Tegucigalpa – Las autoridades hondureñas detuvieron este martes a 241 migrantes de Cuba en el oriente del país, así como nueve presuntos traficantes de personas que los acompañaban, informó la Policía Nacional.
Seis presuntos traficantes, conocidos también como «coyotes», fueron detenidos en el municipio de Danlí, departamento de El Paraíso, fronterizo con Nicaragua, por «transportar ilegalmente» a 116 migrantes cubanos, indicó la Policía hondureña en un comunicado.
Los cubanos eran trasladados en dos autobuses conducidos por los «coyotes», de entre 18 y 41 años de edad, todos con domicilio en Danlí, añadió.
Otro grupo de 125 migrantes cubanos fueron detenidos también en Danlí cuando viajaban en dos camiones conducidos por otros tres presuntos traficantes de personas.
En las dos operaciones participaron elementos de la Unidad Transnacional de Investigación Criminal , de la Dirección Policial de Investigaciones, la Dirección Nacional de Servicios Policiales Fronterizos y el Grupo de Operaciones Especiales Tácticas.
Los nueve «coyotes», todos hondureños, quedaron a disposición del Ministerio Público, quien determinará su situación jurídica por la probable «comisión del delito flagrante de tráfico ilícito de personas», señaló la Policía hondureña.
Todos los caribeños fueron puestos bajo resguardo del Instituto Nacional de Migración (INM), donde las autoridades coordinarán su retorno a su país o les permitirán cruzar el territorio luego de pagar una multa de más de 200 dólares por haber ingresado de manera irregular al país.
Decenas de extranjeros, en su mayoría cubanos y haitianos, están varados en Danlí mientras esperan regularizar su situación en el país o encontrar alguna vía clandestina para transitar por el territorio hondureño y llegar a la frontera con Guatemala.
El obispo de Danlí, José Antonio Pio, afirmó que los migrantes extranjeros que llegan a ese municipio sufren «múltiples atropellos», como el cobro «impositivo» de una multa por parte de las autoridades hondureñas.
«Estamos hablando de 230 dólares (…) sí a cualquier hondureño residente aquí le llegará una multa de 5.000 lempiras (unos 230 dólares) con la precariedad económica que tenemos aquí, le caería como un balde de agua fría, imaginemos lo que significa esto para un migrante”, subrayó el religioso.
El obispo pidió a las autoridades de Honduras «ser humanitarias y respetar los derechos que tienen los migrantes que transitan el territorio hondureño, particularmente el municipio de Danlí».
En las últimas décadas el país centroamericano se ha convertido en un punto de tránsito de migrantes, especialmente de cubanos y africanos, que atraviesan los países de Centroamérica para llegar a Estados Unidos. JS