Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – El 27 de enero próximo, la presidenta Xiomara Castro, la primera mujer que alcanza el solio presidencial en este país, arribará a su segundo año de gobierno y justo en el medio término de su gestión, enfrenta una prematura presión electoral por el relevo en la silla presidencial con el lanzamiento de las primeras precandidaturas presidenciales de cara a las elecciones primarias y generales previstas para el 2025. Todo ocurre en un momento en el que la sociedad parece tomar conciencia de la deplorable condición de las hondureñas, golpeadas por las diferentes violencias y aunque hay una en la silla del altar Q, la realidad mata a tantas, que sobrepasa el machismo ancestral.
Castro, cuya gestión e imagen no le favorecen en los últimos sondeos de opinión, con una reprobación promedio arriba del 70 y un rápido desgaste en su imagen, rindió a inicios de año un informe a la nación sobre sus dos años de gestión destacando sus logros y citando sus retos, entre ellos el país heredado en precarias condiciones económicas y sociales, aspectos que asegura ha ido revirtiendo para avanzar en lo que llama la “refundación” de Honduras.
Destacó un modesto crecimiento económico, una ejecución presupuestaria arriba del 90% y numerosos recursos para la inversión pública, indicando que para el 2024 estos esfuerzos serán redoblados. Castro dijo que, de acuerdo con la Cepal, Honduras es la sexta economía de América Latina en mayor crecimiento, una afirmación que cuestionan los entendidos en materia económica y financiera.
Al margen de las críticas y las nuevas metas propuestas por la mandataria hondureña para mantener el timón de su gobierno y llevar el barco a buen puerto, un nuevo desafío se le atraviesa en su ruta de manera prematura: el inicio de la campaña política preelectoral en una nación con altos niveles de polarización política y crisis de gobernanza que ponen en riesgo sus instituciones y la democracia, como la parálisis legislativa que sufre el Congreso Nacional, por citar un ejemplo.
En su discurso a la nación, la presidenta Castro anunció cuatro cambios y/o reacomodos en su gobierno, despejando las expectativas iniciales que demandaban una vuelta de calcetín en su gabinete de gobierno por considerar que no ha estado dando al país la claridad del rumbo deseado para generar certidumbre política, seguridad jurídica, atracción de capitales para la inversión pública y lucha contra la corrupción.
El anuncio de los cambios que haría el gobierno de Castro estaría precedido de una evaluación por resultados de su gabinete de gobierno, misma que no fue pública ni lo será porque según el ministro de la Presidencia, Rodolfo Pastor de María y Campos, será una herramienta de uso interno. Extraoficialmente, se indicó que gran parte del gabinete salió reprobado con porcentajes hasta de 30%, pero en el discurso público los ministros y demás miembros del gabinete ampliado salieron felicitándose por el estilo propio que están dando a la refundación en Honduras.
El gabinete de gobierno de la presidenta Castro, tiene entre sus miembros, algunos designados por Estados Unidos en la Lista Engel por corrupción y por socavar la democracia.
Inició la campaña: Manuel Zelaya
Los implicados en la lista Engel son también parlamentarios, políticos y otros exfuncionarios públicos. Esa tacha estadounidense no es una buena señal para una administración que ha enarbolado una lucha anticorrupción con la promesa de instalar una misión internacional que cada vez se torna más lejana en el horizonte.
La presidenta Castro ha decidido que a medio término de su gestión continuará con la mayoría de los integrantes de su gabinete. Los cambios más sustanciales fueron el ministro de Salud, Manuel Matheu, el titular de la SIT, Mauricio Ramos, y el de la ministra de Finanzas, Rixi Moncada, quien renunció para correr por la candidatura presidencial por el partido en el poder, Libertad y Refundación (Libre).
En su mensaje a la nación, la presidenta Castro indicó que aceptó la renuncia de Moncada, y deseó suerte en sus aspiraciones. Un día después, Moncada apareció en la finca de la familia presidencial en Catacamas, Olancho, rodeada del clan Zelaya y otros allegados estratégicos, entre ellos uno de los magistrados del Registro Nacional de las Personas, además del exministro de la Secretaría de Infraestructura y Transporte, Mauricio Ramos, último que se presume acompañará en la fórmula presidencial a Rixi Moncada.
Con el lanzamiento de Rixi Moncada—cuya aspiración era un grito a voces—dio inicio la campaña preelectoral y así lo escribió en su cuenta de X, el coordinador de Libre y asesor presidencial, el expresidente Manuel Zelaya, al destacar lo siguiente: “La felicito, se está cumpliendo con la transparencia y la justa misión que señaló @Xiomara Castro. Inició la campaña”, acotó.
El riesgo del desdibujamiento
Moncada abre así la oferta electoral a lo interno de Libre y muchos de sus cuadros han quedado ubicados en puestos estratégicos en el reacomodo del gabinete de gobierno, mientras diputados de Libertad y Refundación como el jefe de bancada de ese partido, Rafael Sarmiento, dan la bienvenida a su candidatura y el legislador, Manuel Rodríguez, adelantó, como en efecto ocurrió, que la aspirante presidencial sería presentada a la bancada de su partido, a excepción de parte de los seguidores del diputado Jorge Cálix, conocido como “los calixtos”, porque la idea es que Rixi Moncada sea la candidata única del partido en el poder, una realidad que de momento no logra consolidarse.
Esta efervescencia política a lo interno de Libre incide en la gestión de la presidenta Castro frente a los reacomodos internos del poder, la medición de fuerzas, las lealtades y el interés de otros movimientos en Libre por correr también por la candidatura presidencial. La presidenta Castro deberá hacer gala de sus habilidades políticas para que el gabinete de gobierno no se desenfoque de las metas propuestas y se decante desde ya, por luchas sórdidas para congraciarse con quien sea el candidato o candidata “ungido/a” por la pareja presidencial.
En el correr del tiempo el gabinete de la presidenta Castro, como ha sido la tendencia en todos los gobiernos, se irá ubicando alrededor de Rixi Moncada, unos, y a favor de otras candidaturas otros, siendo imposible para la gobernante poder desmarcar su gobierno de su partido y de la campaña política misma.
En lo interno de Libre, los otros contrincantes de Rixi Moncada, reclaman igualdad de condiciones para participar, no ha gustado con que la presidenta Castro anunciara en cadena nacional la candidatura de la extitular de Finanzas, y los estrategas de Libre buscan construir una candidatura de consenso alrededor de Moncada para evitar fricciones a lo interno que terminen de pasar factura al partido que intenta retener el poder en los comicios generales de 2025.
Pero no solo Rixi Moncada ha anunciado su participación política por una candidatura presidencial; en el Partido Nacional, el principal de la oposición, uno de los aspirantes presidenciales que se esperaba anunciara su interés de correr por la candidatura de ese partido, como es el exalcalde capitalino y excandidato presidencial, Nasry Asfura o “papi a la orden”, ya dio el paso al anunciar su comando de campaña.
Entra así “papi a la orden” al ruedo electoral y los dos partidos políticos con mayor fuerza, según los últimos resultados electorales, se ponen así en “modo elecciones” a medio término de un gobierno en donde todo apunta que la presidenta Castro deberá hacer acciones contundentes para no ser desdibujada por los entusiasmos político-electorales de quienes buscan relevarla del mando en los próximos comicios generales. Ha iniciado así la carrera por el reemplazo de la presidencia de Xiomara Castro.
Los otros partidos políticos, el Liberal y el PSH más temprano que tarde entrarán también en la contienda, mientras el país seguirá con sus problemas estructurales de desempleo, pobreza, migración, inseguridad, violencia, feminicidios y corrupción, entre otros. Esa agenda de país poco a poco será subsumida por la agenda político electoral muy prematura, como prematuro ha sido el desgaste del gobierno de Libertad y Refundación. (PD)