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Amorim expuso su versión de los hechos en embajada de Honduras ante Consejo de Seguridad

Naciones Unidas – El canciller de Brasil, Celso Amorim, explicó hoy al Consejo de Seguridad de la ONU la crítica situación humanitaria de su embajada en Tegucigalpa y pidió al presidente Roberto Micheletti, que respete la Convención de Viena sobre inviolabilidad de las sedes diplomáticas.
 

«Es imperativo que el régimen de Honduras cumpla con la Convención de Viena sobre la inviolabilidad de las sedes diplomáticas», dijo Amorim al Consejo, que tras escuchar sus alegaciones decidió analizar la situación a puerta cerrada.

El jefe de la diplomacia brasileña consideró que la actuación del Gobierno de facto hondureño «es una clara violación de la reglas de la Convención de Viena sobre las relaciones diplomáticas».

Además, recordó que el Tribunal Internacional de la ONU ha establecido el pleno respeto de las legaciones diplomáticas en cualquier caso, incluida la situación de guerra.

Brasil solicitó al Consejo de Seguridad el martes pasado una reunión de urgencia para tratar la crítica situación de Honduras tras el sorpresivo retorno al país de su depuesto presidente, Manuel Zelaya, un día antes, para refugiarse en la representación diplomática brasileña en el país centroamericano.

El Consejo de Seguridad, bajo presidencia de EE.UU. y su embajadora ante la ONU, Susan Rice, analizó la situación explicada por Amorim a sus 15 miembros, que tienen diferentes opiniones sobre cuál es el foro apropiado para tratar un asunto que consideran una crisis regional.

Fuentes diplomáticas dijeron que Rice y Amorim tuvieron «ciertos desencuentros» sobre la idoneidad del Consejo para tratar un problema que ya está siendo abordado en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Asimismo, señalaron que el nivel diplomático de la reunión era de embajadores, y no de ministros de Asuntos Exteriores.

No obstante, en su carta al Consejo, el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva indica que «Brasil cree que la OEA sigue siendo el foro apropiado para encontrar una solución política a la situación de Honduras».

Brasil solicitó hoy del Consejo «una declaración clara que sirva de disuasión contra un posible agravamiento de la crisis», en referencia a sus sospechas de que las autoridades de facto hondureñas podrían preparar el asalto a sus instalaciones diplomáticas en Tegucigalpa.

Amorim añadió que ello también «podría ser una señal de apoyo a los esfuerzos diplomáticos de la comunidad internacional para una restitución pacífica y rápida al poder del presidente Zelaya».

El canciller brasileño explicó a los países del Consejo que los servicios de abastecimiento de agua y electricidad, así como de acceso a alimentos, es críticos, ya que la legación diplomática tiene cortados esos recursos.

«La Policía (hondureña) ha informado al personal de la embajada que quien abandone sus premisas no podrá volver a ellas», dijo el ministro de Relaciones Exteriores.

El diplomático dijo a esos países que consideraba la aceptación por parte del Consejo de tratar el tema como el reconocimiento de que la situación de Honduras «es una amenaza a la paz y la seguridad» de la región.

Tras su exposición al máximo órgano de decisiones de la ONU, Amorim dijo a la prensa: «Ahora es que el Consejo adoptará su decisión. No sé la que será. Puede no decir nada, pero espero que nos informe porque es una situación que nos afecta directamente».

Asimismo, explicó a los medios de comunicación la manera en que Zelaya y su esposa, Xiomara Castro, llegaron a la embajada brasileña en Tegucigalpa.

«Todo lo que yo sé sobre la llegada de Zelaya a la embajada es que una diputada llegó a las diez de la mañana y preguntó si podíamos recibir a la señora Zelaya», dijo el ministro brasileño.

Agregó que cuando Xiomara Castro fue recibida en la embajada de su país, «ella preguntó si podíamos recibir al presidente Zelaya que estaba en las inmediaciones y, aproximadamente una hora después, llegó él».

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