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Cárceles de máxima INseguridad

Tegucigalpa – Las cárceles de máxima seguridad siguen siendo escenarios de violencia en Honduras. Tres privados de libertad murieron en las últimas horas en la cárcel de Morocelí, conocida como La Tolva, en el departamento de El Paraíso, zona oriental del país.

– Desde septiembre de 2016 comenzó la puesta en marcha del modelo de cárceles de máxima seguridad, pero los sucesos violentos en estos recintos no se han detenido. Las Fuerzas Armadas tomaron el control del sistema.

– Pese a ser cárceles de reciente construcción en El Pozo, La Tolva y Siria ya se registra hacinamiento.

En este último retazo de violencia en Morocelí, además hubo más de una treintena de reclusos heridos.

La información preliminar establece que todo comenzó con la detonación de una granada de fragmentación lanzada por una organización criminal contra sus rivales en el interior de la cárcel de máxima seguridad que se localiza en el oriente de Honduras.

(VER) Tres muertos y más de 30 heridos en La Tolva

Momentos aterradores se vivieron en La Tolva desde la mañana del jueves. Balas iban y venían de uno y otro lado por parte de los miembros de la Pandilla 18 y la MS-13, de acuerdo a versiones de familiares de los internos y videos filtrados desde el interior del recinto.

7 heridos de gravedad fueron trasladados al Hospital Escuela en TGU, otros 4 a Danlí.

El terror se apoderó de esta cárcel desde tempranas horas del jueves y se extendió hasta horas de la tarde cuando, por fin, pudieron ingresar los operadores de justicia para hacer los levantamientos de los cuerpos y recoger otras pesquisas.

En todo este ínterin las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP) no aparecieron por ningún lado para llevar tranquilidad a los familiares de los privados de libertad, lo que acrecentó las dudas y múltiples versiones sobre lo ocurrido este jueves en La Tolva.

Ante la falta de versiones oficiales, la opinión pública se tuvo que nutrir de relatos de defensores de derechos humanos y otros actores del sistema carcelario.

¿Cárceles de máxima seguridad?

Varias son las cárceles, llamadas de máxima seguridad, que integran el sistema penitenciario hondureño. Ilama, en Santa Bárbara (El Pozo) y en Morocelí, El Paraíso (La Tolva) constituyen los dos últimos modelos creados bajo este concepto.

Igualmente, en El Porvenir, Francisco Morazán (Siria), aunque con controles menos sofisticados que las dos primeras, forma parte de los recintos relativamente nuevos creados para descongestionar las vetustas cárceles hondureñas.

Cuando El Pozo y La Tolva iniciaron operaciones, en 2016, se hizo todo un despliegue mediático para mostrar cómo sería la vida en esas cárceles para los llamados jefes del hampa. Los reos lucían uniformes anaranjados, tenían esposas en los pies y las manos, y se informó que apenas iban a disponer de una hora para recibir sol. Ahora, como quedó evidenciado en La Tolva, a las cárceles entran armas de alto poder, incluidos explosivos.

La entrada en escena de las cárceles de máxima seguridad en Honduras permitió reducir el hacinamiento en el viejo régimen penitenciario del país.

Una nota de prensa oficial  titulada: “Cárceles de máxima seguridad devuelven gobernabilidad al sistema penitenciario” fue un artículo del gobierno -allá por 2017- que con bombos y platillos anunciaba el control en el sistema carcelario.

Pero solo fue eso -un título de prensa-, ya que los motines, reyertas, fugas e incluso muertes violentas en estos recintos siguieron con el paso del tiempo. Las cárceles de máxima seguridad son constantemente puestas a prueba por parte de familiares de reos peligrosos y los propios internos, quienes intentan introducir objetos prohibidos, drogas y armas.

¿Y la fuerza élite creada para el control en cárceles?

La FNCCPP es la encargada de toda la parte de la tecnología que se ha instalado; es decir, de los escáner hasta las cámaras de seguridad que operan en los centros penales

En noviembre de 2018, se anunció la Fuerza Nacional de Control de Centros Penitenciarios (FNCCP), con la intención de no permitir que en las cárceles de máxima seguridad se pudiera introducir algún tipo de objeto prohibido, drogas o armas.

El anuncio lo hicieron entonces autoridades del Gabinete de Prevención, Seguridad y Defensa. y en esa oportunidad se informó que la nueva fuerza élite procedió de inmediato a establecer un control de todo lo que entra y sale del centro; eso incluye personas y cualquier tipo de mercadería, que tendrían que pasar por el escáner.

Igualmente se anunció que los efectivos de la FNCCP iban a estar asistidos por una maquinaria de última generación, con escáner de rayos X, tanto para personas como para las cosas.

Después de casi cinco años bajo el modelo de cárceles de máxima seguridad, queda evidenciado que en estos recintos sigue reinando el autogobierno, las fugas, las matanzas, las reyertas y los enfrentamientos entre grupos criminales.

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