Tegucigalpa- De cara al nuevo año, el analista político Olban Valladares hizo un llamado a la reflexión nacional, señalando que los recurrentes discursos de concordia y hermandad entre los hondureños, aunque necesarios, siguen pareciendo utópicos debido a la incapacidad histórica del país para entender que en la unión radica la verdadera fortaleza.
Valladares sostuvo que Honduras ha estado bajo la observación constante de la comunidad internacional durante décadas, no solo en el actual proceso electoral, sino desde hace varios años, sin que el país haya sabido aprovechar oportunidades clave para encaminarse hacia el desarrollo.
Llamado a dejar demagogia y sectarismo
Recordó que con el retorno a los gobiernos civiles en la década de 1980 y la promulgación de la Constitución de 1982, considerada moderna y con un fuerte enfoque social para su época, se creyó que el país dejaría atrás rencillas, mediocridades y corrupción.
“Se pensó que Honduras tomaría un nuevo rumbo, pero 45 años después seguimos arrastrando los mismos males”, expresó, al lamentar que el país haya terminado rezagado en los indicadores de desarrollo, incluso compitiendo con naciones africanas en niveles de pobreza y corrupción.
El analista reconoció que los primeros gobiernos posteriores a la transición democrática mostraron esfuerzos positivos, con avances en algunos sectores, aunque también fracasos en otros.
Sin embargo, advirtió que en los últimos 15 o 20 años el país ha regresado a una peligrosa senda marcada por la discordia, el egoísmo político y el empobrecimiento progresivo de la población.
Valladares cuestionó el auge de la demagogia, el sectarismo y lo que calificó como “canibalismo político” entre hondureños, señalando que el actual escenario parece haber alcanzado un punto crítico de confrontación.
Narrativa de fraude y un partido de masas que desaprovecha oportunidades
En ese contexto, expresó su incomprensión ante las denuncias de fraude planteadas por sectores del Partido Liberal, recordando que ese discurso fue anticipado incluso antes de iniciarse el proceso electoral.
“El candidato liberal ya había anunciado hace más de un año que, si perdía, sería por fraude. Esa es una expresión in- política que refleja una sensación previa de derrota”, afirmó.
Asimismo, señaló que recientes declaraciones del alcalde de San Pedro Sula solo confirmaron lo que, a su juicio, el pueblo hondureño ha observado durante años sobre la situación interna del Partido Liberal. Valladares planteó que esta institución ha sido históricamente un partido de masas, pero que ha perdido elecciones no por falta de apoyo popular, sino por su desorganización, divisiones internas y conflictos que terminan beneficiando a sus adversarios y perjudicando al país.
“El país necesita instituciones políticas fuertes, con una visión clara de elevar el bienestar de los hondureños, algo que muy pocos gobiernos han priorizado en los últimos 45 años”, señaló, al advertir que esta falta de enfoque ha relegado a Honduras a los últimos lugares entre las naciones que aspiran al desarrollo.
Finalmente, Valladares instó a la ciudadanía a reflexionar sobre el momento que atraviesa el país, a no dejarse arrastrar por discursos de odio y a mantener la esperanza de que el próximo año permita retomar un mejor sendero. En ese marco, expresó su deseo de éxito para el próximo gobierno, que encabezará Nasry Asfura de quien dijo es una buena persona al tiempo que señaló que, por ahora, corresponde darle el beneficio de la expectativa y esperar que sus acciones estén orientadas a satisfacer las necesidades del pueblo hondureño. LB








