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Un monocromo de Klein, subastado en París por 18.4 millones de euros

París – La casa de subastas Christie’s de París vendió este jueves el cuadro ‘California (IKB 71)’, el monocromo más grande de Yves Klein aún en manos privadas, por 18.4 millones de euros en una subasta que coincidió con la Semana del Arte en la capital francesa.

Esta obra, que siempre había estado en manos privadas, es «una de las obras más importantes de Yves Klein jamás ofrecidas en el mercado», afirmó la casa de subasta en un comunicado.

La obra, pintada en París en 1961, representa un hito en la carrera del artista francés por ser uno de los formatos más monumentales de sus monocromos azules, con dimensiones de 4.20 metros de ancho por 1.95 metros de alto.

El valor alcanzado en la venta convierte a ‘California (IKB 71)’ en una de las obras de arte contemporáneo francés más valiosas en subasta pública, solo comparable con artistas como Nicolas de Staël o Jean Dubuffet.

Para Paul Nyzam, director del departamento de arte contemporáneo de Christie’s en París, se trata de «una obra absolutamente excepcional, probablemente la gran obra maestra de Yves Klein».

El artista francés (1928-1962) creó esta pieza con motivo de sus primeras exposiciones en Estados Unidos, en Nueva York y Los Ángeles, en 1961.

Nyzam destacó el paralelo histórico con el primer vuelo espacial tripulado por Yuri Gagarin, cuyo comentario sobre la Tierra como una inmensidad azul inspiró al artista a vincular su monocromo con la idea de la vastedad y el vacío.

«Es un cuadro que supera la historia del arte, pero también habla de una época geopolítica, de la conquista espacial», explicó este experto.

La monumentalidad de la obra no solo refleja la visión de Klein sobre el espacio y la abstracción, sino también su confrontación con la gran pintura americana de la época, como el expresionismo abstracto y el Color Field, que apostaba por formatos gigantescos.

Con este monocromo, Klein se situó al nivel de los grandes formatos estadounidenses, algo inusual en Europa en aquel momento.

La trayectoria de la obra es igualmente excepcional: tras pasar por una colección privada suiza, llegó a manos de un coleccionista estadounidense en 2005, quien la prestó durante tres años al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York antes de conservarla en su colección privada.

Esta subasta se enmarca en la Semana del Arte de París, que concentra las grandes ventas de arte moderno y contemporáneo de la capital. EFE

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