Las bromas, los chistes de pasillo, los reclamos públicos a funcionarios por no ejecutar órdenes, quedaron atrás y no marcan la dinámica del actual gobernante, que centra gran parte de su agenda fuera de la casa de gobierno y habla de los temas que considera son del interés particular de su agenda.
El presidente Hernández parece estar consciente que en los últimos sondeos de opinión pública de los últimos ocho años, la imagen del Poder Ejecutivo es una de las que goza de mayor desconfianza, la gente poco cree en la gestión presidencial y de ahí su compromiso por revertir ese déficit de credibilidad.
El mandatario no se ha complicado para querer dar muestras de eficiencia al anunciar la intervención de la mano de las fuerzas del orden de la Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI), así como el despido de cuadros intermedios de esa dependencia por considerarlos coludidos con la evasión al fisco.
Hernández parece estar determinado con su compromiso de gestión por resultados, así como de la aplicación de las pruebas de confianza, en especial el polígrafo en algunas dependencias estatales como la Secretaría de Salud y la DEI misma, entre otras.
Ola de intervenciones
La intervención de la DEI no ha sido la única en su administración, está la del Seguro Social cuya interventora brindó un demoledor informe que grafica el por qué el caos en la salud de quienes buscan en ese centro asistencial ayuda para sus males. El Seguro Social es apenas la punta del iceberg de la mala racha por la cual atraviesa todo el sistema de Salud en Honduras.
En este sentido, ha querido entre sus primeras acciones dar otro giro a la compra de medicamentos bajo la figura del fideicomiso y que las licitaciones estén a cargo de organismos internacionales como lo hizo en su momento la gestión de su antecesor, el también nacionalista Ricardo Maduro.
Si la Salud parece ser un eje en el cual el gobernante hondureño quiere transparentar sus acciones, en el área de la seguridad el acento lo sigue poniendo al ordenar que el Estado vuelva a tener el control de los aeropuertos para evitar que se sigan dando fugas de dólares y drogas por esas importantes aduanas.
También las fuerzas del orden aglutinadas en la llamada fuerza anti evasión tomaron el control de las aduanas en un afán por detener el contrabando, mientras en el área del transporte se ordenó la intervención de la Dirección Nacional de Transporte al detectar posible colusión desde esa dependencia con redes de extorsionadores a los transportistas. Esta intervención cuenta con el apoyo de la llamada Fuerza Nacional Antiextorsión.
Esa dependencia adscrita a Soptravi fue incluso militarizada y los primeros reportes advierten del hallazgo de evidencias que podrían llevar a desarticular de raíz a algunas bandas de extorsionadores.
Negociación energética, claro mensaje
La última intervención ordenada por el presidente Hernández es la de la Unidad de Registro y Seguimiento de Asociaciones Civiles (URSAC) de la Secretaría de Gobernación, Derechos Humanos, Justicia y Descentralización, luego del revuelo que se armara ante una inminente cancelación de la personalidad jurídica a más de cinco mil organismos no gubernamentales.
Todas estas acciones se dan en paralelo a la creación de la llamada Fuerza Nacional de Seguridad Interinstitucional (Fusina), una especie de Inspectoría que busca hacer más eficiente y coordinada la gestión entre las instituciones operadoras de justicia y la administración pública.
En otro orden, el presidente hondureño logró arrancar una exitosa negociación a dos importantes empresas generadoras de energía térmica al bajar los costos de venta y producción, en tanto gestiona la compra de electricidad a Guatemala como mecanismo de presión a las empresas térmicas nacionales para obtener precios justos de mercado.
Son acciones que su administración intenta dar en sus primeros meses de gestión, donde su discurso no se anda con rodeos, intenta ser directo con sus interlocutores para que no exista confusión en el mensaje, en especial en lo que Hernández denomina “gestión por resultados”.
Otras áreas del gobierno están por ser intervenidas han anunciado altos miembros del gobierno .
El entusiasmo y el dinamismo le siguen animando y el sello de efectividad que quiere imprimir a su gestión dependerá de que tan hábiles son las piezas del ajedrez utilizadas para obtener los éxitos deseados y devolver la credibilidad a un Poder del Estado como el Ejecutivo, que él ahora preside.
