Roma – De nuevo tras la tanda de penaltis, fatal hasta 2006, y de nuevo el 11 de julio, la misma fecha de la tercera Copa del Mundo conquistada en España 1982, Italia se coronó campeona de Europa por segunda vez en su historia y rompió una sequía de trofeos que duraba desde hace quince años, desde el Mundial ganado a Francia desde los once metros.
La «lotería de los penaltis», como también se dice en Italia, volvió a marcar la historia futbolística de un país y premió a la selección de Roberto Mancini con un título europeo esperado desde 1968, tras la victoria contra la anfitriona Inglaterra en Wembley.
Pese a un comienzo traumático, con un gol recibido a los dos minutos por Luke Shaw, los «azzurri» empataron de la mano de Leonardo Bonucci y se impusieron por 3-2 en la tanda de penaltis, como ya hicieron en las semifinales contra España. Ganaron 3-2, con el meta Gianluigi Donnarumma que paró dos penas máximas, a Jadon Sancho y a Boukayo Saka.
Fue una tanda de alta tensión, como la que decidió hace quince años, en el Mundial de Alemania 2006, la final del Olympiastadion de Berlín contra Francia. De nuevo once metros separaban a Italia del título mundial, el que sería el cuarto de su historia. En ese caso, los «azzurri» fueron perfectos, anotaron sus cinco remates y triunfaron gracias al error en la segunda pena máxima de David Trezeguet.
Para Italia marcaron Andrea Pirlo, Marco Materazzi, Daniele De Rossi, Alessandro Del Piero y Fabio Grosso. Evidentemente, ninguno de ellos sigue en el grupo de jugadores actuales, pero De Rossi representa un elemento en común. El ya excentrocampista estaba en Wembley este domingo en calidad de colaborador de Roberto Mancini.
Una historia de disgustos y reacciones, lágrimas de frustración y de euforia. El error de Trezeguet en esa tanda llegó después de que el propio delantero del Juventus tumbara a Italia en la prórroga de la final de la Eurocopa de 2000, con el «gol de oro» que provocaba que el partido concluyese tras marcarlo.
Pero si los últimos dos trofeos de Italia llegaron tras unas dulces tandas de penaltis, antes de ese momento este formato fue una pesadilla para los «azzurri».
En el Mundial italiano de 1990, Italia se rindió ante la Argentina de Diego Maradona en las semifinales en el estadio San Paolo de Nápoles; aún más duro fue el epílogo de Estados Unidos de 1994, el Mundial perdido en los penaltis contra Brasil, con el célebre fallo de Roberto Baggio y la historia no cambió en 1998, cuando los «azzurri» se rindieron en la tanda contra la anfitriona Francia en cuartos de final, a la postre campeona.
«En ese Mundial contábamos con un equipo fortísimo, lo teníamos todo. Lo único que no queríamos era medirnos con Francia antes de la eventual final. Ellos jugaban en casa y tenían un equipazo. Se te queda el remordimiento por haber perdido un Mundial sin sufrir ninguna derrota, perdimos en la tanda. Te preguntas qué podría pasar», contaba recientemente Dino Baggio, que formaba parte de ese grupo, en una entrevista con EFE.
Este domingo en Wembley, ante Inglaterra, apoyada por 58.000 aficionados por los solo 8.000 italianos, Italia volvió a triunfar y confirmó el 11 de julio como una fecha «amiga».
Es la misma en la que la Italia de Enzo Bearzot conquistó en el Mundial de España 1982, en el estadio Santiago Bernabéu contra Alemania Oeste, la tercera de sus cuatro Copas del Mundo.
La expedición italiana campeona de Europa ya se encuentra en Roma, en el hotel Parco dei Principi, donde este lunes tendrá una serie de citas institucionales con el presidente de la República, Sergio Mattarella, y con el primer ministro, Mario Draghi. JP