Bogotá – El presidente de Colombia, Iván Duque, y sus ministros del Interior y de Defensa salieron ilesos este viernes de un atentado a tiros contra el helicóptero presidencial, que fue impactado varias veces cuando se aproximaba a la ciudad de Cúcuta, fronteriza con Venezuela.
El helicóptero, un Sikorsky UH-60 Black Hawk de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), recibió seis impactos de bala en lo que el propio Duque calificó de «atentado cobarde», pero pudo aterrizar con sus ocupantes a salvo en el aeropuerto internacional Camilo Daza, de Cúcuta, capital de Norte de Santander.
«Tanto el dispositivo aéreo, como la capacidad de la aeronave, evitaron que ocurriera algo letal. Lo cierto es que es un atentado cobarde, donde se ven impactos de bala a la aeronave presidencial», manifestó el presidente en Cúcuta.
Duque había viajado hoy a Sardinata, localidad situada en la convulsa región del Catatumbo junto con sus ministros de Interior, Daniel Palacios, y de Defensa, Diego Molano, así como con el gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano, para un acto de Gobierno, y el atentado se produjo cuando regresaban a Cúcuta para desde ahí retornar a Bogotá.
En videos grabados aparentemente en barrios de la periferia de Cúcuta y publicados en las redes sociales se puede ver como un helicóptero sobrevuela la zona a baja altura y se escuchan disparos durante al menos 15 segundos.
«Luego de cumplir un compromiso en Sardinata, en el Catatumbo colombiano, y aproximándonos a aterrizar a la ciudad de Cúcuta, el helicóptero presidencial fue víctima de un atentado», subrayó el mandatario en la declaración junto con sus dos ministros.
Violencia desbordada en la frontera
Hasta el momento nadie se ha atribuido el atentado que se produjo en una región en la que proliferan distintos grupos armados ilegales.
La región del Catatumbo, que abarca 10.089 kilómetros cuadrados, en su mayoría selváticos, forma frontera con Venezuela y está compuesta por once municipios donde operan la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), disidentes de las FARC, un reducto del Ejército Popular de Liberación (EPL) y bandas de narcotraficantes.
Incluso en Cúcuta, la capital regional, que tiene los principales pasos fronterizos de Colombia con Venezuela, hay fuerte presencia de estos grupos y de bandas criminales dedicadas al narcotráfico, la extorsión y el contrabando.
Hace tan solo diez días un atentado terrorista con un coche bomba dejó 36 heridos en la sede de la Brigada 30 del Ejército en Cúcuta en la que había personal militar de Estados Unidos.
También a principios de mes fue asesinada a tiros Esperanza Navas, una fiscal especializada del municipio de Tibú que hace parte del Catatumbo.
«Una vez más reiteramos que como Gobierno no vamos a desfallecer un solo minuto, un solo día, en la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y los organismos de criminalidad organizada que operan en el país. Aquí no nos amedrentan con violencia ni con actos de terrorismo, nuestro Estado es fuerte», expresó hoy Duque.
Condena dentro y fuera de Colombia
El atentado contra el presidente fue condenado de inmediato incluso por opositores a Duque, así como por organismos internacionales que rodearon al mandatario y a la instituciones democráticas colombianas.
«Cualquiera que sean las distancias que nos separen, rechazo el atentado contra el presidente. Una democracia consiste en que nadie muera por sus ideas», dijo en sus redes sociales el senador Gustavo Petro, líder de la oposición.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, también opositora, calificó el ataque como «un atentado contra ciudadanos, contra el presidente y contra nuestra democracia», y afirmó que a «Colombia la tenemos que cuidar de la radicalización y la romantización de toda forma de agresión violenta».
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestó su condena al atentado contra el presidente y sus ministros, mientras que el director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, dijo que lo repudia «categóricamente».
«Rechazo frontal y rotundo al ataque contra el helicóptero en el que viajaban el presidente Iván Duque y los ministros», expresó la embajadora de la Unión Europea en Colombia, Patricia Llombart.
La embajada de Estados Unidos en Bogotá dijo que «condena enérgicamente el cobarde ataque contra el helicóptero», al tiempo que expresó su complacencia de «que todos estén a salvo y felicitamos a los pilotos que llevaron la aeronave a un aterrizaje seguro».
Por su parte el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, expresó su «solidaridad» con el presidente Duque y dijo que su país «rechaza la violencia y respalda a las instituciones democráticas de Colombia», y en términos similares se expresó el líder opositor venezolano Juan Guaidó, que tiene en Duque uno de sus principales aliados. (ag)