mecanismo de Protección recientemente tuvo que renunciar del cargo por acoso laboral por lo que actualmente no hay un titular en el Mecanismo, no se siguió el proceso para el nuevo nombramiento.
“Bajo esas condiciones creo que el Mecanismo va en un franco deterioro además del hecho de que organizaciones como el Colegio de Periodista decidimos desde de 2020 retirarnos del sistema, en vista de que no había un compromiso serio del Estado para fortalecerlo”, agregó.
Sin mucho futuro
A criterio del expresidente del CPH, bajo estos escenarios no se augura un buen futuro para el Mecanismo y dijo que no todos los sectores que enfrentan situaciones de vulnerabilidad reciben respuestas adecuadas.
El Mecanismo, tal como está funcionando ahora, no está cumpliendo su función, opinó.
Otro punto importante que se anota para el buen funcionamiento del Mecanismo de Protección es que no debería depender de la Secretaría de Derechos Humanos, si no que ser un ente autónomo.
De igual forma debe tener total independencia financiera con una asignación de presupuesto anual.
Los líderes gremialistas abogan por el fortalecimiento técnico para que se agilicen los protocolos para dar protección a las personas que están siendo amenazadas, de acuerdo con el riesgo, no esperar tanto y en un caso grave a dar la atención inmediata incluso para poder sacar a la víctima del país.
El Mecanismo de Protección también debe trabajar muy de cerca con la Fiscalía de Protección a Periodistas y Comunicadores Sociales para que exista una verdadera investigación de las amenazas e intimidaciones que se dan contra los periodistas y contra los defensores de Derechos Humanos, porque muchas veces se brinda protección, pero no se investigan las causas del caso entonces la amenaza persiste.
Asimismo, el Sistema de Protección, debe tener celeridad en la atención a los beneficiarios incluso actuar de oficio ante las fuertes amenazas que enfrenta la prensa en el país, pero no ha sido así lamentó Dagoberto Rodríguez, a la vez que expuso que en la actualidad él vive una situación de riesgo por amenazas y después 48 horas de interponer denuncia, el Mecanismo ni siquiera se comunicó para interesarse por el caso.
“Me parece que al Mecanismo le falta mucho, realmente está muy débil y creo que esas falencias lo van a llevar a su desaparición”.
Ante la realidad de violencia que vive la prensa y los otros grupos vulnerables que acoge el mecanismo, sería grave que desapareciera porque era un avance importante como alternativa de protección, dijo Rodríguez.
Precariedad
Por su parte, la directora ejecutiva, del Comité para la Libre Expresión (C-LIBRE), Amada Ponce, coincidió en que en el Mecanismo de Protección existen muchas debilidades, por lo que se requiere de mucha voluntad política de parte de todos los actores que lo conforman.
Para que haya mejoría se necesita una reestructuración que pasa por voluntad política y solidaridad de parte de todas las organizaciones involucradas.
De igual forma coincidió con sus colegas que el Mecanismo de Protección urge de un presupuesto adecuado para su funcionamiento porque de momento está quebrado.
Proceso Digital, también consultó a la directora de la Asociación por la Democracia y los Derechos Humanos de Honduras (ASOPODEUH), Dina Meza, sobre la situación del Mecanismo de Protección a Periodistas, y respondió que “tenemos una situación delicada es un sistema de protección débil”.
El Mecanismo está en una situación precaria que necesita mucho refuerzo técnico y financiero, anotó.
También concordó en la necesidad de que el Mecanismo sea un ente independiente, para que no haya injerencia política, remarcó.
¿Qué es el Mecanismo de Protección a defensores de derechos humanos, periodistas, comunicadores sociales y operadores de justicia?
Es una instancia donde esta población puede acudir a solicitar protección cuando sienta que su vida, su integridad, libertad y seguridad está en una situación de riesgo, fue creada el 15 de mayo de 2015
Cuando alguien acude al Mecanismo, este debe analizar de forma preliminar la existencia y cumplimiento de los requisitos que establece el artículo 43 de la “Ley de Protección para los Defensores de Derechos Humanos, Periodistas, Comunicadores Sociales y Operadores de Justicia”.
¿Quiénes se pueden acoger al Mecanismo de Protección?
La Ley establece que pueden acogerse: Defensores de derechos humanos, periodistas, comunicadores sociales y operadores de justicia que, en el ejercicio de su labor, se derive de una situación de riesgo.
Que haya existencia de un nexo causal entre el riesgo y su actividad de defensoría en el caso de los defensores de derechos humanos, la libertad de expresión en el caso de los periodistas y comunicadores sociales y labores jurisdiccionales en los casos de los operadores de justicia.
Mecanismo de Protección de Honduras no es una excepción de carencias
En el continente, existen sistemas de protección en Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, México y Paraguay e igual que en Honduras estos han sido duramente criticados por sus ineficiencias.
Según un artículo de La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), estos sistemas en general tienen carencias similares entre estas resaltan, la carencia de recursos profesionales, técnicos y económicos para operar en forma eficiente.
De igual forma se apunta que, además, en estos Sistemas de Protección, no existe coordinación adecuada entre las agencias y grupos responsables de su operación.
Es así como también las instancias internacionales de derechos humanos ante la galopante violencia que enfrentan los periodistas y comunicadores sociales demandan a los países, más atención a la protección de los derechos de periodistas.
Para muchos expertos es muy importante que estos sistemas se reestructuren y se fortalezcan, porque como lo afirmó en su momento el Consejo de Derechos Humanos, “las libertades de información y de expresión son piedras angulares de toda sociedad libre y democrática” y los periodistas son sus principales garantes.
Conocedores nacionales también están de acuerdo en que el Mecanismo aún tiene posibilidades y puede ser una alternativa ante el alto riesgo que siempre enfrenta la prensa nacional, pero se necesita voluntad política general de parte del Estado y de las otras instancias que lo integran. LB