Dulce Medina, de 15 años, de Guatemala; la hondureña Mayeli Hernández, de 12 años, y el Saúl Martínez, de 15 años, de El Salvador, los tres países de donde procede el mayor flujo de inmigración infantil centroamericana, testificaron ante los miembros del Caucus Progresista Demócrata.
«Espero que mi historia les ayude a entender por qué es tan importante que ayuden a proteger a tantos niños que están huyendo de sus casas, como yo hice», dijo Medina.
La joven, que vive con su madre, su padrastro y dos hermanas menores de 5 y 10 años, vino con 10 años junto con su hermana después de que un empleado que estaba ayudando a su tío en la construcción de una casa intentara abusar de ella y de su prima.
La adolescente estaba a cargo de sus tíos porque después de que muriera su padre, su madre se fue a Estados Unidos para poder mantener a las niñas, pero en vez de recibir ayuda de sus tíos las menores fueron golpeadas.
El cuartel de policía más cercano estaba a dos horas caminando de donde vivía pero «no creo que la policía me hubiera ayudado», afirmó la menor, que contó a los congresistas que dos meses antes de marcharse vio como dispararon a una mujer enfrente de su casa. Leer nota completa…