Miami, (EEUU) – El magnate neoyorquino Donald Trump y la ex Secretaria de Estado Hillary Clinton sufrieron en las primarias del estado de Wisconsin serios reveses electorales de manos de sus rivales, los senadores Ted Cruz, por el lado republicano, y Bernie Sanders por el demócrata.
Cruz, senador cubano-americano de Texas, ganó por amplio margen a Trump, pero esta victoria no parece que pueda entorpecer la fulgurante carrera de este último para lograr la candidatura presidencial republicana en la convención del partido en julio, en Cleveland (Ohio).
Trump podría lograr un gran impulso el 19 de abril en las primarias de su estado, Nueva York, donde están en juego 95 delegados, que es predecible que gane fácilmente.
El empresario neoyorquino lleva acumulados 740 delegados, Cruz 516 y John Kasich (gobernador de Ohio) 145. Se necesitan 1,237 delegados para ser nominado candidato presidencial republicano.
Trump no es el candidato ideal para el “establishment” del partido republicano y Cruz, otro ultra conservador, tampoco excita mucho entusiasmo.
En el lado demócrata, Sanders logra con esta victoria de Wisconsin, otro triunfo moral tras sus éxitos en las primarias y caucus de Alaska, Hawaii y el estado de Washington.
Pero este ímpetu de Sanders, que se autodenomina como “un demócrata socialista”, no se interpreta como una seria amenaza para Clinton, ya que esta última tiene 1,742 delegados comprometidos y el senador, 1051.
Son necesarios 2,383 delegados para lograr, en la convención de Filadelfia en julio, la candidatura demócrata para las elecciones presidenciales de noviembre.
Las primarias de Wisconsin ha sido una prueba de fuego para Trump después de una semana difícil para el empresario neoyorquino, por controversias provocadas por sus voraces comentarios, entre otros, sobre al aborto.
En una entrevista televisada, Trump dijo que las mujeres que tienen abortos deberían ser penalizadas por la ley y horas después se desdijo de sus palabras ante el furor causado.
Luego trató de dulcificar sus palabras diciendo que se refería a que son los médicos los que realizan los abortos los que tendría que ser enjuiciados y no las mujeres.
Este martes entró en otra polémica al insistir que el muro que propone en la frontera sur con México debería ser financiado por ese país mediante la amenaza de suspender las remesas que envían los trabajadores mexicanos indocumentados.
Según Trump, las compañías de envíos de dinero, como Western Union, tendrían que pedir documentación a los trabajadores mexicanos que quieran enviar remesas a sus familiares en México y negar la remesa si son indocumentados.
El presidente Barak Obama reaccionó rápido a esa sugerencia diciendo que era “impracticable” y que afectaría notablemente la economía mexicana.
“Además, provocaría un éxodo de mexicanos hacia Estados Unidos por la falta de empleos en su país”, dijo Obama.
Trump propone construir un muro en la frontera con México, que tiene una extensión de 3,145 kilómetros y que costaría entre 5,000 y 10,000 millones de dólares.
Los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos enviaron, en 2014, un total de 23,000 millones de dólares a sus familiares en México, pero no hay cifras de cuanto envían los indocumentados.
Trump también tiene encima los rumores que circulan de que el “Speaker” (presidente) de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, estaría pensando en presentarse como candidato presidencial republicano si el magnate no llega a la convención de julio en Cleveland (Ohio) con los suficientes 1,237 delegados para ser nominado y esta queda abierta a negociaciones.