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Benjamín Paz, dos veces ganador de la Taza de Excelencia con la magnífica variedad Geisha 

Tegucigalpa (Especial Proceso Digital/ Por Verónica Castro) – Benjamín Paz Muñoz se rodeó de grandes conocedores de la caficultura toda su vida, desde sus abuelos y sus padres, hasta sus amistades en el ambiente de la caficultura y eso lo llevó a ganar dos veces el máximo galardón de la caficultura nacional, la Taza de Excelencia del Café, en 2022 y 2024.

El joven caficultor, originario de Santa Bárbara, compartió parte de sus vivencias en el mundo del café con Proceso Digital. 

Benjamín ha vivido rodeado del café y del fútbol, sus dos pasiones; la primera le ha permitido levantar la copa de la excelencia en el grano aromático dos veces; la segunda, le da emoción y pasión cuando la Selección Nacional ha acudido a los mundiales de fútbol.

La tercera es la vencida

En este joven caficultor se aplica la frase de ´la tercera es la vencida´. Su abuelo inició en el mundo del café en una pequeña finca pero mas dado a la comercialización, una tradición que siguió su padre. 

Y es que años después, Benjamín logró, además de los dos premios nacionales por producir un grano de calidad Premium, venderlo al precio récord de 136.50 dólares por libra del café, equivalente a unos tres mil 400 lempiras.

La infancia de Benjamín, el menor de cuatro hermanos, transcurrió entre las aulas del Centro Educacional Adventista, en Peña Blanca, Cortés, donde cursó su preparación primaria y secundaria, y la finca de su abuelo, quien fue el primero de los Paz en el mundo del grano aromático. 

Sus abuelos maternos también estuvieron involucrados en este mundo de la caficultura, por lo que afirma que ellos sentaron las bases para  “estar sentado hoy aquí y llenarme la boca diciendo que a uno le va bien con el café”.

“Como cualquier empresa familiar pequeña, uno crece y se desarrolla en estos ambientes”, afirma, mientras recuerda que su abuelo abandonó la finca al no lograr el éxito en la caficultura, un camino que también repitió su padre, por lo que ambos se dedicaron a la comercialización del café.

A la fecha, las fincas están abandonadas, según lo relatado por Paz, quien compró sus parcelas en otros puntos de Santa Bárbara.

El amor de Benjamín a los cafetales se mantuvo durante su vida universitaria, pues aunque tuvo que mudarse a la capital industrial para prepararse como licenciado en Administración de Empresa, los fines de semana era seguro su viaje a Santa Bárbara. “A menos de que hubiera un partido de la selección nacional de fútbol”.

Tras finalizar la universidad, “tuve la oportunidad de elegir que iba a hacer y decidí apoyar al grupo familiar y allí nació la idea de retomar el cultivo de café y comenzar a sembrar de nuevo y comenzar a dedicarme a las plantaciones, a la vez trabajamos con la parte de la comercialización”.

En la actualidad, Benjamín y sus hermanos trabajan mano a mano en el negocio familiar de comercialización de café, mientras su hermana se inclinó por el mundo de la medicina.

El joven se dedica además a la cosecha de cafés especiales  de la variedad Geisha y SL-28.

Rodeado de ganadores

Después de la universidad, Benjamín se involucró en el mundo de la comercialización de café y eso le permitió conocer los cafés especiales, dando asesorías de cómo sacarle provecho a las especies que se cultivan en el país.

“Comenzamos a asesorar y dar retroalimentación a los productores que nos estaban entregando café y comenzamos a identificar cualidades, atributos y estos productores comenzaron a participar en Taza”, rememora.

Benjamín relató que el ganador de la Taza de Excelencia 2023, Edgardo Tinoco le dijo, allá por el año 2012, de una finca, a la par de la suya, que estaba en venta con la que comenzó en este mundo del rubro de cafés especiales.

Aunque no obtuvo los resultados esperados, el joven caficultor fue persistente y aprendió que además de las ganas, la disciplina, el trabajo duro eran fundamentales para conseguir el éxito.

“A raíz de esos errores y esas oportunidades, yo aprendí y unos años después, en 2018, otro amigo que este año quedó en décimo lugar, Miguel Moreno, me dijo de otro terreno, en esos días yo andaba enamorado del cacao y ya tenía el dinero cuando Miguel me dijo del pedazo de tierra que allí me gustaba, le dije que me iba olvidar del cacao y nos metimos allí”, relató al señalar que esa es la finca que lo llevó a repetir el primer lugar en la Taza de Excelencia.

La variedad ganadora

La variedad Geisha, la que le ha permitido tener el éxito que ha mantenido no fue la primera cosecha del caficultor, quien relata que comenzó con pacamaras, bourbón y catuaí, pues eran las variedades que habían ganado en 2005, 2008, 2010 y 2013. 

“Pero año con año la competencia se ponía más difícil porque todos los productores tenían sus aspiraciones y estaban trabajando duro. Hasta el día de hoy, ganar Taza de Excelencia no es fácil porque hay cafés de muy alta calidad y los productores pujan por sacar el mejor café”, agrega.

Para esos años, agregó, comenzamos a escuchar de la variedad que se llamaba Geisha en Panamá y que ya había en Honduras y Benjamín comenzó a pedirle muestra a estos productores para reproducirla. 

Las semillas ganadoras vinieron de la mano de otra ganadora (Taza de Excelencia en 2016), Marysabel Caballero, ella le regaló una bolsita con semillas de Geisha y le dijo ´si a nosotros nos fue bien, a usted le va ir bien´. “Las agarré y las sembré en el mejor lote que tenía. En el 2015 lo metí a competir y quedé en quinto lugar”, relata. 

En la competencia de 2022, este lote le permitió llegar al primer lugar. “Sorprendido, porque yo tenía el sueño y la esperanza de que se iba dar, pero no creí que fuera tan rápido”, dijo al reconocer que este es un proceso largo, que para él jugó a su favor, conocer la experiencia de otros ganadores.

En 2023, con la esperanza de mejorar la producción hizo cambio, que no resultaron como esperaba y volvió a sacar el quinto puesto, entonces regresó a la fórmula original y en 2024 repitió el primer lugar con el café cosechado a una altura de 1,680 metros sobre el nivel del mar en la finca La Salsa, en la aldea El Cedral, la zona de Santa Bárbara, en un terreno que antes era cultivado con hortalizas.  

Benjamín indica que la variedad Geisha se ha convertido en la reina de la gama alta de variedades especiales en el país, pues en la edición 2024, 15 de los lotes que clasificaron en la última etapa fueron de esta variedad.

Esta especie fue la que le permitió el precio de 134 dólares por libra en la subasta electrónica Taza de la Excelencia 2022 y 136.5 dólares por libra este año.

Un éxito de un equipo

Para el cafetalero, haber logrado repetir la Taza de Excelencia es un trabajo del equipo que está en el campo día a día. “Desde los que trabajan en el beneficio hasta los cortadores, somos un equipo que atiende cuatro fincas de unas 40 personas en tiempo de cosecha y unos 10 en temporada normal”.

En cuanto al éxito, apunta a una combinación de todo. “Creo que el terreno donde está ubicada la finca es bendecido, la altura que también forma parte importante, a la par de la finca hay una pequeña reserva natural que siento que ayuda a que la temperatura sea baja, obviamente la variedad, parte clave es el apoyo de la fuerza laboral”, resume.

El día de la premiación 2024, Benjamín fue cargado en hombros por sus compañeros cafetaleros y algunos de los muchachos que trabajan en su finca, “ellos lo palparon y vieron el fruto de su trabajo”, expresó con la misma sonrisa que alzó el premio e incluso con lágrimas al recordar el cariño que le mostraron sus compañeros. 

De Honduras para el mundo

Conocer el mercado destino del café le ha permitido colocar su producto en varios países.

“Gracias a Dios porque yo me desarrollé y crecí mi carrera representando cafés, muchos de estos compradores me decían ´cuando vos tengas tu propio café yo te lo voy a comprar´”, y así fue, “tengo mercado en Asia, en Japón, en Taiwán, en Corea, este año comenzamos a vender en Singapur y en Malasia”.

Una muestra de café SL-28, Benjamín Paz, disponible en línea.

El joven relata que el campeón barista de Malasia utilizó su café en el campeonato mundial de barismo en Corea del Sur.

El mercado más grande que tiene es Estados Unidos, “las empresas que compraron mis lotes en la subasta son de Estados Unidos, allí tengo fuertes relaciones, obviamente por la cercanía y la posibilidad que se nos ha dado de viajar allá y conocer y trabajar con ellos”.

Otro de los mercados del café de Paz está en Canadá, así como en Europa, en países como Francia, Dinamarca, Noruega, Italia, España,  Finlandia, Turquía.

“A varios lugares llega llega nuestro café, y ahí seguimos viendo otras posibilidades. Este año vamos a mandar la primera carga, una pequeña muestra de 66 libras, a China, a ver qué sucede”. 

Con este éxito, Benjamín reconoce que este es consecuencia de lo que sus abuelos y su padre sembraron, “creo que sin la visión que mi abuelo tuvo, creo que lo que estoy haciendo hoy no hubiera sucedido, igual lo mismo mi papá, él hizo la base para que nosotros tuviéramos la facilidad para establecer estas operaciones”, refiere.

“No creo que hubiera sido lo mismo y lastimosamente yo estaba pequeño y no pude trabajar con mi abuelo, pero creo que mi papá adoptó claramente sus ideales y lo supo entender, a nosotros sí nos costó un poquito más entender porque uno crece en otros ambientes, se distrae un poquito y que la calle, el estadio, a veces uno se distrae, pero cuando uno madura y crece, entiende y encontramos en camino”, concluye. VC

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