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El circo de la Roma Imperial se traslada a Tegucigalpa

Tegucigalpa – Este sábado en el caribeño Puerto España las selecciones de Honduras y Trinidad y Tobago disputarán un encuentro de fútbol mientras en Tegucigalpa, la capital hondureña, el presidente Manuel Zelaya abrirá el estadio nacional para ofrecer una fiesta de al menos seis horas en la que el pueblo tendrá acceso a ver el encuentro a través de una inmensa pantalla.
 

En un anuncio oficializado por el titular de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, CONATEL, Raúl Valladares, y como corolario de una conferencia de prensa en la que el Gabinete en pleno anunció su intención de modificar la Constitución hondureña, el gobernante comunicó el regalo de la fiesta deportiva, en un país donde el fútbol desata las mas encendidas pasiones.

Valladares dijo que es decisión del presidente invitar al pueblo a acudir al estadio nacional y no solo presenciar el encuentro que pone a Honduras en la ruta al mundial de Sudáfrica 2010, sino que desde el mediodía del sábado los asistentes podrán disfrutar de un espectáculo anunciado oficialmente y que han prometido será por todo lo alto.

Más allá del anuncio oficial, el gobierno de Zelaya, ha colocado en los principales medios televisivos del país costosos anuncios invitando a la afición a acudir al estadio y disfrutar del espectáculo a través de la pantalla gigante.

Al mejor estilo de la Roma imperial, los hondureños se congregarán en el recinto futbolero, como si el Coliseo reviviera en la capital de Honduras, para dar paso al circo popular.

La invitación del dignatario hondureño se da en medio de una agitada atmósfera política donde analistas locales, organizaciones de sociedad civil, miembros del propio partido en el poder, opositores y órganos institucionales denuncian, con alarma, las intenciones continuistas de Ejecutivo y dicen que a través de reformas constitucionales el presidente Manuel Zelaya busca perpetuarse en el poder.

Parodia

Para expertos en temas políticos regionales, consultados por Proceso Digital, la parodia de la Roma Imperial con lo que ocurre en la primera década del Siglo XXI en América Latina tiene relación con el significado político del famosos circo romano.

Un poco mas allá del circo se le atribuye al poeta romano Juvenal la frase “al pueblo pan y circo” como una forma de describir la costumbre de los emperadores de regalar trigo y entradas para los juegos circenses, carreras de carretas y otros, para mantener al pueblo distraído, para que no pensara en sus problemas reales, en los excesos del poder, ni mucho menos en las inapropiadas practicas de sus mandatarios.

En aquella lejana Roma, el circo para el pueblo y la comida por doquier, hasta para las fieras, era una práctica que ocurría mientras los cajones del César se llenaban cada vez más de bienes confiscados, mal habidos, producto de la corruptela imperial.

En la época del Nerón, para el caso, se utilizó mucho el circo, la arena y la fiesta; se supo con el paso del tiempo que fue el propio emperador quien había incendio Roma. Todos supieron como Nerón utilizó el fraude y el engaño.

Así, el emperador construyó las mayores farzas para el pueblo romano en medio de%26nbsp; pan, circo y una vida opulenta, rodeado de sus cercanos súbditos, en medio de las ostentaciones del poder, aquellas que el pueblo no lograba ver y probablemente ni imaginar.%26nbsp;

Recordar el famoso circo romano y su incidencia en la vida política es, a juicio de muchos, una realidad que ronda gran parte de América Latina y de Honduras en particular.
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