Las imágenes muestran como Jiménez se abalanza contra un grupo de agentes que lo inmovilizan y lo tiran al suelo, mientras se oye la voz de un aparente superior que repite «no le peguen, no le peguen», y otro implicado intenta calmarle llamándole «doctor».
El ya ex canciller fue detenido en Tegucigalpa por la Policía en la madrugada del pasado domingo, cuando conducía ebrio en su coche particular, lo que Jiménez admitió públicamente el jueves, durante una rueda de prensa en la que también pidió disculpas al pueblo hondureño.
Jiménez, que compareció ante la prensa con un ojo morado y golpes en los brazos, recriminó a los policías de tráfico que lo detuvieron y esposaron, porque en su opinión se excedieron y actuaron con brutalidad en su contra.
En solidaridad con el ex titular de Relaciones Exteriores, empleados de esa cartera ministerial, protestaron hoy y marcharon hacia la Casa Presidencial para pedir a Zelaya que no aceptara la renuncia del ministro, cuyo desempeño profesional avalan.
Milton Jiménez reiteró hoy que acepta que cometió el error de conducir ebrio, situación que no justifica la brutalidad con la que actuó la Policía.
Enfatizó que su propia reacción violenta contra varios policías, obedeció a la «indignación» que le causó el maltrato físico de que fue objeto, cuando él se encontraba «indefenso».
La difusión del vídeo en el que se observa al ex canciller cuando agredía a los policías, también ha sido cuestionada y algunos sectores, entre ellos empleados de Relaciones Exteriores, han solicitado que se investigue quién es responsable de la grabación, con un teléfono móvil, y su divulgación.
Todo hace presumir que la grabación la hizo uno de los mismos policías, que después la facilitó a algunos medios de comunicación, pero será difícil seguirle en rastro hasta el conocido portal de Internet donde aún aparece.
Hasta ahora, el ministro de Seguridad, Álvaro Romero, se ha limitado a informar en un escueto comunicado que Jiménez fue detenido en estado de ebriedad y llevado a la Policía de Tránsito, donde se negó a que le hicieran una prueba de alcoholemia.
Además, se le detuvo durante el tiempo que señala la ley y luego se le envió a su residencia, según Romero, quien no se refirió a la brutalidad policial denunciada por Milton Jiménez, abogado de profesión y víctima en su juventud de la represión que favoreció la política de «seguridad nacional» de los años ochenta del siglo pasado, bajo la que «desapareció» temporalmente, junto con otros cinco estudiantes universitarios.
El ex ministro atribuyó la difusión del vídeo por Internet y algunos medios locales de prensa a sectores políticos interesados en causarle daño al Honduras a nivel internacional.
En tono reflexivo, el ex canciller dijo que no se arrepiente de cómo se ha conducido en su vida, pero reconoce este incidente como «un error» que requiere «reflexión», del que «el gobierno no tiene absolutamente ningún tipo de responsabilidad».
Este es noveno ministro que renuncia del gobierno de Zelaya, antes de que, el próximo 27 de enero, cumpla dos años de su mandato de cuatro.
El incidente se produce, además, a pocos días de que el gobernante anuncie los cambios que tiene previsto hacer en su gabinete de gobierno en el segundo aniversario de su administración.
Los cambios podrían adelantarse al próximo lunes, según fuentes cercanas al presidente, a quien varios sectores políticos, incluso dentro de su mismo partido, el Liberal, acusan de «improvisado» e «impreciso» como gobernante.
El presidente de Honduras no se ha referido directamente al incidente de Milton Jiménez, ni a la denuncia sobre la brutalidad con la que habría actuado la Policía con el ex canciller, su conocido amigo personal.