Tegucigalpa – En Honduras los bonos de carbono son un fantasma que aparece y desaparece, pero a La Mosquitia nunca llegan sus beneficios, dijo la regidora de la comunidad de Wampusirpi, Bianca González Mejía, tras denunciar el olvido y el abandono que ancestralmente padecen los pueblos originarios.
– “Espero que no utilices tus influencias para borrarme del mapa”, le dijo el ambientalista Jorge Salaverri a Mirna Wood Flores durante un cruce de opiniones en el foro televisivo Frente a Frente.
– La construcción de una carretera que vulnera los territorios protegidos, que no tiene licencias ambientales y cuyos fondos no se sabe de donde provienen, ha puesto a La Mosquitia en el ojo público.
La Mosquitia ha vuelto a estar en el ojo público tras la denuncia de la construcción de una vía de comunicación, conocida popularmente como “narco carretera”, que comunica las comunidades de Wampusirpi y Krausirpi y porque además de no contar con los permisos ambientales de rigor, se desconoce el origen de los fondos que la financian.
Al hablar de áreas protegidas o recordar que la Biosfera de Río Plátano es una reserva natural de la humanidad, “nos referimos a la protección del bosque, pero nos olvidamos de la persona humana y eso no es justo, ni posible”, externó Bianca González.
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Agregó que los mandos intermedios del gobierno descuidan las políticas públicas que se han diseñado para atender los ancestrales problemas de la región y dijo que ella, particularmente, no defiende la construcción de una carretera de 28 kilómetros que comunica Wampusirpi y Krausirpi, misma cuya extensión es superior ya que se inicia en Culmí, Olancho, generando vastos daños ecológicos.
La zona demanda acciones concretas que den solución a las necesidades de salud, comercio y sobrevivencia digna de los pueblos originarios, dijo la regidora pidiendo auxilio para la población excluida en La Mosquitia y que es la mayoría.
Recordó que el pueblo misquito no ha sido talador de los bosques y manifestó que la desigualdad y la indiferencia son las razones que más daños hacen a los tawahkas, pech y misquitos en la región.
Para ella, los países industrializados producen contaminación y pueblos como el Tawahka, que habitan en zonas generadoras de oxígeno, no reciben apoyo y compensación por devolver aire puro al planeta y ser indemnizados, así, por los graves daños causados por las naciones que contaminan.
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La declaración de la regidora Bianca González, fue externada en el foro televisivo Frente a Frente, donde se abordó en una segunda emisión continua la destrucción de los Bosques de la Biosfera del Río Plátano y sus zonas de amortiguamiento.
En La Mosquita el tráfico de drogas y la tala de los bosques se acentuaron aún más, desde que inició la pandemia generada por el COVID, en marzo de 2020. Los daños son cada vez más profundos y la construcción de carreteras es considerada por ambientalistas y estrategas antidrogas como una obra del crimen organizado para continuar con los saqueos y el tráfico ilícito de forma más expedita.
La denuncia del ambientalista Salaverri
En el mismo foro televisivo, el ambientalista Jorge Salaverri, reafirmó que la zona es cada vez más destruida y que se encuentra bajo ataque de sectores depredadores y narcos.
Señaló que los bosques son destruidos con incuantificables motosierras que cada día cortan los árboles en los bosques de hoja ancha y también de pino.
Igualmente dijo que la aplicación de venenos y herbicidas es otro factor que altera y mata cada día la flora y la fauna en La Mosquitia.
En la región cotidianamente también se reportan extensiones de terrenos descombrados y convertidos en pistas de aterrizaje para los narcovuelos que llegan desde el sur del continente, especialmente desde Venezuela y Colombia, con droga que se despacha, posteriormente para México y los Estados Unidos.
Zonas como El Carrizal, el Crique Paloma Supa, el río Uhra, el sur del río Pimienta, el río de Wanpusirpi, el río Cuyamel, el cerro Chachaguate al noreste de El Tule; Guarunta, fueron parte de las zonas de La Mosquitia que han sido dañadas en su hábitat y en sus bosques, según Salaverri.
“No utilices tus influencias…”
Igualmente, el ambientalista, fue señalado por Mirna Wood Flores, una dirigente de Masta, que se unió al foro Frente a Frente, mediante una participación telefónica.
Wood Flores, retó a Salaverri a decir públicamente los nombres de los narcotraficantes que financian la carretera y lo descalificó, aduciendo su desconocimiento de la región pese a que el ambientalista lleva más de tres décadas internándose y trabajando con los pueblos originarios y con científicos que contribuyen a la preservación de La Mosquitia.
“Espero que no utilices tus influencias para borrarme del mapa”, le dijo Jorge Salaverri a Mirna Wood Flores al tiempo que la exhortó a trabajar en favor de su pueblo y a no defender la construcción de la carretera.
“No me descalifiques, conozco todo el territorio, lucha por el territorio y no por la carretera”, le imploró Salaverri a Wood Flores.
La Mosquitia, olvidada tradicionalmente, ahora está en el foco público y los debates sobre sus riquezas naturales, su arqueología y la pobreza extrema de tres pueblos originarios que la habitan, son parte de una disputa, representada en la construcción de una dudosa carretera. Idealmente, ambientalistas y líderes auténticos de la zona, esperan que la visibilidad sirva para generar condiciones dignas ante una desigualdad y exclusión que cada día les mata. (PD)