De ellas, entre los obispos se obtuvieron 37 votos a favor de la propuesta, frente a 2 en contra y 1 abstención; entre los clérigos, los sufragios favorables fueron 162 frente a 25 en contra y 4 abstenciones, mientras que el voto de los laicos, considerado crucial, se falló con 152 papeletas favorables, 45 en contra y 5 abstenciones.
El histórico desenlace da la vuelta a siglos de tradición en el seno de una Iglesia que ha sufrido profundas divisiones a consecuencia de un asunto considerado controvertido.
El anuncio fue acogido entre los congregados con vítores y algunos aplausos pese a que el arzobispo de York, John Sentamu, había instado a los miembros del Sínodo a expresar su reacción con «sensibilidad y contención».
El viceprimer ministro británico y líder del Partido Liberal Demócrata, Nick Clegg, expresó su satisfacción ante el resultado mediante un mensaje colgado en su cuenta de Twitter.
«Bien hecho a Justin Welby por su liderazgo a la hora de asegurar el voto del ‘sí’ para las mujeres obispas», señaló el número dos del Gobierno de David Cameron -partidario también de la ordenación de obispas-, y que consideró, además, que se trata de «un gran momento» para la Iglesia de Inglaterra.
La aprobación se trasladará ahora al Comité eclesiástico del Parlamento y a sus dos Cámaras -Comunes y Lores- mientras que el Sínodo General volverá a reunirse el próximo 17 de noviembre para emitir una declaración formal que estipula que las mujeres pueden ser obispas.
Un intento previo por lograr la consagración de obispas fue bloqueado hace 18 meses cuando el Sínodo general rechazó en noviembre de 2012 por seis votos aprobar esa legislación tras años de discrepancias entre el sector conservador y el reformista.
Aquel rechazo originó sorpresa así como tensas fricciones en el seno de la comunión anglicana al tiempo que el entonces arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, lamentaba que la Iglesia anglicana hubiera «perdido credibilidad».
Ahora, si bien la composición del Sínodo no ha variado, el hecho de que cuatro de sus miembros que rechazaron en 2012 la propuesta hayan modificado su postura llevó a que el actual arzobispo de Canterbury, Justin Welby, diera casi por segura esta victoria.
En los últimos años, los miembros del Sínodo han contado, además, con la ayuda de expertos en resolución de conflictos para mediar entre ellos a la hora de resolver sus diferencias.
Durante el intenso debate de hoy, Welby volvió a proclamar que la exclusión de las mujeres del obispado es «incomprensible».
«Espero y confío en que el voto siga adelante y me alegro por ello, pero también me alegro de que prometamos buscar el florecimiento en la Iglesia de todos aquellos que no están de acuerdo», afirmó el arzobispo.
La crucial votación se celebró 20 años después de que en 1994, la Iglesia de Inglaterra ordenara a las primeras mujeres sacerdotes y las féminas constituyen hoy un tercio del clero.
De hecho, el pasado mayo la comunidad anglicana celebró el vigésimo aniversario de esa fecha, un hito histórico que culmina ahora con la consagración de obispas, lo que ya permiten otras iglesias anglicanas en países como Irlanda, Australia, Nueva Zelanda, Canadá o EEUU.
Actualmente, 3.827 de 12.814 sacerdotes anglicanos son de sexo femenino en el Reino Unido
A lo largo de los años, los reformistas han defendido la medida como una consecuencia lógica de la incorporación de la mujer al sacerdocio y la igualdad entre géneros, pese a que los que se oponen la califican de aberración teológica.
Los tradicionalistas recuerdan que Jesús eligió solo hombres entre sus apóstoles por lo que creen que el liderazgo de la iglesia debe recaer en los varones.