Desde el triunfó en los comicios presidenciales del 2009, Lobo se enfrentó al aislamiento que tenía el entonces gobernante interino Roberto Micheletti, y aunque una vez que tomó posesión de su cargo el 27 de enero del 2010, la mayoría de las naciones restablecieron los vínculos con Honduras, el pequeño pero vociferante grupo de la Unión de Naciones de Sudamérica (Unasur) mantenía una actitud de no reconocer su gestión.
Aunque la importancia e influencia de Unasur en términos reales para Honduras y Centroamérica es mínima, su posición vociferante, pero sobre todo unida a la influencia de Brasil, hacía que el país no regularizará sus relaciones con la totalidad que tenía antes de la salida de Manuel Zelaya del poder el 28 de junio del 2009.
Pero la política de espera y negociaciones secretas finalmente le dio a Lobo los resultados que esperaba, ya que un acuerdo forjado con los mandatarios de Venezuela y Colombia, Hugo Chávez y Juan Manuel Santos, respectivamente, le permitió romper la resistencia de Unasur, aunque todavía queda la pendenciera actitud del mandatario ecuatoriano Rafael Correa, que busca dinamitar el proceso interno de reconciliación al exigir castigo a lo que considera responsables del golpe, algo que ni el propio Zelaya reclamó para su retorno.
Su intervención ante la OEA le abrirá a Lobo la avenida para participar en las próximas cumbres presidenciales previstas y a las cuales no acudió por el boicot de los gobernantes de Unasur.
Citas en el calendario se encuentran la cumbre Iberoamericana, que reúne a los jefes de Estado y Gobierno de habla castellana y portugués de América y Europa.
Se desconoce si Lobo se adherirá a la Comunidad de Estados de América Latina y Caribe, un organismo que reunirá a los países del continente, exceptuando a Estados Unidos y Canadá.
El proyecto es una iniciativa de Brasil, México y Venezuela, que buscan restar la influencia que Estados Unidos ha mantenido en la región, a través de la OEA, pero que todavía no arranca. El próximo encuentro está previsto en Venezuela.
El presidente hondureño inicialmente dijo que no integraría ningún organismo que se considerará en oposición a Estados Unidos, pero tras el acuerdo con Chávez y Santos se desconoce si Lobo continuará manteniendo dicha posición.
Comitiva
Lobo llegará a El Salvador acompañado de su ministra de la Presidencia, María Antonieta Guillén, de sus secretarios de Seguridad y Defensa, Oscar Álvarez y Marlon Pascua respectivamente, y su secretario particular, Reinaldo Sánchez.
El canciller Mario Canahuati también es parte de la delegación, pero adelantó el viaje a El Salvador para estar presente en la inauguración de la asamblea de la OEA.
La presencia de Álvarez y Pascua se debe a que el principal tema de la asamblea es debatir el tema de seguridad en el continente, el cual se encuentra atrapado por los altos niveles de violencia que genera el narcotráfico y otras modalidades del crimen organizado.
Durante su intervención en la OEA, Lobo agradecerá a los demás países que votarán por la reincorporación de Honduras al organismo continental.