Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – El partido en el poder, Libertad y Refundación (Libre) sigue enfrentando sus propios demonios y espantos, caracterizados por los escándalos de corrupción, el narco video, las fisuras internas post elecciones primarias, la imposición del pensamiento único y ahora la dimisión de su Tribunal de Honor, marginado y sin apoyo partidario, luego que sus fallos y resoluciones incomodaran a diputados, alcaldes, regidores y funcionarios públicos. La mística de Libre de ser un partido promotor de la ética en la política comenzó a desdibujarse rápidamente al grado de perder el “norte ético” del ideario partidario.
-Libertad y Refundación se fue alejando de su norte ético. Libertad y Refundación se empezó a alejar de sus ideales democráticos, de ponderar la importancia del diálogo sincero, las consultas, el debate, la cercanía con la gente,resalta del documento del TH.
Así lo estableció el Tribunal de Honor en una carta pública enviada al coordinador del partido, el expresidente y asesor presidencial, Manuel Zelaya, en donde daba a conocer su disolución, por conflictos de interés, unos, y por el marginamiento y orfandad partidaria de que fueron objeto, otros. La nota enviada por los integrantes del Tribunal de Honor ha sido la mayor sacudida ética que una instancia de esa naturaleza hace a un partido político dentro del sistema de partidos políticos en Honduras.
“El Tribunal de Honor fue creado en julio de 2012, la primera Asamblea de LIBRE institucionalizó, mediante su Estatuto, el Tribunal de Honor (TH), con la función de vigilar y asegurar el cumplimiento de las obligaciones éticas de los miembros. Esta nota es para notificar la gravísima situación que atraviesa el TH”, señala el documento circulado por sus miembros que fue entregada al coordinador del partido Manuel Zelaya antes de ser divulgada públicamente.
En ella indican varios argumentos que exponen cómo Libertad y Refundación se fue alejando de su norte ético, de la política de ser un partido diferente, un partido proclive a la transparencia y a la lucha contra la corrupción.

Inicialmente el TH de Libre estuvo integrado por la abogada Sonia Marlina Dubón, que declinó para ser magistrada a la Corte de Justicia, el escritor Julio Escoto, que renunció tras el conflicto interno del partido con el caso de Jorge Cálix. En solidaridad con Escoto, renuncia también la escritora Helen Umaña. Julio Escoto después es nombrado con un alto puesto en el directorio del Banco Central de Honduras donde dirige la política económica y monetaria del país.
Otros de los integrantes era el intelectual Rodolfo Pastor Fasquelle, quien renuncia por ser nombrado embajador de Honduras ante Corea del Sur y luego porque su hijo, Rodolfo Pastor de María y Campos, optaba a un cargo de elección popular en las internas de Libre. Fue parte también del Tribunal de Honor, la destacada periodista y catedrática universitaria, Patricia Murillo, y el poeta y escritor Galel Cárdenas, último que se mantiene activo. Patricia Murillo fue la última en dimitir y declaró en los medios de prensa acerca de la autenticidad del documento.
“Con el compromiso de mantener la trinchera, el Tribunal siguió funcionando mientras se notificaban estas renuncias a la Asamblea, la cual debe aceptarlas antes de proceder a los reemplazos. Pero hasta hoy no hemos recibido comunicación al respecto”, señalan.
Líderes espurios y discurso incongruente

Una notificación que ha comenzado a generar incomodidades a lo interno de Libre porque en ella se indica que cuando el TH comenzó a trabajar y emitir resoluciones en contra de diputados, alcaldes, regidores y otros funcionarios, comenzó el malestar y el marginamiento.
“Nos preocupó la congruencia del discurso con el ideario del Partido y del comportamiento y con el respeto a los estatutos. Enfrentamos a coordinadores nacionales de movimientos cuando cuestionamos a líderes espurios asolapados en sus maquinarias. Y los fallos prevalecieron por el apoyo de las bases, aunque debió dárselos también la institucionalidad completa del Partido. Sin embargo, las vacantes prolongadas han mermado el funcionamiento de la institución, que solo cuenta con la autoridad moral de sus miembros, y se debilita en el marginamiento y el silencio de otras autoridades”, acota el documento.
Libertad y Refundación se empezó a alejar de sus ideales democráticos, de ponderar la importancia del diálogo sincero, las consultas, el debate, la cercanía con la gente. El partido le ha fallado al pueblo, señala el documento, tras pedir disculpas. La política en Libre debe descansar en un liderazgo que se funde en la autoridad moral, el pensamiento crítico y la empatía, y no en la fresca sombra —por cercanía al poder— del padrino, sostienen.
El Tribunal de Honor al hacer una reflexiva critica de como Libre perdió su norte ético señala que se ha perdido la deliberación transparente, respetuosa y plural de opiniones diversas al ser sustituida por las componendas políticas y el insulto. Reclama que se debe volver al camino de la ética, del pacto social y de la democracia.
“Así, justo cuando una crisis moral se manifiesta cada vez más grave, con publicaciones que cuestionan incluso a altos dignatarios. LIBRE urge de un norte ético, y necesita del TH, que ya no puede cumplir el papel de referente”, remarca la carta que ha sacudido a lo interno del partido, y que ha obligado a algunos de sus integrantes a querer desmarcarse por el revuelo causado.
El escritor y miembro del directorio del Banco Central, Julio Escoto, al declarar en medios ligados al oficialismo que su salida del TH no obedeció a cuestionamientos a la dirigencia, sino a su decisión personal de mantener su autonomía como escritor, tras rechazar la carta emitida por los hasta ahora miembros del Tribunal de Honor, que asegura, fue hecha por gente “con resentimientos”. Escoto reitera su lealtad al coordinador de Libre, Manuel Zelaya.
A su vez, el vicecanciller y miembro del directorio de Libre, Gerardo Torres, aseveró que esa publicación “era falsa”, que Libre no tiene ninguna crisis moral ni ética, que en la última asamblea aprobaron un Tribunal de Honor de “ética revolucionaria”, pero no entró en detalles al respecto.
Fue la última integrante del Tribunal de Honor, Patricia Murillo, la que salió a decir en los medios que el documento es auténtico, que ella renunció porque no había ya quórum, solo quedaba activo un integrante (Galel Cárdenas), y así no se podía operar, además de acciones de tipo ético que estaban golpeando al partido en el poder.
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El desafío de Isis Cuéllar y la impunidad
Murillo dijo que su renuncia debe ser aceptada por la asamblea de Libre y dar paso a nuevos rostros en el Tribunal de Honor. Pero la asamblea no les ha comunicado nada a ninguno de los ahora integrantes de dicho tribunal.
Mientras este debate sacude a Libre, en paralelo a la carta enviada por el Tribunal de Honor al coordinador de ese partido político, los medios de prensa difundían fotografías de la diputada Isis Cuéllar, en Casa de Gobierno, con militantes de Libertad y Refundación de la zona de Copán, en el occidente del país. Indicaron que se había reunido con el coordinador del partido.
Cuéllar, implicada en el famoso caso del cheque-video en Sedesol que costó el cargo al exministro de esa dependencia, José Carlos Cardona, sigue apareciendo activa en sus redes sociales inaugurando obras, promoviendo el gobierno de la presidenta Castro y desafiando a la autoridad partidaria y a la candidata presidencial, Rixi Moncada, quien anunció en rueda de prensa la suspensión de Cuéllar de los cargos del partido y de la coordinación de la campaña de la candidata presidencial en Copán.

También ordenó que proceda la renuncia de Cuéllar como diputada al Congreso Nacional—algo que solo el pleno del Congreso Nacional puede aprobar–, además de ordenar la suspensión del fondo de ayuda social del Legislativo, que también solo el hemiciclo puede aprobar. Hasta ahora, el presidente de la Cámara Legislativa, Luis Redondo, de forma inconsulta, ha dado a la parlamentaria Cuéllar un permiso para ausentarse de sus funciones legislativas mientras dilucida lo del uso de 37 millones de lempiras para ayudas sociales, que al parecer terminó yéndose a fondos de campaña política de Libre en las primarias de marzo.
A medida que se descubría lo de Cuéllar y Sedesol, otros casos de presuntas irregularidades en la gestión de fondos y ayudas sociales han seguido salpicando a Libre: ONG creadas para fachadas, obras inconclusas gestionadas por diputados, y redes de corrupción desde otras dependencias públicas que ponen a Libertad y Refundación como un partido que sigue los patrones comunes de las redes de corrupción de sus antecesores, que tanto han cuestionado.

Cuando Libre y su coordinación anunciaron que Isis Cuéllar era desligada de las actividades del partido y saludaban con un plan de trabajo anticorrupción, sus propios activistas seguían evidenciando una corrupción que intenta ser socavada por el partido, pero que estalla por doquier: occidente, norte, sur, oriente. Los nombres de otros parlamentarios de Libre y los millonarios recursos gestionados en obras no terminadas, de mala calidad e incluso algunas inexistentes han seguido apareciendo como parte de un fondo de ayuda social que lejos de ser suspendido, sigue “vivito y coleando” entre los legisladores del oficialismo. La gangrena de la corrupción los empieza a devorar.
De ahí que el desintegrado Tribunal de Honor llame a la coordinación de Libertad y Refundación a retomar el “norte ético” de un partido que se alejó de sus ideales, que mantiene lealtades a bases de argollas que fraguan impunidad, promesas huecas y en creer que el acarreo de votos a las urnas brujas es señal de democracia y legitimidad. Son los demonios y espantos que vive Libertad y Refundación a escasos meses de las elecciones generales en donde los protagonistas de las denuncias y la gravedad de la crisis ética y moral que atraviesa es la propia militancia que les increpa y cuestiona bajo la pregunta: ¿Qué le pasó a Libertad y Refundación? ¿Dónde quedó el partido de la diferencia? ¿Cuándo perdió el norte de la ética?
Ética que empieza a desdibujarse aún más cuando sus liderazgos partidarios y en el gobierno abrazan también regímenes de corte autoritario y autocráticos como Nicaragua, y ahora Venezuela, último por quien Estados Unidos ofrece una recompensa de 50 millones de dólares por el presidente Nicolás Maduro, a quien ha designado como líder del cártel del narcotráfico identificado como “Los Soles”, en el cual se encuentran también Diosdado Cabello y Vladimir Padrino, los otros hombres fuertes de Venezuela. El gobierno de la presidenta Castro ha salido en defensa de Maduro y de la autodeterminación de los pueblos, que aplica, cuando le conviene, e ignora, cuando no le favorece. Es la “ética en la política” que por ahora caracteriza al izquierdista partido Libertad y Refundación. (PD).