Adrian Newey le pondrá la música al ‘last dance’ de Fernando Alonso

Madrid – Adrian Newey. Auténtico ‘gurú’ de la aerodinámica. El mejor ingeniero de toda la historia de la Fórmula Uno une su nombre al de la escudería Aston Martin, la del español Fernando Alonso. En la que empezará a ejercer de jefe absoluto de diseño desde el año próximo. Y, si todo va bien, compondrá la música, con miras a 2026 -curso en el que cambia el reglamento técnico- de lo que puede ser el ‘last dance’ del doble campeón mundial asturiano.

Newey, de 65 años, nació en Colchester (Essex, Inglaterra), se graduó con todos los honores como ingeniero aeronáutico en 1980 en la universidad de Southampton; y su muy brillante carrera siempre ha estado vinculada al automovilismo y a su estrato principal: la F1. En la que hizo grandes a las escuderías Williams y Red Bull, ganó títulos con McLaren; y diseñó los coches de hasta siete campeones del mundo.

Su eclosión en la división de honor del motor llegó con Williams, equipo con el que ganó, en los años 90, cinco Mundiales de constructores -incluido el de 1994, el del mayor disgusto de su carrera: el accidente que le costó la vida al triple campeón del mundo brasileño Ayrton Senna- y cuatro de pilotos.

Los ingleses Nigel Mansell (1992) y Damon Hill (1996), el cuádruple campeón mundial francés Alain Prost (1993) y el canadiense Jacques Villeneuve (1997) festejaron títulos mundiales para la escudería de Sir Frank.

Con McLaren, ganadora del certamen por equipos en 1998, hizo doble campeón mundial al finlandés Mika Häkkinen, esa temporada y la siguiente. Y, desde su llegada, en 2005, hasta el comunicado de su salida, el primer día de mayo de este año, diseñó los monoplazas triunfales de Red Bull. En dos periplos triunfales -los que encabezaron el cuádruple campeón del mundo alemán Sebastian Vettel y el tricampeón mundial neerlandés Max Verstappen-. Interrumpidos por la ‘dictadura deportiva’ de Mercedes, que festejó ocho títulos seguidos de constructores (2014-2021). Coincidentes con seis de las siete coronas que capturó el inglés Lewis Hamilton y la del alemán Nico Rosberg.

Para Red Bull, Newey diseñó los coches invencibles con los que, entre 2010 y 2013, Vettel lideró cuatro ‘dobletes’ seguidos para la escudería austriaca. Sin restarle méritos al alemán, los que entienden de F1 saben que tanto el Mundial de 2010, como el de 2012, se le escaparon, sólo por detalles y con un monoplaza inferior, al genial piloto asturiano. Que por aquel entonces compartía recíproca condición de ‘archi-enemigo’ en las pistas con el genio inglés; unidos ambos por un profundo respeto mutuo, como volvió a quedar claro este martes en el acto de presentación que tuvo lugar en Silverstone.

El gurú de la aerodinámica también diseñó los Red Bull con los que, en las últimas tres temporadas, ‘Mad Max’ -ganador de 19 carreras el año pasado, cuando el equipo austriaco se anotó todas menos una (21 de 22)- se convirtió en ‘súper-depredador’ deportivo. Y con un coche suyo, el mexicano Sergio Pérez se adjudicó cinco de sus seis victorias en la categoría reina, en la que el año pasado se proclamó subcampeón del mundo.

Y, aunque la temporada se les está complicando (Verstappen lidera el Mundial de pilotos con 62 puntos sobre el inglés Lando Norris; y Red Bull ya sólo le lleva ocho puntos a McLaren en el de constructores), si se refrenda alguno de estos lideratos (o ambos) a finales de año, el mérito también será de Newey.

Este martes se confirmó el mayor bombazo informativo de la campaña (el fichaje de Hamilton por Ferrari se produjo en pretemporada). Y el 10 de septiembre de 2024 se convirtió en un día histórico para la Fórmula Uno. Que, por extensión, también puede serlo para el deporte español.

Era un secreto a voces; y las voces elevaron sus decibelios cuando, hace un par de meses, se anunció la renovación, como mínimo hasta 2026, de Alonso con Aston Martin. Equipo propiedad del canadiense Lawrence Stroll -muy exitoso empresario canadiense y padre de Lance, el compañero de Fernando-, que cuenta con el patrocinio principal de Aramco, la petrolera saudí; y cuyos coches, a partir de 2026, serán propulsados por un motor Honda. Compañía que suministró las unidades de potencia con las que triunfó ‘Mad Max’; y que conoce a la perfección el estelar ingeniero inglés.

Newey, que comparó la figura de Lawrence Stroll con otros históricos de la F1 con los que trabajó, como el citado Frank Williams o Ron Dennis -en la época triunfal de McLaren-, admitió este martes que será «un reto» diseñar un coche ganador en 2026; celebró que su camino se una finalmente al de Alonso -«que estuvo a punto de fichar por Red Bull en 2008 y en 2009», recordó- y advirtió que no percibe presión ‘extra’ por las expectativas creadas. Primero, porque la presión se la crea él mismo; y, después, porque desde hace mucho tiempo, no está pendiente de lo que de él puedan decir los medios de información.

Alonso indicó durante la presentación de Silverstone (muy próxima a Milton Keynes, por lo que el cambio de oficina de Don Adrian implicará apenas un par de kilómetros) que el mago automovilístico británico siempre elevó el listón, haciendo mejorar a todos en la F1.

En una entrevista con la Agencia EFE que tuvo lugar en el Circuito-Museo que lleva su nombre, en Llanera (Asturias) y justo antes del pasado Gran Premio de España, a Alonso se le recordó que el quíntuple campeón mundial argentino Juan Manuel Fangio había ganado su tercer título a los 44 años.

«¿Qué le sugiere esa idea?», se le preguntó. «Que en 2026 tendré 44 años», contestó el genio astur, que describió a Newey, especialmente durante los años en los que brilló Vettel, como «un rival feroz».

«Nos ha ayudado a todos los equipos a ser mejores; a buscar siempre una mejor versión de nosotros mismos; y ahora que está libre, en el mercado, lógicamente todos querríamos, o soñamos, con tener esa posibilidad. Pero bueno, leyendo también los rumores o las cosas que se hablan, parece que está cerca de Ferrari. Así que veremos. Lo que él decida, bienvenido será», declaraba a Efe, el pasado mes de junio y no sin jugar al despiste, Alonso.

«Tenemos una relación de mucho respeto. Mutuo. Él sacó un libro en España y me dio la oportunidad de hacer el prólogo a mí. Los dos creo que hemos dicho públicamente que nos admirábamos; que respetábamos mucho el trabajo del otro. Pero, aparte de eso, creo que poco más», comentaba, en la citada entrevista con Efe, acerca de su relación con Newey, el genial piloto asturiano.

Ahora sus caminos se unirán, a partir del año próximo. Y en 2026, con la nueva reglamentación, si Newey acierta en el diseño y Alonso -excepcional profesional, de descomunal talento- conserva su estado de forma, se puede pensar en un ‘last dance’ en la cresta de la ola del astro astur. Un último baile en lo más alto al que pondrá música el mejor ingeniero de la historia de la F1. En la que Alonso, que primero batió todos los récords de precocidad y ahora mejora todas las plusmarcas de veteranía, «no» se ve a los 50.

Sin embargo, si Newey vuelve a dar con la tecla y en 2026 Aston Martin tiene un coche ganador, se abre la admisión de apuestas acerca de si esta afirmación es o no del todo correcta. EFE

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