Por Alberto García Marrder
Para Proceso Digital, Las Tribuna y El País de Honduras
Circula una especulación, no descabellada, que Estados Unidos, después de “arreglar lo de Venezuela”, podría ocuparse de Cuba, aprovechando la tremenda flota que tiene actualmente en el Caribe.
Donald Trump, el presidente norteamericano, no quiere meter a su país en otra guerra “interminable” y no deja de recordar Afganistán y Vietnam.
Pero tiene en la Oficina Oval de la Casa Blanca a un “halcón” que le podría susurrar “Dont forget Cuba” (“No olvide a Cuba”). Y ese es Marco Rubio, un ex senador cubano-americano que ahora es nada menos que secretario de Estados (Asuntos Exteriores) y Asesor de Seguridad Nacional.
Rubio, desde sus tiempos en Miami, es un acérrimo anticastrista. No se va cansar de tratar de liberar a Cuba de lo que queda tras la muerte de Fidel Castro.
Nació en Miami, pero sus padres migraron desde Cuba, antes de la revolución de 1959 y no después.
Rubio es el cerebro gris del ataque norteamericano contra el narcotráfico en Venezuela, pero su finalidad es desmontar la cúpula chavista, y detener a Nicolas Maduro.
Pero Cuba no es una segunda Venezuela, aunque comparten una misma ideología socialista y política de represión. Y una carencia de productos básicos y una elevada inflación.

El bombazo periodístico, reproducido por la prensa estadounidense, la ha dado el diario británico “The Telegraph” de que Trump dirige su ofensiva contra Venezuela, «pero el verdadero objetivo podría ser el régimen cubano”.
“El gobierno de Trump ve la caída del dictador Nicolás Maduro como el primer paso para debilitar a Cuba”, dice el análisis. “The Telegraph” (conservador) es uno de los tres diarios serios de Londres: Los otros son “The Times” (conservador) y “The Guardian” de izquierda.
En los tiempos de Hugo Chávez y Maduro, Venezuela sostenía al régimen cubano con el suministro de petróleo a bajo precio. Esa “sociedad socialista” ha cambiado y ahora Venezuela ya no produce como antes y es muy poco crudo que le suministrará a Cuba, que posiblemente busquen otros mercados, tal vez el ruso.
Y el mejor consejo que se le puede dar a una Cuba comunista en quiebra tras más de 60 años de dictadura castrista es que rescate a sus centenares de “asesores” cubanos y guardaespaldas de Maduro ante que sea tarde.
A parte de acabar con misiles, las instalaciones del narcotráfico cerca de las fronteras con Colombia – y también la de “extraer” a Maduro, Estados Unidos- podría tener una misión secreta y simbólica:
Esta es la de custodiar a la opositora venezolana María Corina Machado para que salga de su escondite y sacarla del país para que pueda viajar a Oslo (Noruega), el 10 de diciembre, para recibir el Premio Nobel de la Paz.
Lo que pase en Venezuela y posiblemente en Cuba está ligado a un nombre: Marco Rubio, ahora el poderoso secretario de Estado y Asesor de Seguridad Nacional. Desde sus años como senador de Florida, su obsesión era de una “Cuba Libre”, al unísono del exilio cubano de Miami, una importante fuerza electoral republicana y muy conservadora.
El periódico digital “POLITICO” dice que Marco Rubio está deseando que la campaña militar-política contra Maduro tenga éxito y lo aparte del poder.
“Pero si esos esfuerzos fracasan, podrían socavar a la vez las posibilidades presidenciales de Rubio, especialmente entre votantes importantes, especialmente en su estado de Florida”, agrega la nota.
Se refiere POLITICO que tanto Rubio, como el actual vice presidente, J.D. Vance, son posibles candidatos presidenciales en futuras elecciones post-Trump.
Los intentos de Estados Unidos de intervenir en una Cuba castrista vienen de lejos. El presidente John F. Kennedy, en 1961, apoyó en secreto la invasión de unos 1,500 cubanos exiliados en la llamada “Operación Bahía Cochinos”, en el sur de la isla.
Kennedy, temeroso de que se supiera la intervención americana, canceló un apoyo aéreo a los dos días y al tercero se rindieron unos 1,100. El fracaso de la invasión fue total y al año siguiente, Cuba dejó en libertad a los invasores a cambio de 53 millones de dólares en alimentos.
Actualmente, Estados Unidos controla el espacio aéreo cerca de Venezuela y varias compañías aéreas, incluyendo a Iberia de España, han cancelado sus viajes a Caracas. Es obvio, un ataque norteamericano parece inminente.







